Artistas chilenos en Turquía
Los chilenos marcan presencia en la actual Bienal de Estambul, donde se reúne la avanzada del diseño y la arquitectura internacional. Pedro Alonso con Hugo Palmarola, por un lado, y Alfredo Thiermann con Ariel Bustamante, por el otro, construyen instalaciones audiovisuales con objetos e imágenes encontradas que revelan la influencia del diseño en la historia y el paisaje de Chile. Hasta el 4 de diciembre.
Paula 1212. Sábado 05 de noviembre de 2016.
¿Somos humanos?: El diseño de las especies es el inquietante título de la presente edición de la Bienal de Diseño de Estambul. De partida, la curaduría no está a cargo de diseñadores, sino de historiadores de la arquitectura. Beatriz Colomina, académica de la Universidad de Princeton y Mark Wigley, de Columbia, postulan en esta bienal una visión expandida del diseño, que no solo incluye a la arquitectura y el arte, sino a todas las disciplinas existentes. Y es también un acercamiento crítico: lejos de la idea del diseño como creación de "objetos bonitos", lo abordan como un sistema que ordena y controla totalmente nuestra vida. Porque todos los objetos, estructuras y mecanismos que hay en el mundo han sido producto de acciones de diseño que condicionan y modifican el desarrollo del hombre. Así, por ejemplo, diseñamos teléfonos móviles y ahora no solo somos sus esclavos, sino que, además, su uso masivo y continuo está produciendo transformaciones en la especie. "El diseño siempre se presenta a sí mismo sirviendo a los humanos, pero su real ambición es rediseñar a los humanos", explica la curadora. "Los humanos siempre han sido radicalmente rediseñados por los diseños que producen y el mundo del diseño continúa expandiéndose". Este análisis instó a que en la Bienal se mostraran proyectos de corte documental y arqueológico, donde se pudieran rescatar materiales antiguos, para así apreciar con perspectiva histórica la estrecha relación entre el diseño y el humano.
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Pedro Alonso y Hugo Palmarola exhiben el resultado de una interesante investigación: la existencia de bases de observación en la Guerra Fría.
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"La obra ficciona la Antártica como la última ruina contemporánea, que, aunque aparentemente deshabitada, expresa en su diseño topográfico los efectos de una acción humana a nivel planetario. Pero también puede leerse como un territorio para imaginar el futuro". Alfredo Thiermann y Ariel Bustamante.
Para ello convocaron a 70 autores, entre los cuales hay figuras muy destacadas internacionalmente, como Thomas Demand y Diller Scofidio + Renfro. Cuatro chilenos forman parte de esta selección: Pedro Alonso, Hugo Palmarola, Alfredo Thiermann y Ariel Bustamante, todos intelectuales y creadores que desarrollan proyectos internacionales, con contenidos, métodos y lenguajes multidisciplinarios. Agrupados en duplas, están presentando dos proyectos.
La propuesta conjunta de los arquitectos Pedro Alonso y Hugo Palmarola (quienes obtuvieron el León de Plata en la Bienal de Venecia 2014 también con un proyecto de tipo arqueológico/documental) resulta muy pertinente, además de provocativa. Bajo el título Arqueología de las cosas más grandes que la tierra, los autores presentan el resultado de una interesante investigación que revela la existencia de complejos arquitectónicos repletos de aparatos, los que funcionaron como bases de observación de redes satelitales que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética instalaron a lo largo de Sudamérica, como una línea de norte a sur en las décadas del 50 y 60. En Chile, la hoy inactiva estación de Peldehue, cerca de Colina, fue la más grande del continente. Los artistas analizan distintos elementos de este sistema de observación del territorio, entendiéndolo como un diseño de vigilancia global, en el contexto de la Guerra Fría. La video-instalación que muestran en Estambul incluye, entre otras cosas, dos películas compuestas de extraños objetos tecnológicos (como radios, cámaras, computadores, grabadores), que rescataron durante su exploración: una corresponde a los norteamericanos y la otra a los soviéticos. Además, hay un video en el suelo que es una simulación del vuelo de los satélites. "Lo que interesa es ver la cultura que estos objetos de diseño encarnan. Porque estos aparatos, edificios y sistemas dan cuenta, en sí mismos, de cómo la actual globalización es también producto de una operación de diseño".
"Hay diseño urbano en la forma en que las dos grandes potencias de la Guerra Fría se instalan en Sudamérica: diseño de objetos, diseño arquitectónico y diseño de paisajes. Incluye edificios, antenas, artefactos y objetos, en tierra y cielo. La línea de bases de monitoreo que instalaron a lo largo de Sudamérica puede entenderse como diseño de paisaje". Pedro Alonso y Hugo Palmarola.
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Ariel Bustamante y Alfredo Thiermann presentan una serie de fotografías aéreas sobre la Antártica realizadas por Estados Unidos en los años 50.
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Curiosamente, el proyecto del arquitecto Alfredo Thiermann junto al artista sonoro Ariel Bustamante coincide en tocar el tema de la observación del territorio por las superpotencias globales de la Guerra Fría, pero esta vez se trata del rescate de fotografías aéreas sobre la Antártica, realizadas por la fuerza aérea norteamericana a comienzo de los años 50. Los artistas llevan estas imágenes a una instalación de cajas de luz que cuelgan del techo, generando un ambiente de aislamiento. La obra incluye un audio que reproduce sonidos registrados en el continente Antártico junto a una serie de voces que describen, en forma de bitácora, el contenido registrado en las fotografías. "Nos interesa hablar de un territorio que se concibió, históricamente, como un mundo cerrado y deshabitado. Y reproducirlo en la obra como un espacio de fuerte carga humana. Incluso los rasgos y relieves de la superficie del territorio pueden entenderse como producto del diseño humano a una escala planetaria", explican.
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