Episodios críticos disminuyen 45%: así ha mejorado el aire de Santiago en la última década

Pese a que la capital sufre con un fenómeno conocido como estabilidad atmosférica, las Alertas y Preemergencias ambientales han descendido desde 2015 a la fecha. Así lo muestran los datos de la Seremi del Medio Ambiente de la Región Metropolitana.


Santiago sufre de un fenómeno denominado “estabilidad atmosférica”, es decir, falta de ventilación, que es el factor que hace la diferencia entre tener o no episodios críticos de contaminación. Así lo explica Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago.

“Cuando hay buena ventilación, nunca hay episodios de contaminación”, dice Cordero.

“Lo que empeora la concentración de contaminación es el aire que desciende desde la cordillera. Esta corriente de aire hacia el valle, comprime la capa de mezcla aumentando al mismo tiempo, la temperatura y la concentración de contaminantes”, señala Cordero.

Así ha mejorado el aire de Santiago en la última década

Sin embargo, en los últimos años la contaminación de Santiago ha tenido una notable mejoría. Cifras de la Seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana, de 2015 a la fecha (desde cuando comienza a regir los nuevos Planes de Prevención y/o Descontaminación Atmosférica [PPDA] y con la medición oficial del MP2,5) dan cuenta de una evidente mejoría en la calidad del aire en Santiago.

Todo comenzó con el desarrollo de la pandemia por Covid-19, y actualmente las cifras siguen siendo positivas en comparación con lo sucedido hace ocho años, cuando los episodios críticos de contaminación eran hasta diez veces más que los actuales, descendiendo de 22 a 12, es decir, una reducción de 45% (ver gráfica a continuación).

Estadísticas por episodios, desde 2015 con datos a la fecha actual. La medidas se toman sobre la base del período Gestión de Episodios Críticos (GEC), que rige entre el 1 de mayo y 31 de agosto. Crédito: Seremi Ministerio Medio Ambiente

Sonia Reyes, Seremi del Medio Ambiente de la Región Metropolitana, señala que “en este período de Gestión de Episodios Críticos (GEC), llevamos dos Preemergencias y diez Alertas constatadas por MP2,5, mientras que a igual fecha del año pasado teníamos cinco Preemergencias y siete Alertas. También es relevante indicar que durante este período GEC, se ha estado en nivel Bueno de calidad del aire durante 16 días, mientras que en 2022, a igual fecha, solo se registraron siete días en este nivel”.

Otro punto importante, añade Reyes, “es que se han disminuido las horas de los episodios críticos de contaminación (ver gráfica a continuación). A la fecha este año hemos registrado 152 horas de episodios críticos, mientras que el año pasado tuvimos 225 horas en total a la misma fecha de hoy. Esto es básicamente porque hemos tenido mejores condiciones de ventilación en la cuenca de Santiago y los servicios han realizado una fuerte fiscalización a las fuentes emisoras de contaminantes como la calefacción residencial, transporte y quemas agrícolas”.

La autoridad ambiental establece que “es importante que la ciudadanía respete las restricciones que se aplican en el periodo de Gestión de Episodios Críticos, porque nos hemos dado cuenta que existe un buen número de vecinas y vecinos que siguen usando calefactores a leña, en circunstancias que estos están prohibidos durante todo el año en la Provincia de Santiago y las comunas de Puente Alto y San Bernardo, prohibición que se extiende a toda la región en días que se declara algún Episodio Crítico”.

En esta tabla están las estadísticas desde el 2015 a la fecha por hora según episodio. Crédito: Seremi Ministerio Medio Ambiente

Estabilidad atmosférica: el fenómeno que complica la calidad del aire

Aunque las cifras más recientes en cuanto a calidad del aire son esperanzadoras, de todas formas igual existe y es una realidad innegable la contaminación. Este fenómeno cambia según la estación del año. En verano, por ejemplo, la situación es algo diferente. “Ahí, la mayor temperatura sí favorece la formación de ozono troposférico, que es el contaminante típico del verano y q es diferente al material particulado”, reconoce Cordero.

Santiago.

Desafortunadamente estamos en una época del año en la que la ventilación en los valles centrales es limitada. “La intensidad del viento en la zona central cambia durante el año, es más intenso en el verano, y mucho menos intenso en el invierno. Lo anterior favorece la acumulación de contaminantes y hace que la frecuencia de episodios de contaminación (por material particulado) se dispare durante los meses de invierno”, establece el climatólogo de la Usach.

Los días de mala ventilación en general coinciden en Santiago con días de gran estabilidad atmosférica, señal Cordero, “días en los que además las temperaturas máximas diarias suelen ser elevadas. No es, por lo tanto, una coincidencia, que las temperaturas de los últimos días hayan sido superiores a los 20°C en la capital. De hecho, Santiago registra a la fecha ochos olas de calor durante 2023. Las olas de calor en la capital suelen coincidir con episodios de mala ventilación”.

Otro factor que explica los reiterados episodios de mala ventilación que han afectado a la capital en los últimos días son las bajas precipitaciones. “Aunque no se espera que este sea un año seco, las precipitaciones no se han presentado ni con la intensidad, ni con la frecuencia esperadas en Santiago. Pocas precipitaciones y altas temperaturas son características de inviernos contaminados en la capital”, finaliza Cordero.

Una de las principales medidas y/o restricciones para evitar que la contaminación atmosférica empeore aún más, es la restricción vehicular permanente de lunes a viernes para vehículos con y sin sello verde en la provincia de Santiago, así como también la prohibición de calefactores a leña y derivados de la madera, entre otros.

Según Cordero, los mayores efectos de la contaminación ambiental son físicos. El peligro es tal, que cada año mueren cinco a nueve millones de personas en el mundo producto de este fenómeno.

De acuerdo al Ministerio del Medio Ambiente, el material particulado (MP), también conocido como contaminación por partículas, es un contaminante atmosférico que corresponde a partículas líquidas o sólidas que se encuentran en suspensión, dispersas en el aire. Se clasifican de acuerdo a su diámetro en MP10 (grueso), con un diámetro menor a 10 micrones (o micrómetros), y en MP2,5 (fino), en que las partículas tienen un diámetro menor a 2,5 micrones.

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