"De ninguna manera voy a llevar un velo", señalaba Marine Le Pen en una conferencia de prensa en Beirut, en la que cerraba su gira oficial de tres días en el Líbano. La líder de extrema derecha y euroescéptica ha impulsado su candidatura a la presidencia con un discurso nacionalista, que mira con recelo la inmigración a Francia, particularmente la musulmana.

Aunque no extrañó su reacción respecto el tradicional atuendo, sí generó polémica la cancelación de la cita que tenía programada con el líder suní del país, el gran mufti Abdul Latif Deryan.

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"Considero el velo como un símbolo de sumisión de la mujer. Debo decir que cuando Marine Le Pen se niega a llevar el velo en Líbano es criticable, pero cuando Michelle Obama lo hace en Arabia Saudita es admirable", dijo la candidata que hoy figura primera en las encuestas para las elecciones de abril, mientras avanza en los posibles enfrentamientos para la segunda vuelta.

Le Pen detalló que había comunicado previamente su intención de no llevar velo al encuentro, pese a lo cual se mantuvo en la agenda. La contraparte hizo un alegato similar, indicando que se le había avisado al equipo de la francesa el requerimiento en torno al velo.

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