Malls, metro, plazas: Estudio revelará la ruta del coronavirus en Chile

Parte importante de las mediciones se han realizado en las afuera del mall Costanera Center.

Durante 30 semanas, académicos e investigadores de la Universidad Andrés Bello, han tomado muestras en Santiago y Antofagasta con el objetivo de secuenciar el virus para estudiar cómo se ha movido por el país.


El Centro de Bioinformática y Biología Integrativa (CBIB) y el Centro de Biotecnología Vegetal (CBV) de la Universidad Andrés Bello se encuentran desarrollando un proyecto que analiza la información genética del virus SARS-CoV-2, según tiempo y lugar.

Con muestras de diferentes puntos de Chile y de distintos momentos de la pandemia, este estudio podría arrojar luces sobre las rutas del virus y su comportamiento.

Con el apoyo del Fondo de Investigación Científica Covid-19 de la Anid, durante 2020, Eduardo Castro, académico de la Universidad Andrés Bello, se adjudicó el proyecto con el que montó un sistema de vigilancia en Santiago y Antofagasta, cuyos resultados serán útiles para el control de la pandemia, además de tener una imagen más clara de las variantes del virus que circulan en las distintas ciudades.

Uno de los puntos donde los investigadores están recolectando muestras, es a la salida del metro.

Castro señala que el sistema de vigilancia, “tiene que ver con tomar muestra de superficies, que les llamamos superficies de alto contacto, en distintas partes de la ciudad, sobre todo en lugares donde converge gente. Por ejemplo, en Santiago uno de nuestros puntos favoritos es cerca del Costanera Center, cerca del lugares concurridos en el centro, y también obviamente en otras comunas como Puente Alto, Macul, Ñuñoa, Providencia y Estación Central”.

Este trabajo se realiza en colaboración con los investigadores Fernando Mardones (Universidad Católica), Cristina Dorador (Universidad de Antofagasta), Fernando Bustos y Claudio Meneses, ambos de la Unab.

En Antofagasta el trabajo es similar. “Tenemos un equipo liderado por Cristina Dorador, que trabaja con una estudiante, y toman muestras en distintos puntos de la ciudad”.

Castro revela que junto a Meneses, “trabajamos para poder secuenciar estos genomas de coronavirus”.

Muestras de aire

A través del tiempo y del espacio, “vamos tomando muestras, así como también muestras de aire. Luego buscamos secuenciar el genoma del virus y también buscamos si encontramos otros virus respiratorios que puedan estar circulando en la población. Esto lo correlacionamos en general con elementos como el número de casos por comuna, por área, para darle un sentido espacio temporal”, establece Castro.

Con esa máquina (costado derecho de la imagen) captan muestras de aire del virus.

El propósito de la investigación, “es generar un prototipo, o mejor dicho, identificar o determinar si es que este sistema de vigilancia sirve para poder detectar de manera temprana nuevas variantes. Primero buscamos en estos lugares, en vez de que una persona primero se infecte, tenga síntomas, sea tratado, y después decidan secuenciar esa muestra positiva. En vez de que pase por todo eso, así como se hace con aguas residuales, lo podemos hacer con superficies. Esa es la hipótesis del proyecto”, añade Castro.

Todos los miércoles tomamos muestras en el aire, “lo hemos hecho durante las últimas 30 semanas. Tenemos una distribución temporal y espacial para seguir analizando. Estas muestras se toman con un aparato que succiona aire a volúmenes controlados, usamos 300 litros de aire por minuto, lo que nos entrega aprox. 10 ml de muestra por donde ha pasado dicho volumen de aire. Luego procesamos la muestra para secuenciación”, revela Castro.

Hemos encontrado que efectivamente podemos detectar el virus, “podemos reconstruir el genoma completo del coronavirus, a partir de la superficie de aire y las variantes que hemos encontrado en las ciudades, las que se asemejan a las variantes que han aparecido en pacientes. Hemos observado una congruencia entre ambos grupos de genomas, de individuos infectados y los que hemos obtenidos de la ciudad, del ambiente urbano”, explica Castro.

El equipo succiona aire a volúmenes controlados, 300 litros de aire por minuto.

De cara al futuro, el académico de la Unab, señala que “tenemos un montón de muestras que tienen que ser analizadas, y con eso podremos tener una visión más completa de este sistema de vigilancia, aún en fase piloto. Eso sería en uno o dos meses, aún es especulativo. Por ejemplo, la variante Delta aún la estamos analizando. No sabemos aún como es la situación en términos de vigilancia con respecto a algunas variantes, sí sabemos que hay una correspondencia entre lo que se observa en las personas, con respecto a lo que ocurre en la ciudad”.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.