Klaus Schmidt-Hebbel: “Estoy seguro que Marcel no hubiese cometido los errores de los ministros actuales y del Presidente en el debate con el BC”
El economista cree que el Presidente Boric cometió un error al cuestionar el estudio del Banco Central, que mide el impacto del alza del salario mínimo y la rebaja de la jornada de 40 horas en la creación de empleo, pero valora que el gobierno haya decidido intercambiar minutas técnicas con el instituto emisor. Schmidt-Hebbel destaca, además, las ventajas de Evelyn Matthei frente a Kast en la carrera presidencial, y dice que ella “asegura más gobernabilidad”.
El “economista de apellido compuesto”, tal como lo bautizó el exministro de Hacienda, Mario Marcel, tuvo una intensa agenda durante el Chile Day realizado esta semana en Londres.
Desde la capital inglesa, Klaus Schmidt-Hebbel, exgerente de Investigación Económica del Banco Central, se lanzó contra el gobierno por su “destemplada” reacción frente al estudio del Banco Central que mide el impacto de las políticas laborales de esta administración en la creación de empleo, y también justificó su apoyo a la candidata presidencial Evelyn Matthei.
A propósito de la experiencia que tuvo durante el Chile Day de esta semana en Londres, ¿cómo evalúa el panorama económico y geopolítico del mundo en este momento?
-Este es un año que está marcado por un desempeño económico mediocre. Las proyecciones del FMI indican un crecimiento de un poco más allá del 3% para el mundo. La buena noticia es que el crecimiento no ha sido tan malo como inicialmente anticipaban todas las instituciones financieras internacionales luego del anuncio arancelario de Donald Trump del 2 de abril. En ese momento se pensaba que el mundo y muchos países iban a crecer un 1% o un 1,5% menos en 2025 y 2026 de lo que se anticipaba antes de ese shock. Eso se fue corrigiendo porque el mundo ha sido más resiliente a los anuncios de Trump. Además, el mundo ha aprendido que no todos los anuncios de Trump se materializan y está acostumbrado a esta incertidumbre perenne a la cual nos somete este señor que habita la Casa Blanca.
¿Cómo puede afectar este escenario mundial a Chile? Hacienda y el Banco Central proyectan un crecimiento económico del orden del 2,5% para este año…
-Ese 2,5% es más o menos acertado. Hay una cierta convergencia entre las proyecciones privadas, de los organismos internacionales y del gobierno para este año. Para el próximo año se proyecta incluso un poquito más: un 2,6%. Pero quiero subrayar que tanto el gobierno como el Banco Central y el sector privado estiman que el PIB tendencial será un poco mayor para este año y el próximo, pero se proyecta que este se aplane en los próximos años a algo cercano al 2%. El Banco Central hace medio año había hablado de un PIB potencial de un 1,8% plano para los próximos 10 años. Entonces, ya sea un 1,8% o un 2,1%, ese será el PIB tendencial heredado por este gobierno, lo que es extraordinariamente bajo. Con eso nos alejamos cada año más de los países desarrollados, lo que es una constante desde el año 2014, desde el primer año del segundo periodo de la presidenta Bachelet.
Pese a que el crecimiento en Chile puede estar en torno al 2,5%, hay una coincidencia que ese dinamismo no se está traspasando al mercado del trabajo. ¿Cómo calificaría el nivel de desempleo que hoy tiene el país y que cumple 31 meses sobre el 8%? ¿Cree que es una emergencia? ¿Una crisis?
-No soy experto en cifras laborales, pero coincido plenamente con alguien que sí es experto, David Bravo, quien lo califica de emergencia laboral. El desempleo histórico en Chile en los años 90 y 2000, durante unos 20 años, fluctuaba en torno al 6% estructural y hoy estamos en un 8,7%. Estimo que va a aumentar más allá porque este gobierno ha hecho todo lo posible para que ese desempleo aumente, aunque no estaba en su intencionalidad.
Como ha explicado el ministro del Trabajo (Giorgio Boccardo), el gobierno busca paz social y distribución del ingreso al subir el salario mínimo y al reducir la jornada laboral… Esto significó incrementar la tasa de desempleo. Eso va a seguir aumentando, porque los efectos completos del aumento del salario mínimo y de la reducción de la jornada laboral sobre la demanda por trabajo del sector formal va a seguir siendo negativa.
A esto hay que agregar el aumento gradual, pero muy grande, de las pensiones futuras, el cual es positivo para otros fines… El aumento muy grande de la tasa de contribución en los siguientes 5 o 6 años tiene un efecto enorme porque lo paga el empleador. Esto significa mayores costos laborales y es especialmente potente para aquellas empresas que usan intensamente trabajadores, como el comercio, los servicios… También es complejo en aquellas empresas y sectores donde hay pymes, las que emplean una fracción alta de sus trabajadores a salario mínimo o algo por encima del salario mínimo.
En resumen, esto es una emergencia laboral y social a la cual ha contribuido y seguirán contribuyendo las reformas aprobadas por este gobierno. El gobierno cometió un error muy grande los últimos días al negar los efectos sobre el mercado laboral, el empleo formal, el salario formal, y los costos laborales que han sido cuantificados en el estudio del Banco Central.
Por otro lado, existe un estudio del mismo Banco Central de hace 20 años, cuando yo era gerente de Investigación Económica del BC, donde se cuantificó el efecto del aumento salarial en tres años sucesivos durante el gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, con la misma motivación del que se hizo ahora. El estudio (de los economistas Andrea Tokman y Luis Felipe Céspedes) detectó que eso afectó significativamente en forma estadística… redujo la demanda por empleo formal. Esto, porque aumentó el costo de contratación… aumentó el desempleo, contribuyó a agudizar la recesión de la crisis asiática de 1998-1999 y la lenta recuperación de los años posteriores. ¿Sabes cuál fue la reacción política de entonces? ¡Cero! Ni del presidente Ricardo Lagos, que era gobernante en ese momento, ni del expresidente Frei. La vieja Concertación entendía perfectamente que este tipo de estudio es central para el BC. No hubo ningún escándalo.
Sin embargo, el Presidente Boric salió esta vez a decir que no estaba de acuerdo con el resultado del estudio del BC contenido en el último Ipom, en que se cuestiona el efecto del alza del salario mínimo y la reducción de la jornada laboral a 40 horas en el empleo…
-Fue peor que un desacuerdo. Él dijo que el (alza del) salario mínimo aumentaba el empleo formal. Y ahí, obviamente, se equivocó. Ningún economista, ningún ministro de Hacienda de este gobierno va a decir que la demanda por trabajo tiene pendiente positiva: es decir, a mayor salario mínimo, mayor empleo formal… estas son las palabras que mencionó el Presidente. Sin duda fue un error.
Estamos a más una semana de conocerse el estudio del BC y los reparos del gobierno persisten. ¿Cree que este continuo cuestionamiento pueda lesionar la autonomía del Banco Central?
-Implícitamente la lesiona o la pone un poquito en duda. Ese es el error y es el gran contraste de los ministros de la actual administración y el Presidente. Los presidentes y ministros de la Concertación nunca reaccionaron negativamente respecto al estudio de Céspedes y Tokman. Ese es el gran contraste. ¿Por qué? Porque esos presidentes y esos ministros no tenían intención de cuestionar un estudio técnico que pudiera interpretarse como un cuestionamiento implícito a la autonomía del Banco Central.
Sin embargo, quiero subrayar algo positivo. Lo que está haciendo el gobierno de intercambiar minutas técnicas con el Banco Central, sentándose a una mesa para discutir privadamente o públicamente los supuestos de los estudios, eso es constructivo. Eso es una evolución positiva de algo que empezó muy mal.
Usted tuvo intensos debates con el exministro de Hacienda Mario Marcel. De hecho, él lo trató como el “economista de apellido compuesto”. ¿Cómo evalúa su gestión y salida de Hacienda? ¿Cree que si Marcel hubiera seguido como ministro el debate sobre el estudio de empleo del Banco Central hubiera tenido los ribetes políticos que ha adquirido?
-Estoy seguro que con Marcel no hubiese habido reacciones destempladas del gobierno, desde el Presidente hasta el ministro de Hacienda que lo sucedió, respecto de los estudios técnicos del Banco Central. Esto, porque él conoce muy bien el Banco Central. Mario Marcel no fue un buen ministro de Hacienda estos tres años y medio, pero fue un profesional que se desempeñó brillantemente en todos los cargos previos… en forma ejemplar y extraordinaria. Él fue uno de los mejores presidentes del Banco Central de Chile, entre otras personas que lo han hecho muy bien, como Rosanna Costa hoy. Mario Marcel conoce muy bien en qué temas corresponde o no corresponde que intervenga el gobierno. Estoy seguro que Marcel no hubiese cometido los errores de los ministros actuales y del Presidente en la discusión por el estudio del BC.
Su opción por Matthei
¿Qué cree que se juega el país con la próxima elección presidencial?
-Muchísimo. Su futuro. Esto, porque tenemos un conjunto demasiado variopinto de candidaturas que ofrecen cosas muy distintas…
Usted le ha dado su público apoyo a la candidata presidencial Evelyn Matthei. ¿Por qué cree ella es mejor candidata que José Antonio Kast para llegar a La Moneda?
-Por varias razones. Por su experiencia política y su formación como economista. Ella fue mi ayudante en un curso en la Universidad Católica y fue brillante como alumna y ayudante. También me gusta su programa de gobierno. Hay elementos del programa de José Antonio Kast que también me gustan, pero en el global me gusta más el programa de ella. En tercer lugar, y lo más importante de todo, es el hecho es que encabeza una candidatura que engloba a tres partidos dentro de Chile Vamos y dos partidos más hacia la centroizquierda. El apoyo de esos dos partidos hace que su base de apoyo político sea mayor. Si ella fuese elegida, podría tener un apoyo político mayor que el que obtendría el señor Kast. Asegura, por tanto, más gobernabilidad.
¿Cree que con Kast tendremos menos paz social en relación a un eventual gobierno de Evelyn Matthei, como lo sostuvo Jorge Desormeaux, el esposo de la candidata?
-Esa discusión es totalmente inconducente. Ponerse en escenarios políticos bajo el gobierno de uno o de otro… de si hay mayor violencia política, ausencia de paz social, nuevo estallido, lo encuentro totalmente inconducente, porque, además, depende mucho del estilo del gobierno de centroderecha o derecha que asuma el 11 de marzo.
¿Pero si José Antonio Kast pasa a segunda vuelta, usted votará por él?
Todavía no es imposible que la segunda vuelta sea disputada entre Matthei y Kast; en ese caso voto por Evelyn Matthei. Si la segunda vuelta es entre la candidata de un partido cuyo norte es la dictadura del proletariado ejemplificada en Venezuela, en Cuba y en Nicaragua… y un conservador de derecha como es Kast, voto por el conservador de derecha.
Entre paréntesis, creo que ambas candidaturas tienen los mejores candidatos a ministro de Hacienda que puede tener este país. Conozco muy bien a Ignacio Briones y espero que sea ministro de Hacienda bajo un eventual próximo gobierno de Evelyn Matthei. También espero que Jorge Quiroz sea ministro de Hacienda en caso de que Kast gane la segunda vuelta.
¿Cuál su impresión sobre el último programa económico de Jeannette Jara? Ella cambió su programa de primarias y también dice que se va a ir “enriqueciendo” a futuro…
Jeannette Jara es militante del Partido Comunista desde los 14 años y con mucho orgullo, tal como ella lo reconoce. El PC es un partido que se inscribe en la tradición marxista-leninista y, por tanto, su norte es la dictadura del proletariado. Una forma de avanzar a esa dictadura fue el opúsculo de siete páginas que redactó ella con el comité central (del PC) y Fernando Carmona. Ese programa refleja exactamente su pensamiento y su norte, pero luego se colocó una máscara y esa máscara es el programa de ahora en el que un destacado economista como Luis Eduardo Escobar, junto a otros, tuvo influencia.
Ahora se presenta frente al electorado de centroizquierda con un programa más tragable que el opúsculo comunista de siete páginas, pero su corazón está con las siete páginas. Por tanto, su corazón está con la estatización de las AFP… con un cambio constitucional futuro. No le creo a su programa actual, le creo al opúsculo de siete páginas.
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