Fin a las restricciones en Dinamarca ¿fue una decisión correcta?

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Dinamarca se convirtió en el primer país de la Unión Europea en levantar todas las restricciones contra Covid-19. ¿Cómo decidieron que el coronavirus ya no es una amenaza crítica para la sociedad, a pesar de ser el líder mundial en infecciones per cápita?


El 1 de febrero, Dinamarca dijo adiós a sus restricciones pandémicas como el uso obligatorio de mascarillas en espacio interiores, tener el pasaporte de vacunación en bares, restaurantes y estadios, y al aislamiento obligatorio para los contagiados.

Una noticia que podía dar a entender que el país había conseguido erradicar el Covid-19, pero no fue el caso. Según reporta el medio The Atlantic, su actual tasa de infección es más alta que la de cualquier otro país del mundo, excepto uno: el archipiélago del Pacífico Sur, Palau.

Entonces ¿por qué se toma la decisión de levantar todas las restricciones?

Ya no es socialmente crítica

“Si se siguen las cifras de infección de Dinamarca, esto parece algo muy, muy extraño”, dijo al mismo medio Michael Bang Petersen, investigador y asesor del gobierno danés, que dirigió una encuesta mundial sobre las actitudes ante el Covid.

Sin embargo, en conversación con el medio, Petersen expuso las justificaciones de la decisión y explicó que la defiende debido al descenso de los ingresos en la UCI y a la reducción de las estancias hospitalarias, lo que hace que la enfermedad que provoca el Sars-CoV-2 ya no es socialmente crítica en Dinamarca. “Nuestros hospitales no están sobrecargados. Tenemos una excelente vigilancia de los datos de nuestro sistema hospitalario” señaló.

Además, “(las personas) están en el hospital durante mucho menos tiempo que en olas anteriores. El número de personas que reciben tratamiento por neumonía es un indicador crítico, y también está bajando”. Situación que la atribuye a que el país tiene un nivel de vacunación muy alto (el 81% de la población tiene dos dosis y el 61% ha recibido la dosis de refuerzo), y que Ómicron es una variante más leve, lo que “significa que esta oleada no está estresando tanto a nuestros sistemas hospitalarios” dijo.

Para el Dr. Tomas Pérez-Acle, director de la Fundación Ciencia y Vida, y académico U. San Sebastián, se debe entender que se enfrenta una enfermedad que hoy se puede declarar como endémica, “y que llegó para quedarse”.

Los países y los gobiernos tienen que empezar a proyectarse en ese contexto. Es una enfermedad que está establecida, dice Pérez-Acle, y “el punto critico resulta ser primero avanzar lo más posible en el proceso de vacunación, ojalá las farmacéuticas logren generar vacunas polivalentes, es decir que sean capaces de dar una respuesta robusta a múltiples variantes de manera simultanea”.

El Dr. Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII), y director del ensayo clínico que se realizó en Chile con la vacuna Sinovac, señala que en relación a la decisión del gobierno danés se entiende que “han sido dos años muy difíciles para el bienestar social, económico, y de salud mental, por lo que es entendible el querer ir levantando restricciones, pero aún debemos ser cautelosos”.

Y a pesar de estar entender que las justificaciones para levantar las restricciones, esta decisión también debe ir de la mano “del descenso sostenido de casos y hospitalizaciones, y la disminución de la circulación viral y aparición de variantes de preocupación”, añade Kalergis.

Además, en Chile y el mundo, seguirá siendo importante mantener ciertas medidas, como el uso de mascarillas, evitar aglomeraciones, distanciamiento físico, ventilación “y muy importantemente la vacunación, para que el levantamiento de medidas de emergencia no tenga que ir necesariamente acompañado de resultados adversos para la salud de la población debido a un aumento importante del número de casos” señala.

¿Medida apresurada?

Pero entonces ¿por qué en Dinamarca no esperaron a que pasara la ola de Ómicron? Según el asesor del gobierno, para que se mantuviesen las restricciones, “la enfermedad tiene que ser clasificada como una amenaza para las funciones críticas de la sociedad”, una clasificación temporal que tenía un plazo de decisión de si continuaban o no

“¿Podemos realmente argumentar que el Covid es una amenaza, en este momento, para el funcionamiento crítico de la sociedad? Para nosotros es una decisión en blanco o negro -o es crítico o no lo es- y no podíamos argumentar que esto supone una amenaza para la sociedad. Por eso hemos decidido levantar todas las restricciones, incluido el mandato de la mascarilla” argumentó Petersen.

Según Pérez-Acle, los criterios que se debiesen considerar al momento de levantar las restricciones son qué tan adelantado está el proceso de vacunación, “y con lo avanzado que está el proceso en Chile y en otros países de Europa, debiésemos comenzar a mirar la pandemia de una manera distinta”. En ese sentido, añade, una buena forma de mirarla es ver qué pasa a nivel de hospitalización.

La población mayormente vacunada tiene un mayor retraso en las hospitalizaciones y “existe una batería de tratamientos mucho más bastas que al principio de la pandemia”, afirma el director de Ciencia y Vida. Ahora hay que comenzar a mirar “es la carga hospitalaria más que el número de infectados”

Sin embargo, Kalergis agrega que se debe observar con mucha atención cómo se sigue comportando la ola de Ómicron en nuestro país. Además, “la pandemia aún no termina, por lo que los riesgos siguen estando presentes y las medidas más efectivas para este tiempo de incertidumbre es mantener una alta tasa de vacunación, combinadas con medidas de autocuidado para poder retomar las actividades que todos anhelamos”.

Asimismo, Pérez-Acle menciona que hay que observar bien lo que sucede con Ómicron, porque “no necesariamente se trata de una variante menos severa cuando se consideran los casos de personas no vacunadas”.

Clientes en el mercado de pescado de Torvehallerne en Copenhague, Dinamarca, el martes 1 de febrero de 2022. A partir de ese día ya no es obligatorio llevar mascarilla en cualquier lugar público de Dinamarca. El Gobierno danés ha decidido que el Covid-19 dejará de estar catalogado como enfermedad socialmente crítica a partir del 31 de enero de 2022, y ha levantado las restricciones. (Liselotte Sabroe/Ritzau Scanpix via AP)

Esperar no es gratis

El experto danés, también indicó que esperar a eliminar las restricciones no es una decisión sin costes. “Una pandemia no es sólo un desastre para la salud pública. Afecta a todas las partes de la sociedad. Tiene consecuencias para la actividad económica, para el bienestar de las personas y para su sentido de la libertad”.

Cómo las restricciones por una pandemia ponen en pausa los derechos democráticos fundamentales, y si hay una amenaza crítica, esa pausa puede ser legítima. Pero también existe la obligación de eliminar esas restricciones rápidamente cuando la amenaza ya no es crítica. “Así que, desde una perspectiva puramente epidémica, podría haber tenido sentido prolongar las restricciones de Dinamarca otras dos semanas para garantizar que estamos al otro lado del peak de Ómicron. Pero esa decisión también habría tenido un coste. Esperar no es gratis” recalcó.

Cabe mencionar que Dinamarca eliminó las restricciones en septiembre y volvió a imponerlas unos meses después, lo que puede tomarse como un riego en la credibilidad de la toma de decisiones. Pero el experto danés dijo “Creo que el gobierno se ganó la confianza del público al hacer que todas las restricciones por pandemia fueran temporales y luego las levantara cuando las circunstancias cambiaran”.

En el caso de Chile, y una posibilidad de levantar las restricciones, el académico U. San Sebastián, señala que lo más probable es que los gobiernos vayan avanzando en la medida en que se tengan buenas experiencias con el proceso de vacunación. “En Chile tenemos un caso particular porque la mayoría esta vacunada con dosis de CoronaVac, entonces hay que tener cuidado en el sentido en que no necesariamente las experiencias que están teniendo los países europeos con el proceso de vacunación van a ser las mismas que vamos a tener aquí”.

De hecho para el doctor es más probable que Chile sea el primero genere información suficiente para entender la eficacia en la población del proceso de vacunación con la vacuna Sinovac. Por eso, reitera en la idea que “hay que ver lo que está pasando en las UCI. Estamos acercándonos al peak de la pandemia, y estimamos que no sea mucho más allá de la quincena de febrero, por lo que en ese minuto vamos a tener que esperar tres semanas para ver el verdadero impacto de Ómicron en la población”.

Por lo tanto, agrega Pérez-Acle si el impacto de la variante se mantiene bajo o está radicado principalmente en los no vacunados, “es un buen augurio en el sentido de que podríamos pensar en movernos hacia un mayor espacio de libertades”. Pero es muy importante convencer a ese casi millón de personas que aún no se vacunan, porque de lo contario “vamos a tener un sistema sanitario lleno pero de personas no vacunadas”

Por su parte, el director de IMII, dice que el país tiene una elevada tasa de vacunación, pero que es importante seguir avanzando en la cobertura de la dosis de refuerzo. “Una vez que se logra una buena cobertura de dosis de refuerzo y se observe un descenso sostenido de casos y de circulación viral, podría ser razonable pensar en un levantamiento paulatino de las medidas de restricción”.

Es importante, dice Kalergis reiterar la importancia de mantener la cautela, dado que nuestros sistemas de salud no cuentan con todas las capacidades de países desarrolladosun. “Un aumento importante de personas que requieran hospitalización tiene un efecto de sobrecarga muy importante en el personal de salud y en la disponibilidad de recursos e infraestructura no sólo para pacientes Covid-19, sino para todas las patologías que afectan a nuestra población” explica.

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