A la caza de los votos de centro: una mirada a las propuestas económicas

En una primaria marcada por la baja participación, la candidata comunista Jeannette Jara se impuso por amplio margen. Aunque rápidamente recibió el respaldo de sus contendores, los candidatos no son dueños de los votos (axioma fundamental en la política) y el electorado de centro podría sentirse huérfano con la oferta actual. Además de los temas de seguridad, las propuestas económicas podrían ser decisivas, especialmente cuando el crecimiento se ha vuelto una de las principales demandas ciudadana.
A cinco meses de la elección, los programas siguen siendo escuetos y se conocen principalmente por declaraciones públicas. Aun así, es posible comparar las propuestas económicas de Evelyn Matthei y Jeannette Jara, y su cercanía con la excandidata Carolina Tohá.
En materia fiscal, Tohá proponía bajar el impuesto corporativo de 27% a 24%—cercano al promedio OCDE—, compensado con alzas en los tramos altos del impuesto a la renta. También proponía mayor eficiencia del gasto, en línea con la actual meta del gobierno de recortarlo en 0,55% del PIB. Matthei planea ir más allá, bajando el impuesto corporativo a 23% durante su mandato, compensado con la eliminación de exenciones tributarias. También ha planteado reducirlo a 18% en 10 años, aunque esto es más bien una señal política, ya que excede el período presidencial. Además, propone recortar el gasto público en 1,9% del PIB en cuatro años.
Por su parte, Jara propone “redistribuir para crecer”, con un sistema tributario más progresivo y alzas de impuestos a los súper ricos. Con esto se entiende que, antes que recortes de impuestos, buscarían avanzar en la dirección contraria.
En crecimiento económico, además de redistribuir la carga tributaria, Tohá y Matthei se han mostrado proclives a reducir la “permisología”. Matthei propone además invariabilidad tributaria por 10 años para grandes proyectos de inversión. Jara, en cambio, propone un modelo centrado en la demanda interna, donde el Estado asumiría un rol más activo al definir sectores prioritarios y elevar la inversión pública, lo que conlleva un mayor costo fiscal.
En lo laboral, Jara propone subir el salario mínimo a 750.000, reducir la jornada a 40 horas en el sector público, negociación ramal y libertad sindical. Matthei ha dado menos señales sobre este tema, enfocándose en el crecimiento como motor del empleo y promoviendo la sala cuna universal para fomentar la participación femenina. Tohá estaba más cerca de Matthei en ese sentido, apuntando al crecimiento y la sala cuna universal, pero también buscaba reforzar la sindicalización y la negociación colectiva.
Aunque en materia económica las propuestas de Tohá son más cercanas a Matthei que a Jara, cabe preguntarse si la baja participación en las primarias y la poca votación que tuvo Tohá reflejan que el votante de centroizquierda está desapareciendo o simplemente no se sintió representado. Y si aún existe, ¿votará en primera vuelta por una candidata con un programa parecido al que no apoyó en la primaria? Estas preguntas son aún más complejas considerando que la primaria fue voluntaria, mientras que la primera vuelta será con voto obligatorio.
La estrategia de Jara es clara y ya la ha declarado: disputar los votos de centroizquierda y también los de la “derecha populista”. Por su parte, el paso de Matthei a segunda vuelta (lo que, de acuerdo con las encuestas, no estaría logrando) dependerá en gran parte de cómo logre cazar los votos de centro sin descuidar su flanco derecho, con Kast y Kaiser abocados directamente a ese sector.
El alza de Franco Parisi en las encuestas aparece como un factor de riesgo adicional para las aspiraciones de la candidata de Chile Vamos. Así, el diseño y éxito de estas estrategias definirá quiénes pasarán a una eventual segunda vuelta.
*El autor de la columna es economista de LarrainVial Research
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