“Tomé una mala decisión”: la versión de Kristin Cabot, la mujer que fue captada con su jefe en el concierto de Coldplay
Tras el viral beso captado por la kiss cam en un concierto de Coldplay, Kristin Cabot rompió el silencio y relató el acoso, las amenazas y el impacto que tuvo el escándalo de TikTok en su vida personal y laboral.
Fue uno de los videos más virales de este 2025. El 16 de julio, en un concierto de Coldplay, la kiss cam —una cámara que apunta a personas del público aleatoriamente para que se den un beso— se posicionó sobre una mujer y un hombre. Avergonzados, comenzaron a ocultarse, mientras todo se transmitía por una pantalla gigante del estadio.
Poco después se conoció que los protagonistas de la escena fueron Andy Byron, CEO de Astronomer, y Kristin Cabot, jefa de recursos humanos de la misma empresa.
Byron era su jefe. Y ambos estaban casados, pero con personas distintas.
El video se viralizó por haber “captado una infidelidad en vivo”. Y gran parte del Internet se volcó contra Kristin, quien relató recientemente al New York Times que vivió meses de amenazas, insultos y hasta paparazzis persiguiéndola hasta su casa.
Por primera vez desde el video viral, la mujer decidió contar su versión. Esto fue lo que dijo.
El después de Kristin Cabot, la mujer del kiss cam de Coldplay
Al inicio, Kristin Cabot, de 53 años, decidió guardar silencio. El video llegó rápidamente a las 100 millones de visualizaciones y su vida parecía caerse a pedazos, pero lo primero que hizo, según le contó al NYT, fue preocuparse de sus seres queridos.
“Al principio solo podía pensar: ‘Dios mío, lastimé a gente. Lastimé a gente buena’”.
Intentó reconciliarse con sus dos hijos adolescentes, su empleador (la empresa Astronomer) y su esposo Andrew Cabot, de quien estaba separada y tramitando su divorcio al momento del escándalo.
Después, comenzó a lidiar con un ataque de odio masivo: en comentarios y mensajes, leía cómo la insultaban sin medida. Le decían “rompehogares”, “cazafortunas”, “zorra” y otros calificativos para humillarla. Incluso, comentaban sobre su físico con total libertad.
Según le contó al medio estadounidense, recibía 500 o 600 llamadas a diario. Los paparazzi comenzaron a acampar afuera de su casa y recibió entre 50 y 60 amenazas de muerte.
Incluso, contó que la reconocieron en una gasolinera y una mujer le dijo que era “repugnante” y que “ni siquiera mereces respirar el mismo aire que yo”. Sus hijos también sienten vergüenza de que los vean con ella en público.
Finalmente, después de seis meses de silencio, tomó la gran decisión de dar su testimonio a la prensa, algo que había evitado hacer por miedo a que vuelvan a destrozarla, y por vergüenza.
“Tomé una mala decisión, me eché un par de High Noons (una bebida alcohólica), bailé y me comporté inapropiadamente con mi jefe. Y no es nada. Asumí la responsabilidad y renuncié a mi carrera por ello. Ese es el precio que elegí pagar”, declaró.
Para Cabot, lo que le sucedió fue parte de la vida. Una elección errada, cuyas consecuencias asumió por completo. “Quiero que mis hijos sepan que uno puede cometer errores y meter la pata de verdad. Pero no tienen por qué amenazarlos con matarlos por ellos”.
Además, con la entrevista quiso refutar que llegó a su puesto de trabajo acostándose con alguien. Trabaja desde los 13 años y nunca ha dependido económicamente de un hombre, aseguró.
Pese a ello, incluso colegas cercanos en quienes confiaba decidieron cortar el contacto con ella por completo. Ahora, le preocupa que el escándalo le cierre puertas de futuros trabajos para los que, asegura, está completamente calificada.
Cómo Kristin Cabot comenzó a relacionarse con su jefe
En la misma conversación con el New York Times, la mujer de 53 años contó cómo se hizo cercana a su jefe, Andy Byron. En verano de 2024, postuló al trabajo en Astronomer y el CEO dijo que “encajaba a la perfección”.
Como la empresa estaba creciendo rápidamente, Kristin tenía mucho trabajo supervisando la planilla de la empresa, por lo que estaba constantemente hablando con su jefe.
En 2025, estaban comiendo juntos en la oficina cuando la mujer le contó que se estaba separando de su esposo, que estaba estresada y preocupada por sus hijos. Según su versión, Andy Byron le dijo que estaba pasando por lo mismo.
Entonces comenzaron a tener una relación más fuerte. Se reían juntos, se contaban confidencias y, sin darse cuenta, Kristin reconoce que comenzó a tener “sentimientos profundos” por él. Aunque sabía que si llegaban a estar juntos, no iba a poder seguir trabajando para él.
“No me dejé llevar demasiado porque él es mi jefe”.
En el verano, unos amigos le propusieron ir a un concierto de Coldplay. Le gustaba la banda y estaba animada de salir con sus amigos. Y le pidió a Byron que la acompañara.
Estaban en un balcón VIP cuando, después de tomar un par de cócteles, comenzaron a “actuar” como pareja. Según ella, fue la primera y única vez que se besaron, y en un momento, el CEO la rodeó con sus brazos y le tomó las manos.
Esta fue la imagen que captó la kiss cam. Cuando la mujer se vio en la pantalla grande, aseguró que sintió terror. “Nunca podré explicarlo de forma articulada ni inteligente”, dijo. Atinó a taparse la cara con las manos y soltarse de los brazos de su acompañante.
Después del momento, ambos se fueron corriendo al bar, se sentaron y comenzaron a hablar sobre cómo iban a lidiar con lo que se venía. Lo primero en lo que se pusieron de acuerdo fue en informar a la junta directiva de la empresa.
Pero las redes sociales hicieron lo suyo, y el video explotó antes de que pudieran hacer algo.
La junta directiva les dijo que entendía que eran humanos y que podían equivocarse, pero que debían iniciar una investigación. La mujer decidió irse a una escapada de fin de semana sola: se fue a la montaña con su perro y una botella de vino.
Finalmente, su acompañante, Byron, renunció a su puesto de CEO. Y después de que la investigación de la empresa concluyera, le pidieron a Kristin que volviera a su puesto, pero ella decidió no regresar, no quería ser el “hazmerreír” de la oficina. Entonces, negoció su renuncia.
Todo este tiempo, ha estado lidiando con los mensajes y amenazas de muerte.
En paralelo, continuó hablando con su exjefe, pero en un punto, se dieron cuenta de que si seguían con el mismo ritmo, no iban a poder sanar. Ahora tienen contacto mínimo.
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