El jefe chileno de Iberdrola también reclama por la permisología
El CEO de Iberdrola, Mario Ruiz-Tagle, dijo que al observar las similitudes o diferencias entre Chile y España, la primera es que en el país europeo “somos adictos al petróleo y al gas”, lo que al final se traduce en que terminan pagando más cuando hay conflictos geopolíticos.
El CEO de Iberdrola España, el chileno Mario Ruiz-Tagle, inició su exposición la mañana de este viernes en el seminario de Colbún, recordando sus orígenes en Talca, cuando en el año 1984 esta misma empresa chilena, en ese momento estatal, iniciaba la construcción de la central hidroélectrica Machicura. Fue una “revolución total”, recordó.
A 41 años de eso, Ruiz-Tagle es uno de los ejecutivos nacionales que más lejos han llegado en la industria energética mundial, pues hoy lidera la principal compañía de energía de España. Abogado de Universidad Diego Portales y máster en Administración de Empresas y Finanzas de la Universidad Católica, Ruiz-Tagle (60 años) llegó a Iberdrola en 2002, como director de relaciones instituccionales del grupo en Brasil y comenzó una carrera que lo llevó al máximo puesto ejecutivo en julio de 2022, hace tres años.
Su discurso, en un seminario organizado por Colbún, sin embargo, no se distinguió mucho de los que presentan sus colegas en Chile, dando cuenta de que en Europa y acá los problemas que enfrenta la industria eléctrica son similares: las fricciones con las comunidades, los problemas ambientales y la dificultad para recibir permisos. Es más, hasta las contingencias son parecidas: si el sistema eléctrico chileno sufrió un apagón total el 25 de febrero pasado, en España enfrentaron otro similar el 28 de abril.
Por eso, al comparar ambas realidades, Ruiz-Tagle aseguró que “el gran problema que tenemos en Europa, y que también estamos viendo en Chile, es el acceso a la red y la extensión de la red, y desgraciadamente, el rechazo que la comunidad tiene sobre las infraestructuras eléctricas”.
Y se sumó a las voces que reclaman por la burocratización de los permisos: “Me he preocupado de mirar la situación en Chile y es sorprendente la cantidad de proyectos que se paralizan. Un proceso de autorización ambiental que está muy bien diseñado desde el punto de vista de la participación, pero falta aplicar racionalidad y ejecutividad para que todo esto pueda ocurrir en tiempo y forma”.
En cuanto al boom de la energías renovables en el cual se encuentra Chile, Ruiz-Tagle aclaró que el caso local no es el único: “Todos los países en el mundo están corriendo atrás de esto, de quién es el que tiene la energía más barata para ser más competitivo y atraer más inversiones”.
“Adictos al petróleo y al gas”
Al hablar de Europa, Ruiz-Tagle cree que el Viejo Continente, en términos estratégicos, está en una situación de definir dónde quiere estar, más cerca de Estados Unidos o de China. “Y saber exactamente, desde el punto de vista de competitividad y crecimiento industrial, cuál va a ser su mundo. En ese sentido, el momento de la electricidad es clave para lo que nos va a pasar hoy día”, comentó.
El ejecutivo cree que la seguridad del sector está en la autonomía estratégica de las compañías. En tal sentido, Ruiz-Tagle sostuvo que en España, por ejemplo, son “adictos al petróleo y al gas”.
“¿Qué significa eso? Pues que estamos en manos de terceros para fijar precios. ¿Qué significa eso? Que estamos en manos de terceros para ser competitivos. ¿Qué vuelve a significar eso? Que cada vez que tenemos un conflicto geopolítico a miles de kilómetros de Chile o a miles de kilómetros de España, terminamos pagando la cuenta con una transferencia de riqueza enorme desde distintas regiones del mundo hacia los centros productores de combustible fósiles", manifestó, aludiendo a la dependencia que ambos países tienen de los hidrocarburos extranjeros, pero que al mismo tiempo son una base de sustentación crítica en casos de falta de agua o de sol.
Esto lo ejemplificó con lo ocurrido en diciembre en España, cuando se salvaron de otro apagón: “Nos pasó que no teníamos viento, no había llovido, por lo cual no había agua fluyente, estaba lo que había reservado en los embalses y nublado, así que la generación solar fotovoltaica (estuvo) por el suelo. Si no hubiéramos tenido la cantidad de ciclos combinados de gas que teníamos disponible, hubiéramos tenido un apagón por falta de capacidad”, puntualizó.
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