Osama. Encierro y muerte del "hombre más buscado"
La única resistencia que recibieron los comandos de EEUU al llegar a Abbottabad fue la del mensajero de Osama bin Laden. El cuerpo del fundador de Al Qaeda, cubierto por una sábana blanca, fue arrojado al mar desde el portaaviones Carl Vinson.

Había tenido un día apacible en su búnker en el lejano pueblo paquistaní de Abbottabad. Para Osama bin Laden, el 1 de mayo pasado transcurría sin alteraciones, salvo por el ruido de los 100 pollos, cabras, búfalos y conejos que correteaban por el patio de su casona, protegida por muros de seis metros de alto. Como en la mayoría de las abúlicas jornadas desde que decidió refugiarse en Pakistán, ese día Bin Laden -según declararían luego a las autoridades paquistaníes cercanos al ex líder de Al Qaeda- debió resolver temas domésticos para sus tres esposas y 10 niños, algunos asuntos de Al Qaeda y no mucho más. Tarde en la noche, el hombre más buscado por EE.UU. se acostó, sin separarse de su fusil AK-47 y una pistola semiautomática Makarov. Ese sería su último día con vida.
A metros del complejo del líder de la red terrorista, construido en 2005, y desde una "casa de seguridad", la CIA vigilaba cada uno de sus movimientos. Aquella noche despejada era la ideal para cumplir lo que tanto ansiaba Washington desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. La tranquilidad de Abbottabad, ese apacible pueblo de montaña que lleva el nombre de un ex mayor del Ejército colonial británico y es usado como lugar de descanso por oficiales retirados de las fuerzas paquistaníes, se rompería bruscamente en medio de la noche. Protegidos por la oscuridad, 25 Navy Seals, la elite de la elite dentro de los comandos estadounidenses, irrumpieron en el búnker de Bin Laden a bordo de dos helicópteros Black Hawks. La operación culminó con la muerte del hombre más buscado del mundo. Pero las versiones sobre lo que sucedió en esos minutos decisivos difieren.
Según la información entregada por la Casa Blanca, el líder de Al Qaeda murió tras un operativo y enfrentamiento de 40 minutos. Sin embargo, el libro Seal Target Geronimo, escrito por un ex comandante de los Navy Seals, sostiene que Bin Laden fue muerto en apenas 90 segundos. Lo cierto es que los comandos entraron a matar, no a capturar al millonario saudita. De acuerdo con el ex Seal, Chuck Pfarrer, que entrevistó a los hombres que participaron en el operativo para su libro, los Seals se descolgaron de los helicópteros e ingresaron por el techo de la vivienda. Ahí, en la tercera planta de la casa y tras una puerta de metal, lo sorprendieron junto a dos de sus esposas.
Cuando los comandos irrumpieron en la habitación, Amal, la más joven de las mujeres de Bin Laden, fue empujada por el propio líder de Al Qaeda hacia uno de los Navy Seals, como una suerte de escudo humano. Segundos después, Amal, de 29 años, hizo un movimiento como si fuera a atacar a uno de los comandos. Acto seguido, recibió un disparo en su pantorrilla. Bin Laden acababa de apagar la luz de su pieza cuando ingresaron los Navy Seals. Según una de sus hijas, los soldados estadounidenses lograron apresar a su padre, para luego matarlo a "sangre fría". A su vez, la versión del gobierno sostiene que un segundo comando entró al lugar y con su M4 láser lanzó dos disparos contra el autor intelectual de los ataques contra las Torres Gemelas, uno contra su pecho y el último en la cabeza. Murió en el acto.
La única resistencia que encontraron los Navy Seals fue la de Abu Ahmed al Kuwaiti, el mensajero de Bin Laden -que sin quererlo "delató" a su jefe-, que vivía junto a su esposa y cuatro hijos en una casa aledaña. También fueron abatidos un par de guardias y Jalid, uno de los hijos del líder del Al Qaeda. En el complejo, los comandos encontraron cientos de CD y DVD e incluido material pornográfico. También varios videos con proclamas de Bin Laden e imágenes del líder terrorista viéndose a si mismo. Los expertos sostienen que Bin Laden ya no tenía influencia estratégica en Al Qaeda y que incluso estaba muy distanciado del "número dos", Ayman al Zawahiri. Tampoco habría manejado mucho efectivo y sus últimas semanas con vida parecía hasta aburrido. También, pasaba horas redactando mensajes frente a un computador, aunque la casa no contaba con internet ni conexión telefónica, por motivos de seguridad.
Tras su muerte, fue Amal quien hizo el reconocimiento de que efectivamente el hombre abatido por los Navy Seals era Bin Laden. Horas más tarde, especialistas de la CIA y el Pentágono realizaron una serie de pruebas de ADN que confirmaron la identidad en un 99,9%. Finalmente, el cadáver fue arrojado al océano desde la cubierta del portaaviones Carl Vinson, en el norte del Mar Arábigo. El cuerpo fue lavado y cubierto con una sábana blanca según el rito islámico. Además, un oficial leyó una oración que fue traducida al árabe "Es un buen día para Estados Unidos. Hoy el mundo está más seguro", dijo Barack Obama, el día en que Osama bin Laden finalmente murió.
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