10 empanadas (y no solo de pino) que me gustan para este Dieciocho

Ilustración: César Mejías.

De horno o fritas, carne picada o molida, estilo argentino o nacional, ¡de humitas! Las alternativas son varias y todas válidas, y de eso se trata este listado personal y sin jerarquía. Al final, lo importante es disfrutar.




Lejos de rankings y otros inventos, aprovecho de entregar nuevamente una selección con las empanadas probadas durante el último tiempo que más me gustan, una mezcla de sabores nuevos con otros clásicos de siempre.

El orden en que se presentan no significa nada, porque eso de andar poniendo una preparación por encima de la otra, a modo de competencia, la verdad es que no me acomoda.

De paso, este listado es también un homenaje a La Tinita del Mercado de Providencia, que tras setenta años de servicio nos ha dejado a muchos sin empanadas para este septiembre.

Doña Peta: tradición de ciudad

A juzgar por su aspecto, uno podría pensar que se trata de una empanada más bien campestre y tal vez cocinada en horno de barro. Con sus formas redondeadas y suave color café claro, evoca preparaciones rurales que, en algún pueblo o campo, uno alguna vez probó.

Sin embargo, las empanadas de la Pastelería Doña Peta ($1.800) se elaboran en su tradicional local de calle Diez de Julio 101 A —casi esquina con Portugal— desde fines de la década del cuarenta. A la masa resistente se le suma un pino de carne molida más bien picantito, tan bien trabajado que parece una verdadera pasta. Ideal para comerse un par y quedar tendido debajo de un parrón hasta recuperarse. Reservas y pedidos al +56 9 6666 9521.


BeChef: pura comodidad

Nacido en la pandemia, BeChef es un negocio que ofrece diversas preparaciones listas: pueden ser retiradas en su salsa de ventas (Vitacura 7163) o, para aún más comodidad, recibidas a domicilio.

En esta época del año no se quedan atrás y nuevamente ofrecen su set de seis empanadas de pino congeladas, las que se pueden disfrutar sin apuro durante todo este fin de semana largo. De masa delgada pero resistente, tienen un relleno con carne molida muy sabroso y más bien húmedo. Totalmente recomendable.

Empanadas de pino BeChef (6 unidades)


La Querencia: si es frita es buena

Dicen que la única manera de mejorar una empanada de pino es haciéndola frita en vez de al horno. Yo suscribo lo anterior, aunque lamento profundamente que sea tan pero tan difícil conseguirlas en la ciudad. Afortunadamente, para salir del empacho están las Empanadas La Querencia ($2.000), que tienen unas muy buenas, incluso con despacho a ciertas zonas de la ciudad. Con una masa medianamente gruesa que resiste su contenido jugoso y sabroso, estas empanadas fritas andan muy bien. Además son contundentes, casi para profesionales.


Emporio Zunino: la empanada de la gente

Lo digo y lo repito: tantas personas no pueden estar equivocadas a la hora de elegir una empanada. Claro, porque no importa el día de la semana ni el mes del año en que uno pase por el local del Emporio Zunino, afuera del Mercado Central: siempre habrá una considerable fila de personas comprando empanadas. Y aunque hay varias opciones, las más solicitadas siempre son las de pino ($1.760), que son gorditas y bien rellenas, con una masa esponjosa y flexible, un relleno extremadamente carnívoro y que pide a gritos algún líquido para poder terminarla. Pueden ser, fácilmente, un almuerzo al paso. Paseo Puente 801, Santiago.


Ambassador: un clásico

Salir los domingos con un paquetito de empanadas de pino ($1.790) y una botella de vino tinto desde el Ambassador es algo que todo caballero, en lo posible, debe hacer con cierta regularidad. De masa delgada y algo quebradiza, hay que tratarlas con delicadeza para que su contenido medio pastoso, bien aliñado y muy sabroso no se salga. Aún así, a pesar de los cuidados, debe ser una de las mejores empanadas de Santiago. Además, un verdadero clásico. Tobalaba 975, Providencia. Pedidos al +56 2 2231 8145.


Da Dino: con vista

Aquí estamos ante una empanada que, a mi juicio, se aprecia a cabalidad solamente en el mesón del local de Alameda 737, esquina Tenderini. Es ahí donde está el Da Dino (aunque también tienen un local en Apoquindo 4228 y otro en el SubCentro de Metro Escuela Militar), lugar en el que además de saborear esta empanada de pino ($2.400), de relleno generoso con carne picada —que la deja notoriamente hinchada pero cuya masa jamás se rompe sin previo aviso—, también se puede mirar la calle y las vicisitudes que se suelen dar en el centro de Santiago.

Si tienen suerte, se pueden topar en la barra con teóricos del fútbol, como el profesor Eduardo Santa Cruz o mi amigo personal Roberto Amaro. Si a todo esto le agregamos una garza, podríamos decir que tenemos cartón completo. Pedidos al +56 2 2638 1833.


Paula A: quitados de bulla

Las empanadas de pino de Paula A ($2.490) hace rato que vienen dando que hablar, apareciendo en las distintas selecciones que se hacen cada mes de septiembre. Sino es cosa de pasar cualquier fin de semana por la esquina de Los Militares con Gerónimo de Alderete para observar grandes filas de personas esperando su turno para recoger sus empanadas.

Un poco más pequeñas que lo normal, de masa suave pero resistente y con un relleno más bien jugoso, no tienen desperdicio. Son ideales para llegar de visita a un asado y comerlas mientras se hace la carne. Su buena fama es bien merecida fama. Pedidos al +56 9 9910 6468.


Gregoria Cocina: estilo argentino

Ya que estamos tan cerca del país del tango y Maradona, entre muchas otras cosas más, ¿por qué no disfrutar de sus empanadas de carne? Más pequeñas que las nacionales, con carne cortada a cuchillo y complementadas con cebolla, cebollín y pimiento rojo más paprika y comino. Así son las “de carne” ($2.100) de Gregoria Cocina, un boliche especialista en delicias argentas. Estas empanadas de verdad valen la pena. Padre Hurtado Norte 1376, Vitacura. +56 2 3264 9002.


Yeka: de humita

Siguiendo en el estilo argentino de empanadas, que se pasean por una amplia variedad de rellenos, no está de más destacar una muy famosa al otro lado de la cordillera, pero que acá apenas se conoce y es muy difícil de conseguir: las de humita.

Afortunadamente ahora existe Yeka, un sitio especializado en preparaciones para llevar, donde su empanada de humita ($2.100) se hace con una mezcla de pastelera de choclo, zapallo asado, mozzarella y albahaca; muy jugosa pero muy sabrosa. Solo hay que animarse y probarla.


La Llajuita: salteñas

Otro tipo de empanadas que actualmente se pueden conseguir sin tanto problema son las salteñas. Esta variedad, proveniente del altiplano, además de carne lleva cubitos de papas, arvejas, huevo duro y mucho aliño. En La Llajuita —especialistas en comida boliviana— es posible conseguir unas salteñas ($1.500) muy buenas. Jugosas y sabrosas, como deben ser, hay que comerlas con cuidado y escudado de una buena cantidad de servilletas. Se sabe: si no chorrean, no son salteñas. Rio de Janeiro 418, Recoleta. Pedidos al +56 9 9203 2434.


*Los precios y productos en este artículo están actualizados al 13 de septiembre de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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