Andrea Guzman, experta comunicación humano-máquina: ¿Deberíamos temerle a la Inteligencia Artificial y los robots?

PhD en Comunicación de la Universidad de Illinois en Chicago, Estados Unidos, fue una de las invitadas a la Conferencia Internacional Cultura Social Media 2021 de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), y en conversación con Qué Pasa explica sobre los usos de Inteligencia Artificial, sus mitos y cómo “la tecnología puede recordarnos lo sorprendente que puede ser nuestra propia capacidad de comunicación”.


En el marco de los usos de la Inteligencia Artificial (IA) y la automatización que han alcanzado a múltiples disciplinas, como la industria de medios y el entretenimiento, la Escuela de Comunicaciones y Periodismo UAI realizó una Conferencia con investigadores internacionales, donde Andrea L. Guzman, profesora asociada de la Universidad de Northern Illinois y una de las pioneras en el campo de la comunicación humano-máquina, fue la encargada de analizar el impacto de la IA, asistentes virtuales y las tecnologías de escritura automatizada en las noticias y periodismo.

La doctora en Comunicación se especializa en el estudio de cómo las personas dan sentido y se comunican con dispositivos diseñados para responder (como por ejemplo Alexa de Amazon) y se interesa por las interacciones de las personas con la tecnología, así como las implicaciones sociales y culturales más amplias de las aplicaciones y los dispositivos diseñados para asumir el papel de comunicadores.

Su interés por la Inteligencia Artificial comenzó cuando la empresa tecnológica Apple lanzó el asistente de voz inteligente, Siri. “Como mucha gente, me fascinó Siri, y me di cuenta de que Siri y otras tecnologías similares tendrían un gran impacto en la vida de las personas” señala.

Sobre la importancia de la tecnología en su vida, la experta también destaca que “La tecnología es una parte importante de mi vida. Estaría perdida sin mi teléfono. Sin embargo, como muchos de los lectores (de medios), a veces pienso que la tecnología puede estar jugando un papel más importante en mi vida de lo que me gustaría. Cuando esto ocurre, intento recordarme a mí misma que un aspecto importante de cómo la tecnología me afecta a mí, o a cualquier otra persona, es el uso que hacemos de ella. El diseño de la tecnología tiene implicaciones, pero nosotros, como usuarios, también podemos ser más reflexivos en las decisiones que tomamos respecto al uso de la tecnología”.

En conversación con Qué Pasa, explica sus investigaciones sobre IA, y la relación humano-máquina, los mitos de estas tecnologías emergentes y cómo “la tecnología puede recordarnos lo sorprendente que puede ser nuestra propia capacidad de comunicación”.

-¿Cuáles son los mitos más comunes en torno a la IA y los robots?

Para mí, los mitos más comunes en torno a la IA y los robots son que suponen intrínsecamente una amenaza para las personas. Esta perspectiva puede atribuirse a las representaciones ficticias de estas tecnologías en los medios de comunicación y a la publicidad. Cualquier tecnología de IA o robot en uso hoy en día no es un programa informático omnisciente y autoconsciente. Se trata de tecnologías que suelen realizar una estrecha gama de funciones. Un programa informático construido para jugar al ajedrez puede ser capaz de ganar a un humano en el juego, pero ese programa no puede hacer nada más.

Es más importante centrarse en el funcionamiento real de estas tecnologías y en la forma en que las personas las utilizan, así como en los beneficios y perjuicios relacionados. Por ejemplo, muchas de estas tecnologías, como Siri de Apple y Alexa de Amazon, requieren acceso a una gran cantidad de datos personales y luego los recogen. Para algunas aplicaciones de la IA, la mayor consecuencia puede estar relacionada con cuestiones de privacidad y no con preguntas basadas en problemas imaginarios de “¿se apoderarán del mundo?” que sirven de distracción a consecuencias muy reales.

-Cuando habla de comunicación humano-máquina, ¿a qué se refiere exactamente? ¿Cómo se comunican las personas con las máquinas?

Esta es una idea nueva para mucha gente. Permítame intentar explicarlo de esta manera. Actualmente estoy respondiendo a las preguntas de esta entrevista por correo electrónico en mi computador. Las respuestas se enviarán a la redacción a través de Internet. Los investigadores llaman a esto comunicación de persona a persona a través de la tecnología. Desde la perspectiva de la investigación, dos personas, o comunicadores, están intercambiando un mensaje. Las tecnologías de un computador e Internet funcionan como un canal para transmitir esos mensajes. En los últimos 10-15 años, los avances tecnológicos han permitido a las empresas crear aplicaciones, algunas de ellas con Inteligencia Artificial, que tienen la capacidad de intercambiar mensajes directamente con las personas.

Ejemplos de estas tecnologías son Siri de Apple y Alexa de Amazon. Para pedir información a Siri o Alexa, la gente le habla directamente y ella responde. En este ejemplo, la tecnología actúa más como un comunicador (algo que crea, envía o recibe mensajes) que como un canal (algo que simplemente transmite mensajes). Los investigadores llaman a esto comunicación humano-máquina, que significa comunicación de persona a máquina. La diferencia clave de la comunicación persona a persona con la comunicación humano-máquina, es que en esta última, la tecnología es más activa en el intercambio comunicativo y realiza una función más cercana a la de un humano, como responder a una pregunta o, en el caso de las aplicaciones automatizadas de redacción de noticias, escribir reportajes básicos.

-En sus investigaciones, ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de la relación entre hombre-máquina/inteligencia artificial?

Hay dos cosas. En primer lugar, me sorprende la rapidez con la que la gente se adapta a las nuevas tecnologías. Yo crecí usando una máquina de escribir y no tenía Internet ni celular, y hoy soy capaz de enviar mensajes a cualquier persona del mundo desde el teléfono que tengo en la mano. No puedo ni imaginarme volver al mundo de la máquina de escribir.

Mi segundo punto está relacionado con lo mismo. Cuando Siri se introdujo por primera vez, la gente pensó que era realmente genial, pero hoy en día, la mayoría de las personas que utilizan Siri o una tecnología similar probablemente no piensan mucho en ello. Si los usuarios pensaran en Siri, podrían tender a pensar en Siri como algo más común, o incluso más estúpido, que asombroso debido a la frecuencia con la que Siri o tecnologías similares se equivocan o hacen las cosas mal. Las cambiantes perspectivas de la gente sobre Siri también muestran la rapidez con la que las personas se adaptan a la tecnología y también demuestran lo difícil que es desarrollar una inteligencia artificial relacionada con la comunicación.

La comunicación humana es extremadamente compleja, y lo segundo es que la tecnología puede recordarnos lo sorprendente que puede ser nuestra propia capacidad de comunicación.

-¿Cómo cree que la Inteligencia Artificial puede hacerse más segura para los humanos?

Esta es una pregunta crítica que académicos, ingenieros, filósofos y gobiernos están tratando de responder. No hay un solo tipo de Inteligencia Artificial, así que hay muchas maneras de hacer que estas tecnologías sean más seguras para los humanos.

Lo que muchos académicos y yo misma pensamos, es que es fundamental pensar en cualquier desarrollo tecnológico en los posibles beneficios y perjuicios de estas tecnologías y su uso antes de construir dispositivos y aplicaciones. Estos beneficios y daños deben considerarse desde la perspectiva de los usuarios o de las personas que podrían verse afectadas por el uso de estas tecnologías de otras maneras. Con demasiada frecuencia, la tecnología se diseña y se pone en uso sin pensar plenamente en cómo puede afectar a los diferentes grupos de personas, en particular a los grupos que pueden ser los más vulnerables o que tienen menos poder político o social para denunciar cómo les afectan estas tecnologías.

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