SEÑOR DIRECTOR:

Para tranquilidad de la ministra del Interior, nadie tiene dudas de que el uso de la fuerza es una decisión esencialmente política. Sin embargo, eso no obsta para que las opiniones de las FF. AA. sean debidamente consideradas, pues en última instancia son ellas los que pondrán “el pecho a las balas”, con las consiguientes eventuales acusaciones por uso excesivo de la fuerza o violación a los derechos humanos.

A los políticos que tanto les gusta enarbolar la no deliberación y la subordinación de las FF. AA. al “poder civil”, con la misma pasión, deberían respaldar a los militares cuando en el cumplimiento de sus tareas de seguridad interior se produzcan situaciones políticamente sensibles. De ahí la importancia de clarificar el uso de la fuerza, de modo que después nadie “se lave las manos” o “mire para el techo”, dejando a los militares desamparados política y judicialmente.

Miguel A. Vergara Villalobos