La discreta agenda de Kast con los empresarios
Una reservada agenda de reuniones echó a andar el presidenciable republicano para conquistar al mundo empresarial y gremial, tradicionalmente ligado a la centroderecha. Su opción empezó a despertar interés desde que se ubicó en la pole position, hecho que está remeciendo las aguas en Chile Vamos. Kast ha respondido a las principales inquietudes del sector: su capacidad de asegurar gobernabilidad, su programa económico y los equipos con que podría llegar a La Moneda.
El 10 de julio, José Antonio Kast movió sus piezas. Dos meses antes, Evelyn Matthei lo había dejado casi sin margen de nominación en el área económica al reclutar a 40 destacados profesionales de la plaza -entre ellos exministros y exmiembros del Banco Central- como integrantes de su grupo programático.
El paso de la exalcaldesa aumentó la presión sobre el abanderado republicano respecto del equipo con que pretende gobernar si logra llegar a La Moneda. De ahí que ese jueves empezara a despejar algunas interrogantes, al anunciar públicamente al ingeniero comercial Jorge Quiroz como su coordinador económico.
No fue lo único.
También echó a andar una reservada agenda de contactos con empresarios y dirigentes gremiales, para socializar su propuesta país y despejar mitos. Sobre todo, consciente de que la conquista de ese sector -tradicionalmente ligado a la centroderecha- nunca le ha sido fácil y que en los últimos meses se había decantado claramente por la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei.
Esto, ante una serie de cuestionamientos por su accionar político en los últimos años.
En la lista corta, en el mundo empresarial le enrostran la posición maximalista que él y su partido tuvieron en el segundo proceso constitucional, el que terminó en un fracaso. Pero, por sobre todo, le critican el rechazo al acuerdo que Chile Vamos logró con el gobierno a principios de este año por la reforma previsional -que fue apoyada públicamente por la CPC y la Sofofa-, y que terminó consolidando el rol de las AFP y fortaleciendo el mercado de capitales.
En el último tiempo, además, se ha sumado a la nómina su resistencia a una plantilla única parlamentaria con los partidos que apoyan a Matthei, que les permitiría a las derechas obtener la mayoría en el Congreso, oportunidad que se podrían farrear a causa de la pugna por las hegemonías. Y más recientemente sus dichos en orden a que “el Congreso es importante, pero no es tan relevante como imaginan (...). Aquí no necesitamos más leyes para aplicar la ley. Eso es casi absurdo”.
“Esto no es un club de amigos”, resume una fuente del Partido Republicano para graficar que el acercamiento -para unos y otros- no ha sido fácil.
El interés por reunirse con Kast prendió en este sector en la medida en que el exdiputado fue consolidando su primer lugar en las encuestas, por lo que en la tienda reconocen que los llamados para pedir reuniones empezaron a dispararse.
Quiroz -quien conoció al abanderado republicano recién a principios del año pasado por el tema del recálculo de los índices de pobreza- también ha sido clave en empujar los nexos con ese mundo, por sus más de 30 años como consultor de empresas en Quiroz&Asociados.
“Jorge prende harto con los empresarios, porque conoce muy bien cómo operan y las dificultades que enfrentan”, comenta un exministro del gobierno de Sebastián Piñera.
Desde su arribo se han planificado por lo menos tres reuniones semanales con grandes, medianos y pequeños empresarios. Incluso, hay economistas y altos ejecutivos que aseguran que Kast ya se juntó con representantes de los cuatro grandes grupos -Luksic, Angelini, Matte y Yarur-, aunque una fuente cercana al abanderado solo se limita a señalar: “No lo vamos a confirmar ni tampoco a desmentir”.
El diseño contempla reuniones conjuntas y por separado de Kast y Quiroz, para optimizar los tiempos. Aunque estas citas muchas veces tienen más un cariz político que económico.
Lo central -para los republicanos- es transmitir un mensaje: convencer al mundo empresarial de que el proyecto que encabezan -que en innumerables ocasiones han tildado de “gobierno de emergencia”- es serio, que están dispuestos a hacer la pega. Pero que también necesitan que el sector privado recupere la confianza e invierta.
El déficit fiscal, la permisología, la crítica al excesivo empleo público, la falta de vivienda y el impacto en el sector de la construcción y las cifras de desempleo son los temas que se repiten casi como un mantra cuando en esas conversaciones se aborda el tema económico.
“No todas las decisiones les gustan, no están de acuerdo con todas las medidas, pero sí nos interesa dejar claro que aquí va a haber un gobierno que va a tomar todas las medidas para que el país vuelva a ser un país seguro, que pueda crecer y crear empleo”, plantea una fuente republicana.
Pero es su equipo político la pieza permanente en todos estos encuentros. Ejecutivos y empresarios que han acudido a esas citas relatan que Kast suele ir acompañado por algunos de sus principales integrantes: Arturo Squella, presidente del partido; Carmen Soza, directora de Ideas Republicanas y jefa programática de la campaña; Carolina Araya, periodista y jefa de gabinete; Cristián Valenzuela, asesor estratégico, y el exconsejero constitucional Sebastián Figueroa, quien ha estado encargado -además- de la negociación de la plantilla parlamentaria. Incluso, a alguna reuniones -las menos- ha ido solo Squella en representación del candidato.
Los otros nexos
Pero Quiroz -doctor en Economía de la Universidad de Duke en Estados Unidos, la misma donde estudió el expresidente Ricardo Lagos- no es el único nexo de Kast con los empresarios, aunque probablemente sea el más activo.
Otro es Eduardo Guerrero, ingeniero comercial de la UC y magíster en Economía, vicepresidente ejecutivo del factoring Primus Capital y uno de los directores de Ideas Republicanas -el think tank de esa tienda-, quien fue el coordinador económico de su campaña para la primera vuelta presidencial de 2021.
Kast también ha asistido a algunas reuniones y foros, como el debate de Salmón Summit en Frutillar y el de la Sofofa, que se realizó el 31 de julio, con Andrés Serra Cambiaso, quien forma parte del directorio de la Clínica Indisa y de Besalco. A Serra lo une una larga amistad con Kast, que lo ha llevado a acompañarlo en distintas instancias desde 2016.
Con él, por ejemplo, participó a principios de mayo en una cena con Cadem, en un restaurante de Alonso de Córdova, a la que asistieron -aparte de Roberto Izikson, gerente general de la encuestadora- entre 15 y 20 empresarios de distintos rubros, entre ellos, forestales y financieros, en el ciclo de diálogos con distintos candidatos y figuras del acontecer nacional.
Uno de los asistentes a esa cita confidencia que Kast se explayó sobre sus propuestas en seguridad y economía y que, luego de ese espacio, se abrió una ventana para preguntas. No todas fueron fáciles.
Una de las consultas partió de la base de la afirmación de Kast de que los problemas se resuelven con convicción, y que siendo el expresidente Piñera “un gran gestor”, no había podido lograr todos los cambios que se había propuesto. “¿Por qué ustedes sí lo lograrían y él no?“, le preguntaron. Otra interrogante versó en por qué no había logrado la aprobación de una nueva Constitución en el segundo proceso constituyente.
En otras reuniones, como la del martes 5 de agosto, con otro grupo de empresarios -también entre 20 y 25-, la inquietud apuntó a la gobernabilidad y a la incógnita sobre los equipos de trabajo que planea nominar. Según asistentes a diversas reuniones donde se ha tocado este tema, Kast ha dado señales de que buscaría apoyo en profesionales de Chile Vamos, aunque no acudiría a quienes estuvieron en la primera línea de los gobiernos piñeristas.
Ese día, además, se le consultó por qué no se logró una lista parlamentaria única, solicitud que fue estampada en una carta pública en El Mercurio, y que terminó siendo firmada -en una plataforma digital- por más de cuatro mil empresarios y profesionales.
El más categórico con esta postura ha sido el empresario Nicolás Ibáñez, quien hoy administra sus inversiones a través de su family office Drake y que advirtió en entrevista a Pulso que si la oposición no va unida en una lista única “no va a haber financiamiento para un circo como este”, punto que desató una serie de cuestionamientos. Incluso de Matthei -quien ha intentado alejarse de las polémicas-, la cual no dejó pasar el comentario: “Ese tipo de recados no es muy feliz”, sentenció.
Uno de los comensales comentó a La Tercera que entre los principales fantasmas -en un eventual gobierno de Kast- está justamente el cómo pretende asegurar la gobernabilidad. Esto, ante el temor a que se produzca un nuevo estallido social, tal como el que debió enfrentar Piñera durante su segunda administración. “Para nosotros, los consensos, la capacidad de llegar a acuerdos y la gobernabilidad son claves”, resume.
Similar preocupación se le expuso a Kast en un almuerzo con AmCham, el 3 de junio, con Roberta Valenca, presidenta del directorio, y Paula Estévez, gerenta general, en el que participaron 37 CEO de empresas en un ciclo presidencial. Matthei estuvo el 14 de enero en un desayuno, y también han sido invitados algunos presidentes de partidos, como Guillermo Ramírez (UDI) y Rodrigo Galilea (RN), por su rol en el comando de la exedil.
A ello obedece que Kast en todas sus intervenciones se haya enfocado en dar confianza, asegurando que no levantan un proyecto disruptivo en lo político y que tampoco están enfrascados en una pugna por la hegemonía -ante la resistencia a una plantilla parlamentaria conjunta con Chile Vamos-, sino que en un objetivo que busca maximizar las opciones electorales. Una apuesta que sus interlocutores observan con escepticismo y que pretenden cobrarle -al menos a nivel argumental- si sus cálculos no resultan acertados el próximo 16 de noviembre.
Por lo pronto, entre los cercanos a su candidatura figuran Nicolás Ibáñez; Wolf von Appen y su hijo Richard, miembros de la familia que controla el grupo portuario Ultramar, aunque Wolf ha aportado 19 millones de pesos a la campaña de Matthei, según la plataforma del Servel. A ellos se suma Lucy Ana Avilés, esposa de Benjamín Walton, nieto del fundador de Walmart; Francisco Allende Decombe, presidente de la Fundación Las Rosas, y el presidente del directorio de FoodGroup, Cristián Cox Vial.
La ofensiva de Kast no ha pasado inadvertida para los partidos base de Matthei, quien ha estado públicamente, al igual que otros abanderados, con la Cámara Chilena de la Construcción, la Cámara de Comercio de Santiago, la Sociedad Nacional de Agricultura, la Sofofa, la CPC -el miércoles pasado- y con gremios del turismo y del comercio.
En Chile Vamos se hace ver, en todo caso, que el aterrizaje del expresidente de la CPC Juan Sutil en el comando de la exalcaldesa calmó las aguas, ya que el empresario es visto por algunos como una suerte de barrera de contención ante eventuales fugas.
Para otros, su tarea no es esa, sino que va más allá. “Él está ahí por su compromiso con un proyecto país, aportando gestión, tal como lo ha hecho en otros episodios tan complejos como la pandemia”, dice la diputada Camila Flores (RN), posición que comparte el diputado Cristhian Moreira (UDI) con un anexo: “Nosotros -enfatiza- nos tenemos que desligar como sector de que somos representantes del empresariado”.
En las derechas hay claridad -en todo caso- de que en el mundo de las empresas impera el pragmatismo, y que, desde ahí, se va a apoyar a quien pase a la segunda vuelta, sea Matthei o Kast. Y que lo más probable es que si Kast llega en su tercer intento a La Moneda, va a recurrir a los equipos económicos de Matthei, en un efecto similar al que el Presidente Gabriel Boric tuvo que hacer con el Socialismo Democrático.
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