Ernesto Ottone: “Lo que aquí está en juego es quién va a tener el rol hegemónico en la izquierda”
A juicio del exestratega de Lagos, las primarias evidenciaron un problema de origen: una tensión soterrada entre la izquierda democrática y la izquierda radical. De ahí arranca su análisis sobre las cartas presidenciales y pone foco en Jeannette Jara: “Ese rostro amable no representa al conjunto de un PC más bien duro, principista”, afirma.
Conoce bien el mundo de las izquierdas. Ha habitado allí toda su vida. Tempranamente, militó en las JJ.CC. y llegó a ser un destacado dirigente de la Internacional Comunista. Pero su tránsito político avanzó más hacia la academia y la auscultación de las sociedades.
Sociólogo, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad París III, Ernesto Ottone no sólo ha sido un agudo observador de los procesos políticos -es un prolífico escritor de ensayos y libros-, sino también uno de los estrategas más influyentes del gobierno de Ricardo Lagos. Fue en su mandato que este intelectual direccionó el mítico Segundo Piso.
Hoy, aunque mantiene relación estrecha con el expresidente Lagos, a quien visita una vez por semana, Ottone se mantiene más en el análisis que en la política activa.
¿Qué se juega en las primarias de hoy? ¿Solamente quién va a ser la candidata o candidato del oficialismo?
Se juega bastante más que eso. Mi impresión es que lo que está en juego aquí es quién va a tener el rol hegemónico en la izquierda. Eso lo cambia todo.
¿Por qué?
Porque es la prefiguración del cuadro total. Luego de estas primarias comienza la elección presidencial. Tendremos que ver cuánta gente va a ir a votar. ¿Votarán más los activos de los partidos o lo que podríamos llamar “el pueblo de izquierda”? Luego viene la pregunta sobre qué tipo de izquierda van a elegir para dirigir los procesos de aquí en más…
¿Estas primarias dejarán heridas, grietas insalvables? Ha habido una pugna entre las izquierdas. Por lo pronto, críticas del FA a la ex Concertación…
Lo que muestran las primarias es que aquí subsiste un problema de origen. Por un lado, una izquierda radical que se construyó sobre la crítica del espíritu reformador que tuvo la Concertación. Por lo tanto, todo su discurso siempre ha sido refundacional, revolucionario. Por cosas de la vida, esa cultura ganó las elecciones pasadas. Y hay una segunda cosa. Desde los tiempos de la dictadura, el Partido Comunista asumió la idea de la rebelión popular de masas. Entonces, eso también te lleva a una situación de radicalización de la izquierda, porque tanto el FA como el PC son dos fuerzas que surgen como enemigas del proceso de la transición democrática. Eso es lo que está en la base.
El PC tiene una candidata como Jeannette Jara que no pareciera estar en esa línea…
Esa es la astucia de la historia, como decía Hegel. Porque fíjate que esta candidata redondita, simpática, que parece gentil, que baila muy bien, que es pura emocionalidad, aunque es una mujer inteligente, es minoritaria al interior de este Partido Comunista tan radicalizado.
¿Será tan así?
O sea, si a Jara la mides con Lautaro Carmona, con Daniel Jadue o con Juan Andrés Lagos, tienen muy poco que ver. El hecho de que alguien que se alegra de una reforma parcial de las pensiones, pero que sí va a significar que a la gente le mejora la situación, no parece ser el ánimo de todos allí.
Pero es la candidata de los comunistas…
Por eso te digo que es la astucia de la historia. Porque a esta mirada hosca del PC le aparece una candidata que se impone contra viento y marea y pone al PC en una posición expectante.
¿Y cuál es la astucia de esta historia?
Que aparece una candidata que es capaz de borrar el hecho de que pertenezca al Partido Comunista. La historia no son sólo doctrinas. También son las historias concretas de las personas. Eso es lo que encarna Jara. Y esto que le pasa al PC es muy parecido a lo que está pasando en el Frente Amplio.
¿En qué sentido?
En que ellos llegaron al gobierno con la intención de salir del fango reformador y hacer una refundación en serio, pero les fue mal. La derrota del proceso constitucional fue espantosa. Y Boric, en vez de reaccionar golpeando la mesa, buscó una salida política e incorporó al Socialismo Democrático con Carolina Tohá a la cabeza.
¿Boric logró ponerse en otro lugar? ¿O es el mismo lugar que ocupa Gonzalo Winter ahora?
Fíjate en la astucia de la historia de nuevo. En el candidato Winter no está predominando el espíritu de Boric. Su apuesta fue por volver a las raíces, lo cual complica aún más las cosas.
¿Por qué? ¿Por qué se puede romper la relación con el Socialismo Democrático?
Porque al hacer un discurso en torno a sus raíces, hoy surge la duda si lo que ha hecho Boric al incorporar al Socialismo Democrático fue realmente una evolución hacia una izquierda democrática o no.
¿Y qué cree usted?
Aún no tenemos la respuesta. Pero la pregunta se vuelve mucho más acuciosa hoy, porque ¿qué va a pasar con ellos si quedan en la oposición? ¿Van a ser una oposición madura, democrática, sin populismo? ¿O van a volver a las andadas, incluido Boric?
Es la pregunta que instaló Óscar Landerretche.
Landerretche dijo en voz alta lo que todos murmuran. La gran pregunta que uno tiene con ellos es si en el Frente Amplio cambió y ahora tienen una cultura de gobierno o no.
En esa línea, ¿qué representa hoy Carolina Tohá?
Bueno, ahí entramos al problema principal. Hasta ahora, la lectura era que al gobierno llegó la gente formada en la Concertación y que eso permitió salvar los muebles, que este gobierno no se desarmara y terminara en una cierta medianía, en una cierta mediocridad, pero no en una catástrofe. Esto en el entendido de que ellos comprendieron que gobernar un Estado es una cuestión compleja. ¿Y qué pasó? Que se daba por hecho que Tohá era una candidata muy competitiva con la derecha, porque toda la izquierda y un mundo de centro se sumaría a votar por ella. Parecía que hacia allá iban las cosas…
¿Hasta que aparece Jeannette Jara?
Claro, y resulta que el lobo no tiene pinta de lobo. Jeannette Jara maneja un lenguaje popular y dice: “Bueno, yo puedo salirme del Partido Comunista sin abandonar mis ideas”. Eso es una cosa muy rara, pero la gente se lo acepta porque es simpática y dice todo de manera gentil. Así comienza a tener una fuerza importante.
¿Y qué le fue pasando a Tohá en la campaña?
No hay dudas de que Carolina es una persona muy inteligente, estructurada, con mucha preparación y experiencia, pero no tiene ese otro factor que está pesando en la política de estos tiempos. La racionalidad, la solidez programática, cada día cuenta menos y pesa más la identificación con una persona.
Se dice que Tohá se parece mucho a Lagos en el sentido de que la gente pensaba que podía ser un buen Presidente, pero que no era buen candidato.
Cierto, Lagos era más estadista que campañero. Y creo que Tohá también es más estadista que campañera.
¿Y Jara?
Yo creo que Jara es muy campañera, y no sé si estadista. Es una gran interrogante. A lo mejor es Juana de Arco y conduce a los ejércitos y le gana al rey de Inglaterra. Pero ahí ya entramos en un mundo de fantasía.
Las incomodidades del PC
En el caso de que ganara Jara, ¿el Partido Comunista podría tener problemas internos, tironeos?
Varios problemas. El primero es que ese rostro amable que muestra ella no representa al conjunto de un PC más bien duro, principista y que lo que quiere es hacer un gobierno que realmente haga una refundación, tal como la entienden ellos. Tú podrías ganar la elección con un rostro amable, pero tu estructura organizacional y política es marxista-leninista. Ahí hay un problema en su interior.
¿Y en qué se traduce?
En que tú no puedes decir que tienes una estructura marxista-leninista y a la vez decir que eres demócrata. Eso no existe en la historia de la humanidad. Nunca ha existido. Solo hay un partido que dejó de ser marxista-leninista y se convirtió en socialdemócrata y es el partido democrático italiano. Pero es una excepción.
¿Quiere decir que el PC chileno no es democrático?
Eso es complicado de decir. Pero el PC chileno nunca ha estado dirigiendo -hegemónicamente- un gobierno en Chile. Entonces, no sabemos si es demócrata en el poder. Lo único que sabemos es que ningún Partido Comunista que ha llegado a un poder hegemónico ha sido demócrata. Ese es el único dato que tenemos.
Pero en las últimas décadas ha sido un partido que ha sido parte del juego democrático…
El PC ha estado por la democracia, pero la pregunta es si esa es una decisión táctica o una convicción estratégica. Esa pregunta está abierta y existe desde la Unidad Popular. Dicho eso, hay algunos datos preocupantes. Que apoyen regímenes dictatoriales, que digan que Cuba es democrática y que en Venezuela hay una democracia es complicado.
Jeannette Jara ha sublimado esa posición.
Claro, porque ella está por sublimar todo.
La otra gran pregunta es qué pasa si gana Jara. ¿Cree que el Socialismo Democrático queda bajo tierra?
No. Si el Socialismo Democrático pierde, tendrá que ver cómo se reconstruye. Las incomodidades del Socialismo Democrático es que se comprometieron a apoyar a quien gane la primaria. Por lo tanto, tendrán que seguir juntos hasta las elecciones. Mira, es como si antes hubiesen estado pololeando, haciendo cosas juntos, y ahora se separaron, se dijeron todo lo que tenían que decirse, pero se van a tener que juntar de nuevo. Pero aquí todos van a salir con el corazón quebrado.
¿Esta primaria terminó siendo más áspera de lo que muchos pensaron?
Claro, porque tuvieron que diferenciarse y quedaron heridas. Mi opinión es que la única forma de que se recupere un espacio socialdemócrata es que se separe de la izquierda radical. Cada uno construye su proyecto y se podrán poner de acuerdo en temas, pero cada uno hace su camino.
Gabriel Boric tuvo el sueño de terminar su gobierno con una gran coalición de izquierda y centroizquierda. ¿Eso fracasó?
Es que no existía tal cosa. La Concertación pudo funcionar porque era una alianza de la izquierda democrática con un centro progresista.
¿Y aquí por qué no?
Porque hay proyectos distintos. Es cosa de mirar las votaciones en el Congreso. Entonces, pudiste imaginar eso, como imaginaste la refundación, pero era imposible. Es contra natura que se dé una alianza estratégica entre la socialdemocracia y la izquierda radical. Puede haber acuerdos, pero otra cosa es conformar una sola fuerza. Eso era inviable.
¿Por qué cree que el Socialismo Democrático -que fue parte esencial del gobierno- no logró imponerse?
Vuelvo a lo anterior: la centroizquierda fue un factor fundamental para terminar el gobierno después de la derrota del plebiscito. Se pensaba que a partir de eso había un proceso en que los sectores de la izquierda radical entendían las razones del reformismo. Por lo tanto, se pensaba también que habían adquirido una hegemonía, porque ellos fueron derrotados en su intento de refundación. Eso no es para nada claro hoy.
¿Eso va ligado al triunfo o a la derrota de Tohá?
Bueno, si no gana Carolina Tohá querrá decir que el Socialismo Democrático no logró transformar ese rol en dirección política, en hegemonía. Es decir, no tuvo la fuerza para recuperar el papel que jugaba en el país. En ese sentido, se podría decir que no se dio una recreación de una centroizquierda.
¿En esta primaria la izquierda tiene en juego su destino para los próximos años?
No es sólo su destino. En estas primarias la izquierda se está jugando cuál va a ser su orientación. En mi opinión personal, yo no creo que haya un futuro para todas las izquierdas juntas.
¿No?
No. Yo veo que existe un futuro para una izquierda democrática, que es muy diferente a una izquierda radical. Pero necesita ampliarse hacia el centro, llegar a acuerdos con mucha gente que no apoyó a este gobierno…
¿Y esto podría marcar un punto de inicio?
Podría ser un punto de inicio, pero una derrota de la izquierda democrática también podría ser el inicio de un proceso mucho más largo. O sea, las dos cosas operan en temporalidades distintas.
¿Cómo así?
Si pierden, les quedan dos posibilidades. O se subordinan a la izquierda radical y siguen funcionando de esta manera o reconocen que este no es su camino.
En el fondo, ¿estas primarias podrían gatillar un quiebre?
No necesariamente. También pueden sacar la conclusión contraria y decir que es mejor seguir juntos. Algunos podrían pensar: “Bueno, es que ustedes piensan diferente”. Y otro responder: “Sí, pero volvimos a pensar que parece que exageramos”. Siempre puedes darte una vuelta de carnero. Ahí opera la naturaleza humana, el apego al poder. Por lo tanto, lo más probable es que impere el pragmatismo. Ya hay compromisos tomados, y si las posibilidades de ganar el gobierno son pocas -que es lo que dicen las cifras hasta ahora-, todo se va a centrar en las parlamentarias. Ese factor tiende a poner a las personas de acuerdo.
Visto así, ¿cuál sería el escenario más peligroso para las izquierdas?
En Chile, la izquierda nunca va a poder gobernar solo con la izquierda. Necesita tener un centro y una centroizquierda. Por lo tanto, el peligro tiene más que ver con los equilibrios que tendrá el país hacia el futuro.
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