Científicos descubren un método de 20 minutos para sobrevivir a una mala noche de sueño

Científicos descubren un método de 20 minutos para sobrevivir a una mala noche de sueño

Una nueva investigación encontró cómo mejorar el rendimiento físico y cognitivo en personas que durmieron mal.


Tener un día ajetreado, preocuparse de la vida cotidiana y los problemas personales muchas veces agotan la mente y lo único que uno quiere es tirarse en la cama y descansar. Sin embargo, muchas veces despertamos con la sensación de no haber descansado lo suficiente, y la cabeza sigue dando vuelta en los problemas, afectando el rendimiento cognitivo.

Dormir es fundamental para mantener un estilo de vida saludable, los expertos recomiendan entre siete y nueve horas por noche en adultos. Sin embargo, revisiones recientes indican que el 40% de la población mundial no duerme lo suficiente.

Es por esto que una nueva investigación ha explorado cómo el sueño, los niveles de oxígeno y el ejercicio afectan nuestra capacidad para realizar tareas mentales.

Método de 20 minutos para sobrevivir a una mala noche de sueño

El sueño juega un papel importante para permitir la función cognitiva y mantener una buena salud psicológica. Durante el sueño, especialmente durante las etapas de sueño REM (movimientos oculares rápidos) y sueño profundo, se consolida la información aprendida durante el día. Esto significa que los recuerdos se fortalecen y organizan, lo que contribuye al aprendizaje y la memoria a largo plazo.

Tener una buena calidad de sueño es clave en el procesamiento emocional. Durante el sueño REM, se ha observado que se procesan las emociones, lo que puede ayudar a regular el estado de ánimo y mejorar la capacidad para enfrentar situaciones estresantes. Además, es crucial para la recuperación física y mental. Durante el sueño profundo, se liberan hormonas que favorecen la reparación y el crecimiento de tejidos, así como la recuperación de la energía. También ayuda a mantener el cerebro saludable al eliminar los productos de desecho.

Las consecuencias de la privación crónica del sueño incluyen enfermedades cardiovasculares, obesidad, trastornos neurodegenerativos y depresión. A corto plazo, la falta de sueño puede reducir el rendimiento cognitivo (PC), lo que afecta la capacidad de atención, el juicio y el estado emocional.

Problemas para dormir

Un estudio, dirigido por la Universidad de Portsmouth, ha descubierto que el rendimiento cognitivo mejora durante una serie de ejercicio de intensidad moderada, independientemente del estado de sueño o los niveles de oxígeno de la persona.

Los investigadores realizaron dos experimentos con 12 participantes adultos sanos en cada uno (24 personas en total). El primero analizó el impacto de la privación parcial del sueño en el rendimiento cognitivo de una persona, y el segundo examinó el impacto de la privación total del sueño en un estado de hipoxia (bajo nivel de oxígeno corporal).

Todos los participantes realizaron una serie de 20 minutos de ciclismo dando como resultado una mejora en el rendimiento cognitivo en todas las condiciones. “Como considerábamos el ejercicio como una intervención positiva, decidimos utilizar un programa de intensidad moderada, tal como recomienda la literatura existente”, añadió el Dr. Joe Costello, de la Escuela de Ciencias del Deporte, la Salud y el Ejercicio (SHES) de la Universidad, en un comunicado.

“Sabemos por investigaciones existentes que el ejercicio mejora o mantiene nuestro rendimiento cognitivo, incluso cuando se reducen los niveles de oxígeno. Pero este es el primer estudio que sugiere que también mejora la parálisis cerebral después de la privación total y parcial del sueño y cuando se combina con hipoxia”, señala el Dr. Costello.

En el estudio, publicado en Physiology and Behavior, se les permitió a los individuos del primer experimento que durmieran solo cinco horas por noche durante tres días y se les asignaron siete tareas para realizar en reposo y luego 20 minutos de bicicleta. En el segundo experimento, los participantes pasaron una noche entera sin dormir y luego fueron colocados en un ambiente hipóxico (bajos niveles de oxígeno).

Los resultados mostraron que independiente del estado del sueño, el ejercicio de intensidad moderada mejoró el rendimiento en todas las tareas, incluso en bajos niveles de oxígeno.

Una posible hipótesis de por qué el rendimiento cognitivo mejora con el ejercicio es que podrían ser cambios en la cantidad de hormonas reguladoras del cerebro, así como una serie de factores psicofisiológicos que incluyen el flujo sanguíneo cerebral, la excitación y la motivación.

Esto sugiere que el rendimiento cognitivo no depende únicamente de la corteza prefrontal del cerebro, que es una de las áreas cerebrales más desarrolladas en los humanos y juega un papel crucial en diversas funciones cognitivas y de comportamiento complejas.

“Regula nuestros pensamientos, acciones y emociones y se considera la parte principal del cerebro asociada con las funciones ejecutivas”, explica el coautor principal Juan Ignacio Badariotti del Departamento de Psicología de la Universidad.

Los investigadores creen que el rendimiento cognitivo no está aislado en esa área, sino que se podría considerar que “es el producto de una serie de procesos coordinados ampliamente distribuidos en diferentes regiones corticales y subcorticales”, explica Badariotti.

El estudio podría ayudar a cualquier persona que experimente problemas de sueño o niveles bajos de oxígeno, incluidos escaladores y esquiadores, pero también a padres de niños pequeños y trabajadores por turnos.

“La falta de sueño a menudo se experimenta en combinación con otros factores estresantes”, explica el coautor principal, el Dr. Thomas Williams, del Grupo de Investigación de Ambientes Extremos de la Universidad.

Aunque es preferible dormir lo suficiente en vez de buscar una solución a las pocas horas de sueño, “los hallazgos amplían significativamente lo que sabemos sobre la relación entre el ejercicio y estos factores estresantes, y ayudan a reforzar el mensaje de que el movimiento es una medicina para el cuerpo y el cerebro”.

El artículo recomienda realizar más investigaciones para revelar qué mecanismos neurobiológicos están detrás del proceso de función cognitiva, y reconocieron que en el estudio solo incluyeron personas jóvenes y sanas, y que varios participantes fueron retirados debido a eventos adversos.

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