Histórico

Catalina Saavedra vuelve al teatro, en rol de mujer con síndrome de Asperger

Gladys se llama esta obra de Elisa Zulueta, que se centra en una familia y sus secretos.


"El Asperger es muy interesante de ver y teatralmente es un desafío para mí, es un súper papel. Aunque creo que podría ser un daltónico o un esquizofrénico que se reencuentra con su familia...", dice Catalina Saavedra sobre su nuevo personaje. Elisa Zulueta agrega enseguida: "Pero no es esquizofrénica, porque la gracia de que Gladys sea Asperger es que ella no viene a vengarse de su familia. Eso es lo lindo".

Ambas, Saavedra y Zulueta, están trabajando mano a mano en Gladys, su próximo estreno, que llegará al Teatro del Puente el 8 de julio. Aún están en esa etapa de ajustes y acuerdos, en que la actriz se está apropiando de su personaje y la directora, perfilando las particularidades de cada integrante de esta familia vasca que, durante los preparativos de la noche de Reyes, recibe una visita inesperada: Gladys vuelve -traída por su sobrino- a la casa de sus hermanos, interpretados por Coca Guazzini y Sergio Hernández. Desde Estados Unidos, país al que su familia la mandó y donde consiguió trabajo en un zoológico, Gladys vuelve con toda su inocencia y buenas vibras, entrañable, sin rencor. "Ella no viene a cobrarles nada. No tiene deseo de venganza, porque no la siente, no desea el mal a nadie", explica Zulueta, que quiso escribir sobre personajes con este síndrome porque lo conoce muy de cerca: "Es una discapacidad social y, aunque está dentro del autismo, muchas personas con Asperger están insertas en la sociedad. Por eso me parece atractivo. Pero, al final, esto no es sólo una metáfora de todas las discapacidades siquiátricas, sino de las personas que ejercen poder sobre otras que no lo tienen".

Catalina Saavedra, no tan familiarizada con el tema, tuvo que estudiar bastante para comprender a estos enfermos antes de ensayar su papel: "No filtran información, emociones, impulsos ni obsesiones, por eso tienen tantos problemas sociales". En la obra, Gladys llega a desentrañar los problemas de esta familia que la ha escondido como un secreto más, sin darse cuenta de todo lo que provoca con su visita. A pesar del protagonismo de Gladys y su condición -que también tiene una sobrina, interpretada por Antonia Santa María-, Elisa Zulueta asegura que Gladys no es una obra sobre el síndrome: "En la obra no se habla sobre el Asperger, el exilio ni la discriminación. Pero sí que se hablan otras cosas, todo el rato". Catalina Saavedra concuerda: "El Asperger no se discute. Ni se nombra. Por eso, para mí, Gladys es como espiar a una familia y ver sus tremendos rollos".

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