Si algo le ha dado miedo a la ruda banda Metallica fue colaborar con Lou Reed, a quien se considera como el padre del rock alternativo, en su más reciente álbum "Lulu".

"Eso nos dio miedo, pero también nos emocionó pensar: '¿Nos irá a decir qué debemos tocar?, ¿vamos a saber qué tocar?, ¿comenzará a improvisar al cantar?, ¿deberíamos saber cómo hacer algunas partes?", confesó el vocalista James Hetfield.

"Hemos grabado de muchas formas y a pesar de todo esto era diferente para nosotros", afirmó.

Reed y Metallica, integrantes en ambos casos del Salón de la Fama del Rock and Roll, tocaron juntos por primera vez en el concierto por el 25 aniversario del salón en 2009 y así se dieron cuenta de que tenían una gran química.

Esta química los llevó a reunirse de nuevo en el estudio. El concepto del álbum, lanzado este martes, comenzó como un proyecto original de Reed, basado en las obras "Lulu" ("Espíritu de la Tierra" y "La caja de Pandora") escritas por el alemán Frank Wedekind a finales del siglo 19 y principios del 20.

"Este era el molde que mandó Dios", dijo Reed en una entrevista de esta semana con Hetfield y el baterista Lars Ulrich.

Explicó que "fue escrito para una obra en Berlin, para el Berliner Ensemble. Se hizo ahí y como un paisaje sonoro rodeado de varios instrumentos electrónicos. Hice todo y, como es mío, se los traje y dejé que tuvieran libertad con él para que por encima de todo lo electrónico se convirtiera en Metallica".

Ulrich dijo que la mayoría del álbum se grabó en cuatro días.

"No tenemos idea de qué fue lo que nos picó, gran parte de eso era estar en el momento, tocar juntos y permitir un poco que la impulsividad nos llevara para que fuera lo principal en vez de pensar", dijo el baterista de Metallica, para quien "fue una experiencia más física que mental".

Reed, quién entró al salón de la fama del rock como parte del grupo Velvet Underground, ha trabajado con muchos artistas, desde David Bowie a The Killers, pero considera que su labor con Metallica es "la mejor música que he hecho".

Hasta ahora las reseñas han sido variadas, pero Reed insiste que no le importa lo que digan los críticos.

"No me importa lo que diga un crítico sobre nada, ni siquiera sobre un puesto de hamburguesas. Creo que no hay otro tipo de personas a las que respete menos", sentenció.