“Una bomba de tiempo”: Más de 2,5 millones de personas viven en torno a la temida Falla San Ramón

Científicos analizando una zona de la falla. Foto: U. de Chile

Pese a diversos intentos por limitar las edificaciones en su entorno, más del 55% de su extensión está construido. Un puñado de científicos, alcaldes, gobernadores y vecinos intentan evitar que la ciudad siga creciendo sobre ella.


El 24 de agosto, un sismo casi imperceptible (magnitud 1,9 Ml) en el sector El Llano, en Pirque, encendió la alerta de sismólogos, geólogos y de la comunidad, ya que por esa zona atraviesa la temida Falla San Ramón.

No es el único evento. En 2020, 14 temblores consecutivos sacudieron Farellones, y en 2021 otro sismo de una magnitud de 5,7, generó un intenso ruido subterráneo. Todos sobre la falla.

Esta seguidilla de eventos telúricos han revivido los “fantasmas” de un posible gran terremoto en la Falla San Ramón, una falla geológica inversa y activa, situada en la sierra de Ramón, 10-12 kilómetros bajo la superficie terrestre, en pleno sector sur oriente de Santiago.

Con una extensión de 50 km en sentido norte-sur, está ubicada entre los ríos Mapocho y Maipo, cruzando las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto. Incluso, nuevos cálculos afirman que se prolonga hasta Lo Barnechea y Pirque.

Se estima que más de tres millones de personas serían afectadas en un evento telúrico en esta falla, siendo Puente Alto la comuna que tendría más daños. El 61,8% de su población vive en ella o cerca de ella. Le seguirían Las Condes con 55,4% de la población cerca de la falla, Peñalolén (39,6%) y La Florida (34,6%). La devastación incluso podría ser mayor a la ocurrida el 27 de febrero de 2010, advierten los científicos.

Un reciente estudio titulado “La Falla San Ramón y la sostenibilidad del piedemonte de Santiago: recomendaciones para la política pública”, establece que la falla geológica es capaz de acumular esfuerzo tectónico y deslizar un bloque cortical respecto de otro, generando sismos superficiales.

El análisis fue liderado por Gabriel Easton, geólogo y académico de la Universidad de Chile, que dice que es capaz de generar terremotos de gran magnitud con ruptura en super­ficie. Su potencial activación constituye una amenaza para la ciudad de Santiago y para toda la Región Metropolitana.

La Falla San Ramón es una falla activa, es decir, “constituye una fractura o zona de debilidad en la corteza terrestre, capaz de acumular esfuerzo tectónico y deslizar un bloque cortical respecto de otro, generando sismos superficiales. De acuerdo con los antecedentes científicos, esta falla es capaz de generar terremotos de gran magnitud con ruptura en superficie”, explica Easton.

Los últimos grandes terremotos con ruptura en superficie de esta falla, señala, fueron hace 17.000 y hace 8.000 años.

Peñalolén es una de las comunas por las que pasa la falla.

“Esta falla representa una amenaza para la Región Metropolitana”, advierte Easton. Un terremoto generaría grandes movimientos del suelo en sus inmediaciones, “que superarían lo estipulado por la Norma Sísmica para Santiago, y la potencial ocurrencia de remociones en masa en el frente cordillerano y cerros de la región”, agrega el académico.

Su estudio advierte de un riesgo no incluido en la política pública, cuya consideración resulta fundamental en pos de la sostenibilidad de la ciudad, puesto cada vez más gente vive directamente sobre su traza, o localización en superficie, así como en sus inmediaciones.

No es su única investigación. Otro de sus estudios analizó el impacto que tendría un evento telúrico sobre la falla. La investigación se realizó en la comuna de Peñalolén, lugar donde se construye un condominio sobre la traza (ubicación) de la falla, situación que tiene alerta a los vecinos.

Los estudios -geológicos, sismológicos y geofísicos- de las últimas dos décadas han evidenciado que esta falla es capaz de generar terremotos de gran magnitud 7,2-7,5, con ruptura en superficie a lo largo de las decenas de kilómetros en donde se ubica en el piedemonte del frente cordillerano.

Desde 1979 a la fecha el sector donde se localiza la falla ha aumentado de manera considerable su urbanización, observando además en ella infraestructura “crítica” como la presencia de hospitales. “Un 55% de la falla ésta urbanizada, por lo que se hace muy necesario evitar que en el 45% restante se siga edificando y densificando, y esto debe hacerse desde un punto de vista normativo”, alerta Pablo Salucci, geógrafo de la Universidad Católica y académico de la U. San Sebastián.

Easton, miembro del Programa de Reducción de Riesgo y Desastres (Citrid) dice que su mayor amenaza es la posibilidad de ruptura o dislocación del suelo, además de movimientos (aceleraciones) localmente mucho mayores a los que, por ejemplo, produjo el terremoto de 2010 en Santiago.

¿Existen prohibiciones actualmente para construir en la falla?

Easton explica que actualmente no hay ninguna regulación para esta ni otras fallas geológicas activas en el país, y por lo tanto existe un vacío normativo que garantice la seguridad de las personas.

Por ello, el científico presentó junto a un grupo de expertos un borrador en el Congreso para que desde la política pública se normen las edificaciones en el entorno de esta falla, y de cualquiera que exista en el país. El documento contiene siete puntos:

1. Definir a la Falla San Ramón como una falla activa.

2. Restringir la fundación de cualquier infraestructura en una franja de 300 m de ancho a lo largo de su traza, con posibilidad de realizar estudios para precisar la ubicación de esta franja en la superficie del terreno.

Trazado de la falla.

3. Modificar la norma sísmica de diseño para incorporar las fallas activas.

4. Realizar estudios de peligro por remociones en masa, en zonas susceptibles, ante la potencial activación de la Falla San Ramón e incorporar estas áreas en los instrumentos de planificación regionales y comunales.

5. Asegurar la disponibilidad de información precisa y pertinente a la ciudadanía respecto de la ubicación, amenaza y riesgo sísmico de la Falla San Ramón.

6. Definir la franja de restricción de la traza de la Falla San Ramón (300 m), como una zona de protección ambiental y conservación natural a lo largo del piedemonte cordillerano.

7. Definir una gobernanza para el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de una planificación urbana sostenible, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y la política nacional y global en materia de Reducción del Riesgo de Desastres.

Además, el geólogo dice que presentaron un informe a la Cámara de Diputados para regular los permisos de construcción de proyectos inmobiliarios y otras infraestructuras sobre la faja de ruptura superficial a lo largo de la falla, que alerta del peligro que representaría un evento telúrico proveniente de esta falla para las nuevas edificaciones que se pretenden construir en la zona.

El diputado Miguel Ángel Calisto es uno de los integrantes de esta comisión, pero reconoce que tras una primera cita, aún no se convoca nuevamente a una reunión.

Pero la urgencia advierte Salucci, es que la falla “se puede romper solo en un segmento de la misma o todo el segmento, que sería el peor escenario″.

“Debemos asumir que podría ocurrir una catástrofe”

El gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, la seremi de Vivienda y Urbanismo de la Región Metropolitana y el Ministerio de Vivienda, saben de su peligrosidad, y por ello, buscan modificar el Plan Regulador Metropolitano de Santiago, para así evitar posibles consecuencias asociadas a la falla, y su creciente urbanización.

Para ello, pretenden financiar estudios técnicos, con expertos del mundo académico, científicos, municipal y parlamentario.

Orrego ya envió un oficio al Minvu solicitando la “dictación de resolución de inicio para la elaboración de antecedentes y estudios necesarios conducentes a la modificación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago”. El documento, explican desde la gobernación, busca definir la falla como un área de riesgo que sea normada por dicho instrumento y que se incluya en los planes reguladores comunales.

Claudio Orrego.

Orrego explica que la evidencia científica existe desde hace varios años y no se puede ignorar. “En octubre del año pasado un informe de Comisión Especial Investigadora de la Cámara de Diputados reafirmó lo que ya sabíamos: que la falla geológica se encuentra activa y que podría generar un terremoto de hasta 7,5”.

Dice que un potencial sismo pondría en peligro a más de la mitad de los habitantes de Puente Alto, además de Las Condes, Peñalolén y La Florida. “La devastación podría ser mayor a la conocida el 27 de febrero de 2010 y ésta es evidentemente una señal que debe ponernos a todos en alerta”, añade..

Se estima que más del 55% de la falla y sus alrededores se encuentra ya construida, incluyendo obras de infraestructura crítica como colegios, hospitales, aeródromos y plantas de energía.

Orrego dice que el año pasado, la Seremi de Vivienda acogió su requerimiento de modificar el plano regulador metropolitano, decretando la elaboración de antecedentes y de estudios. Afirma que ya se está trabajando en la definición de normas técnicas, que no existen en Chile. “El Gobierno Regional va a financiar los estudios necesarios para que la modificación se cumpla en el menor plazo posible”, asegura.

Dice que en los próximos días será actualizado sobre los nuevos avances, las normas técnicas y del proceso de modificación. “Así lo definimos en una reunión que tuvimos hace algunos días con la seremi de Vivienda”, indica el gobernador, quien dice que si no se toman medidas ahora, nada frenará la construcción indiscriminada sobre la falla. “Es necesario tomar conciencia de que seguir construyendo allí es una bomba de tiempo”, y asumir que podría ocurrir una catástrofe.

Señala que los diagnósticos sobran, por lo que “hay que pasar a la acción cuanto antes”.

Pirque: El nuevo integrante de la falla

Los primeros estudios sobre la Falla San Ramón la situaron pasando por las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto. Pero las nuevas investigaciones permitieron advertir que esta se prolonga hasta Lo Barnechea y Pirque.

Salucci agrega que hoy se sabe que la traza de la falla no está restringida solamente al área entre el río Mapocho y Maipo, “sino que continúa hacia el sur y también lo haría hacia el norte de esta zona originalmente consignada.

La falla tiene una altitud máxima de 3249 msnm. Ha desarrollado un crecimiento continuo y progresivo durante el período cuaternario reciente. Sus mayores sismos se registraron hace 17.000 y 8.000 años (7,2 - 7,5 Mw), aunque también hay registro de terremotos en 1575 y 1647, aunque no son totalmente atribuibles a la falla.

Según las proyecciones del último censo (2017), más de 2,5 millones de personas, es decir, el 30% de la población de la Región Metropolitana, “podrían verse afectadas de manera directa por este fenómeno, principalmente las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida, Puente Alto, y Pirque. En particular las zonas más cercanas a uno de los segmentos de la falla”, añade Salucci.

Gracias a información LiDAR, es decir topografía muy precisa, junto con observaciones de campo y otros análisis, hemos precisado la cartografía de la Falla San Ramón extendiéndola hacia Pirque, en donde antes no la teníamos bien definida. “Actualmente seguimos trabajando en eso como también extendiendo su cartografía hacia Lo Barnechea. Todo esto ratifica que la extensión de esta falla abarca alrededor unos 50 km a lo largo del piedemonte andino de Santiago”, explica Easton.

En esta última comuna, son conscientes de la peligrosidad de la falla. El alcalde Jaime Escudero ha sostenido reuniones con Easton para recopilar información. “Es un tema que debemos tomar con seriedad”, dice. “Pretendemos nutrirnos de sus estudios para tomar las decisiones correctas, en materia de seguridad, vivienda, emergencia, desarrollo y políticas públicas, que vayan en beneficio de nuestra comuna”, agrega.

Pirque.

Dice que junto con la Dirección de Obras Municipales, se han reunido con geólogos, quienes desde hace varios años se encuentran estudiando las deformaciones que ha producido la Falla San Ramón en la corteza cordillerana.

Reconoce que la falla posee un potencial peligro para las comunidades construidas cerca y sobre esta, “por lo que debemos estar alerta a posibles complicaciones que pueda crear esta posible zona de ruptura”.

Visión de la comunidad: proyectos inmobiliarios

En Peñalolén existen muchas agrupaciones que “defienden la precordillera” (Colectivo VientoSur, Emergencia Precordillera, Observatorio Precordillera), buscando detener el avance inmobiliario, justamente por donde pasa la falla.

Eduardo Giesen, ingeniero civil eléctrico y magíster (e) en Gestión y Políticas Públicas de la U. de Chile, integrante del Colectivo VientoSur, y que también colaboró con Easton en la elaboración del borrador que presentaron en el Congreso, dice que es precisamente en Peñalolén, donde mejor y con mayor detalle se ha logrado localizar y estudiar la falla, pues es donde el equipo de la U. de Chile realizó en 2011 las trincheras para visualizar de manera directa las evidencias de su actividad en la corteza terrestre.

Gabriel Easton explicándole a la comunidad de Peñalolén, los potenciales peligros de la falla.

Giesen revela que cuando en 2020 descubrieron y confirmaron con la U. de Chile que el proyecto Lomas de Peñalolén, de inmobiliaria Pocuro, pretendía construirse sobre la falla, asegurando que esta falseó su localización en su Declaración de Impacto Ambiental (DIA), elaborada por la consultora BIO Ingenieros Civiles. Por ello, dice “iniciamos una amplia divulgación del caso, con múltiples notas periodísticas en prensa escrita y televisión”.

Además, “entregamos esta información al diputado Tomás Hirsch, quien interpuso un recurso de protección, solicitando a la Corte de Apelaciones de Santiago dejar sin efecto la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobatoria del proyecto, dejando constancia que la DIA contenía información falsa y que esto lo habíamos conocido recién en 2020″, señala Giesen, quien además es académico de Ecología Política en la U. de Chile.

Pero dice que la Corte de Apelaciones, de manera insólita, rechazó el recurso aduciendo plazos legales para apelar a una RCA, lo que más tarde fue ratificado por la Corte Suprema. “Posteriormente, el mismo diputado Hirsch propuso la constitución de una Comisión Especial Investigadora de la Cámara, que tras un amplio proceso emitió su informe”, explica Giesen.

En 2021, añade, “en circunstancias en que el proyecto de Pocuro se encontraba detenido por incumplimientos de la RCA, tuvimos una reunión con la alcaldesa Leitao, en que le solicitamos y accedió a interceder ante la empresa para eviar que destruyera el bosque que se encontraba justamente sobre la falla, y que constituye la última etapa de su proyecto. Jamás tuvimos noticia de que la alcaldesa haya realizado la gestión, y la empresa destruyó en corto plazo todo el bosque, aun cuando creemos que con alta probabilidad no podrá construir casas en ese sector”.

Sector donde eventualmente se construirá el condominio en la comuna de Peñalolén, lugar por donde pasa la falla. Se encuentra sobre la Comunidad Ecológica. Crédito: Paulina Veloso

En rigor, el proyecto Lomas de Peñalolén está en ejecución, señala Giesen. “Durante 2020 y 2021, la inmobiliaria destruyó y extrajo todo el bosque nativo y suelo vegetal del terreno de su proyecto. Después de esta destrucción y hasta la fecha, el proyecto no ha continuado con las siguientes etapas. Al sur del terreno de Pocuro hay 3 proyectos de la inmobiliaria Macul (propiedad de Juan de Dios Vial) que también podrían verse afectados por la falla, los cuales están detenidos desde 2016 tras nuestra denuncia por fraccionamiento para evitar su ingreso al Sistema de Evaluación Ambiental”.

“Al norte se encuentra un gran predio, propiedad de José Gabriel Cox, atravesado por la Falla San Ramón y donde se realizaron las trincheras para su estudio en 2011. A la fecha existe en dicho predio un gran vertedero ilegal de escombros, áridos y chatarra, que se ha expandido durante más de 20 años y que ya ha cubierto más de 6 hectáreas de bosque esclerófilo. Las autoridades locales y sectoriales han sido incapaces de fiscalizar e impedir esa actividad ilegal, permanente a plena luz del día, que no para de noche ni fines de semana”, acusa Giesen.

Giesen denuncia que no existe ningún plan de trabajo a nivel de la comunidad o de la comuna de Peñalolén al respecto. “Todas las actividades de información y educación hacia la comunidad sobre la Falla San Ramón, sus riesgos y su valor, como del resto de la precordillera, han sido impulsados y realizados por las organizaciones sociales, incluída una charla de Gabriel Easton”.

Falla con velocidad de movimiento lento

Gabriel González, geólogo de la U. Católica del Norte y subdirector del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden), pone paños fríos. Señala que la falla San Ramón es una amenaza para Santiago, “pero no es un peligro inminente”.

La gráfica muestra los diferentes movimientos de la falla.

“Para poder definir un peligro debemos determinar la probabilidad que el fenómeno ocurra, es decir un terremoto destructivo. En el caso de esta falla, los antecedentes publicados por el equipo liderado por Gabriel Easton, sugieren que se trata de una falla con velocidad de movimiento lento, del orden de 0.4 mm/yr, cuyo último evento geológicamente reconocible ocurrió hace 8 mil años y el anterior hace 17 mil años”, señala González.

Sin embargo, Salucci explica que el hecho de identificar esta falla como un elemento “activo”, es decir, una falla que puede producir sus propios terremotos, la transforma en una amenaza.

“Si observamos el proceso de urbanización que se ha llevado cabo en los últimos 40 años años sobre el piedemonte cordillerano, lugar por donde pasa la falla, observamos un peligro, ya que tenemos a población expuesta a esta amenaza”, agrega Salucci.

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