Gerente general de Iansa y cierre de planta de Los Ángeles: “No hay más decisiones de este tipo en la planificación”

A dos años de la decisión de cerrar la planta de Iansa en Linares, la firma anunció este martes una medida similar en su unidad de Los Ángeles. Pablo Montesinos, gerente general de Iansa, asegura que se trata de una situación distinta. “Esa vez no se entendió bien”, dice.


Reunión tras reunión sostuvo en la tarde de este martes el gerente general de Empresas Iansa, Pablo Montesinos. El ejecutivo tuvo la dura misión de informar el cierre de la planta de Los Ángeles para concentrar la producción en Chillán, que será ahora el gran centro productivo de azúcar de la compañía.

Se trata de una decisión con la que la empresa busca aumentar su productividad y rentabilidad, y que afirman sea el último cierre. Pero, la decisión lleva indefectiblemente a rememorar lo ocurrido en Linares en 2018, cuando tras largas gestiones, en las que incluso intervino el gobierno, se cerró la planta en esa ciudad para trasladar la producción a Los Ángeles y Chillán.

“La decisión de concentrar la producción en Chillán se enmarca en el plan estratégico de la compañía, donde aunque la preparación de esta decisión comenzó ya hace varios meses, la estrategia ya estaba contemplada en el plan”, asegura Montesinos, quien reconoce que la información no era la que esperaban los trabajadores, pero que a la vez está acompañada de un plan de reubicación y continuidad que esperan, al menos, abarque a la mitad de quienes trabajaban en la planta azucarera de la capital de la provincia de Biobío.

A usted le tocó explicar esta decisión a los trabajadores. ¿Cuál ha sido la reacción?

-Obviamente, para las personas que trabajan en la planta de Los Ángeles no es la noticia que esperaban, pero al mismo tiempo hemos armado un plan de reubicación que la gente lo ha entendido. Yo recién tuve una reunión con el sindicato para ver qué pasaba con las personas. Acá trabajan 121 personas, de las cuales calculamos que básicamente la mitad, o se queda en las obras agrícolas y comerciales, en la oficina que tenemos aquí, o se les va a ofrecer reubicarse en otras plantas. Entonces, las personas que van a salir será cerca del 50%, en la medida que todos quienes pensamos reubicar acepten hacerlo. Pero las conversaciones han sido buenas, transparentes, entienden que lo que está haciendo la compañía es bueno, porque nos deja más fortalecidos, nos permite mantener la producción de azúcar de remolacha nacional, y al final del día nos permite ser más competitivos. Eso la gente lo entiende.

Es inevitable recordar lo ocurrido con la planta de Linares. ¿Es diferente esta vez?

-Sí, es distinto. Cuando fue lo de Linares fue en un momento y fue con un proceso de comunicación, creo yo, que no se entendió bien. Creo que el lugar en que estamos hoy, como compañía, es diferente. Nosotros, parados al día de hoy, ya hemos hecho gran parte de las inversiones que teníamos que hacer en Chillán para que se pueda transformar en el centro productivo de la compañía. Hemos organizado y hemos creado puestos de trabajo en Chillán para las personas que puedan ser reubicadas desde Los Ángeles y hemos también desarrollado mejor las otras áreas de negocio que tiene la compañía, de manera que el conjunto, dentro del plan estratégico a cinco años, sea más fuerte.

¿Desde cuándo se venía analizando esta decisión?

-Esta decisión se venía analizando desde hace ya varios meses, vimos distintas opciones y al final terminamos concluyendo que lo mejor era hacer crecer Chillán, concentrarnos ahí y de esa manera ser más competitivos.

¿Se analizó como opción mantener la planta de Los Ángeles?

-Es que de partida, Chillán está fuera de la ciudad y por lo tanto, tiene más posibilidades de crecer. Y no está rodeada por la ciudad, como sí está Los Ángeles. Segundo, Chillán tiene una serie de otras actividades productivas de la compañía en el mismo lugar, tenemos la planta productiva de cero azúcar, una central de envasado, todo lo que es azúcar de especialidades, y la planta de refino de azúcar cruda. Entonces, ya Chillán era un lugar donde teníamos la mayor concentración de operaciones productivas y con esto se consolida.

Uno asocia Iansa con azúcar, pero han ido entrando a otros mercados. ¿Cómo les ha ido?

-Nosotros tenemos cuatro grandes mundos. El primero es todo lo que está bajo la marca Iansa, donde hemos incorporado legumbres con Iansagro, con legumbres listas y tenemos un plan de ampliación de líneas de negocio bajo la marca Iansa, Cero K y Iansa Light. El segundo es el mundo de azúcar industrial, donde también hay fibra de remolacha, manzana y que son ingredientes para la industria alimentaria. El tercer frente es el mundo agrocomercial, donde está el negocio de alimentación animal (...) Y la cuarta división es todo el mundo de jugos de fruta y vegetales, pasta de tomate y puré de fruta vegetal, a través de Patagonia Fresh e Icatom en Ica, Perú.

¿Están analizando llevar todo a un mismo lugar? ¿O están bien con este esquema?

-Es que la decisión que tomamos en el negocio del azúcar, que es la división más importante que tiene Iansa, fue justamente consolidar en un lugar productivo para poder capturar economías de escala, para concentrar nuestras inversiones en innovación y modernización de procesos y transformarlo en un negocio más competitivo. Eso aplica para el negocio de azúcar, donde hasta hace años atrás estábamos diversificados en un número muy grande de plantas. En los otros negocios, nosotros ya tenemos un esquema similar, donde en nutrición animal, tenemos una planta donde hemos hecho inversiones; en endulzantes también, en Patagonia solo tenemos dos plantas, en San Fernando y Molina, pero que producen cosas distintas. Entonces, funciona bien esa combinación.

Entonces, no debería haber más decisiones de este tipo...

-No, no las tenemos dentro de la planificación. Más bien lo que tenemos en mente es consolidar, profundizar los negocios en los que estamos e invertir en las innovaciones que ya hemos definido que vamos a hacer, en las líneas de negocio bajo las marcas Iansa, Iansa Cero k, Iansagro, las líneas de alimentación animal, jugos y puré de tomate, etc. En eso nos vamos a seguir enfocando.

¿Van a mantener los mismos niveles de producción de azúcar? ¿No van a disminuir, ni tampoco aumentar?

-No, es mantener, pero ahora en un gran centro productivo, que va a operar más meses en el año y eso permite capturar las eficiencias que necesitamos para ser más productivos.

¿Cómo está la participación de mercado de Iansa en azúcar?

-Hoy estamos en torno al 50% en el negocio retail, y en el negocio industrial en torno al 60%. Hace 20 años obviamente teníamos niveles distintos, pero en los últimos años se han mantenido constantes.

Cuando anunciaron el cierre de Linares comprometieron planes de apoyo para los remolacheros. ¿Harán lo mismo esta vez?

-Sí, justamente la reunión que tuve con representantes de los agricultores les comenté eso. Para la cosecha del próximo año, la remolacha que se está sembrando ahora, el mayor flete para los agricultores que entregaban en Los Ángeles, va a ser asumido por Iansa en el 100%.

¿Eso será solo por este año?

-Lo que pasa es que la contratación de 2021 es un poco temprano para revisarlas, pero lo que nos interesa es tener condiciones que mantengan el atractivo para el cultivo de remolacha. Los bonos de flete y los precios los vamos a poner de manera tal de tener una contratación que nosotros esperamos que sea del orden de las 9 mil hectáreas, y vamos a hacer todos los esfuerzos para tener a los agricultores en ese nivel de contratación.

¿Hay un compromiso del controlador por seguir invirtiendo en la compañía?

-Los planes de inversión que tenemos como parte del Plan Estratégico se mantienen. Así es como en Chillán aún tenemos US$20 millones que se suman a los US$30 millones que ya hemos invertido para aumento de capacidad, mejora de procesos productivos, e instalaciones de envasado, almacenamiento y distribución.

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