El hedonismo moderno o la búsqueda del placer

No es un secreto que la mayoría de las personas viven aceleradamente, con poco tiempo para compartir, incluso con sus seres queridos. El egoísmo se acrecienta y transforma al individuo en un esclavo de las cosas materiales. Se vive en un mundo donde parecen primar las posturas hedonistas; se trata, en esencia, de la búsqueda del placer como meta principal de la vida.
Sin embargo, no es correcto pensar que la vivencia máxima pueda reducirse sólo a la experiencia del placer sensible - como muchos postulan actualmente, incluso los más jóvenes -, pues el ser humano no es pura sensibilidad, no es sólo cuerpo, sino que también existe en él una parte espiritual que se manifiesta en los actos intelectuales, los de la voluntad y los de la afectividad (amor, compasión). El hedonista moderno es un ser limitado, superficial y hasta vulgar, ya que reduce la vida a un continuo de satisfacciones meramente placenteras que aceleran las experiencias sensibles, pero que tienen características limitadas y efímeras.
Cuando se busca el placer por el placer mismo, el resultado puede llegar a ser frustrante, originando una constante insatisfacción. Así, en el momento en que el individuo encuentra el placer físico, éste le parecerá temporal y pequeño, lanzándose entonces a la búsqueda de otro más grande. El hedonismo actual se ha quedado con el sexo, la belleza física, la comida, las drogas y los vicios (en Chile, principalmente el alcohol). Se intenta vivir la vida al máximo - con relaciones interpersonales ocasionales y ligeras -, sin detenerse a mirar al vecino, menos aún al pobre o al impedido. Siendo el gusto sensible su vehículo de conocimiento, no percibe las cosas más altas y excelsas del espíritu, sólo los bienes físicos de los que el hedonista se "alimenta".
Las personas modernas son consumistas de todos aquellos recursos materiales que contribuyen a saciar sus ansias de placer, y Chile no es ninguna excepción en este ámbito, todo lo contrario. El hedonismo es incluso el principal causante de la obesidad que afecta al mundo occidental; hoy se come por el mero gusto de ingerir alimentos, en cantidad antes que calidad. Los canales de la televisión chilena están colmados de programas de comida, donde se rinde pleitesía a la gula.
Son pocos los que pueden resistir esta grave enfermedad que afecta a la modernidad. Se requiere de un espíritu fuerte para mantener vivas las antiguas tradiciones, las de nuestros padres, abuelos y ancestros, quienes vivieron en un mundo más sencillo, humilde, pero fecundo. Mirar con calma hacia el pasado y aprender del ejemplo que nos legaron aquellas personas que un día fueron importantes para nosotros, es una experiencia necesaria y edificante.
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