Así se gestó la película sobre Bruce Springsteen: “Contó cosas que nunca le había contado a nadie”
El proceso creativo detrás del introspectivo y fundamental Nebraska (1982) es el foco de Springsteen: Música de Ninguna Parte, filme que cuenta con Jeremy Allen White en el rol principal y con Jeremy Strong en la piel del histórico mánager del músico. Ambos, en compañía del director Scott Cooper, detallan las claves de una producción que se adentra en el período más vulnerable de “The Boss”. Este jueves 30 llega a cines chilenos.
Springsteen: Música de ninguna parte transcurre en gran parte al interior de una habitación. En ese rincón, en su casa de infancia en Colts Neck, Nueva Jersey, un treintañero Bruce Springsteen enfrentó a sus mayores demonios, tomó una grabadora de audio de cuatro pistas y registró la casi totalidad de Nebraska, su obra maestra de 1982.
“¿Cómo dramatizas eso? ¿Cómo logras que sea entretenido? ¿Cómo logras adentrarte en la mente de Bruce?”, se pregunta Scott Cooper en una conferencia a la que asiste Culto. El cineasta estadounidense cuenta que encontró muchas de esas respuestas en Deliver me from nowhere: The making of Bruce Springsteen’s Nebraska, el libro publicado en 2023 por el músico y escritor Warren Zanes. Un trabajo de más 300 páginas que se transformó en su principal referencia para crear el largometraje y que describe como “una exploración íntima, honesta y abierta del viaje más difícil de Bruce”.
Cooper sintetiza ese período en dos horas de película que perfilan sus difíciles orígenes en Nueva Jersey, su relación con la fama y el éxito, y su intenso proceso creativo. En un intento por volver más abordable el reto de capturar un pasaje fundamental de la vida de uno de los músicos más importantes de las últimas décadas, el director y guionista subrayó un concepto: “Simplemente estamos haciendo un filme sobre un hombre que sufre un trauma no resuelto, que resulta ser uno de los grandes cantautores que Estados Unidos ha dado”.
La producción –que debuta este jueves 30 en salas nacionales– fichó para el papel principal a una de las figuras del momento: Jeremy Allen White, el actor que ya ha ganado dos Emmy por su protagónico en la serie El Oso. “Comencé en un lugar de verdadero miedo, para ser honesto”, reconoce el intérprete en la misma instancia, asegurando que en un inicio “estaba preocupado por muchas ideas externas”.
El actor intentó concentrarse en las motivaciones e implicancias del viaje que Springsteen emprendió a fines de 1981, al término de los conciertos que realizó con el exitoso The river (1980) y mientras la industria aguardaba con ansias por su sucesor.
“Este hombre, que es músico, regresaba a casa después de un tour pensando que va a encontrar quizás un poco de paz y encuentra algo diferente. Un hombre en su proceso creativo buscando y encontrando inspiración. Y una vez que empecé a acercarme a Bruce Springsteen como un hombre en lugar de como un dios fue cuando empecé a encontrar mi equilibrio”, explica.
White se esmeró en “aprender a tocar la guitarra y cantar sus canciones lo mejor posible”. Así, terminó grabando las canciones que componen Nebraska en los estudios de RCA en Nashville. Y antes, en la previa al inicio de las filmaciones, hizo lo propio con su mayor himno: Born in the U.S.A., parte de su álbum lanzado en junio de 1984.
“La regrabamos en la misma emisora donde se grabó originalmente. Recuerdo ese día con muchísima claridad. Fue como una semana antes de empezar el rodaje. Esa canción no se puede cantar, hay que gritarla. Y recuerdo que me dejó exhausto. Pasé unas dos horas cantándola con nuestro maravilloso supervisor musical, Dave Cobb”, detalla, junto con enfatizar que esa sesión lo dejó sin voz durante cuatro días.
Naturalmente se recuperó a tiempo para el inicio de la faena. Allí lo esperaba Jeremy Strong, otro nombre que ha experimentado un furioso ascenso en los últimos años. El protagonista de Succession fue llamado para encarnar a Jon Landau, el mánager del artista desde 1974 hasta la actualidad. Conocido por la intensidad con la que aproxima a su oficio, leyó el libro de Warren Zanes y todo lo que estaba a su alcance.
“Necesitas saberlo todo sobre la persona que interpretas. Necesitas devorar todo lo que se ha escrito sobre ellos, por ellos, dicho por ellos. Y estudiarlo sin cesar, internalizarlo. Así que tenía mucho con lo que ponerme al día. Cuanto más me adentraba en esto, más me llenaba, estando en presencia de lo que ellos habían creado, de lo que habían hecho juntos”, plantea.
Tanto Springsteen como Landau visitaron el set y estuvieron disponibles para lo que Scott Cooper y los actores necesitaran. Eso sí, no desempeñan labores de producción, evitando un grado de participación que no siempre garantiza honestidad en el resultado final (véase la abismal diferencia entre Bohemian Rhapsody: La historia de Freddie Mercury y Rocketman).
“(Bruce Springsteen) me contó cosas que nunca le había contado a nadie. Jon Landau se me acercó y me dijo: sabes, Scott, hay cosas en esta película que nunca se han revelado. Y sentí un gran honor, un gran cariño por parte de Bruce. Más allá del filme, él me ha demostrado una generosidad que va mucho más allá de la amistad, por la que estaré eternamente agradecido”, indica el director.
Por su parte, Jeremy Allen White destaca la enorme emoción que le produjo filmar en el terruño de “The Boss”. “No sólo estoy retratando a una persona viva, sino que estoy retratando momentos que sucedieron, habitaciones que existieron. Bruce respiró ese aire. Estos momentos son reales. Y para mí había algo muy frágil y delicado al interpretar algunos de estos momentos, especialmente los filmados en Colts Neck, durante el proceso de grabación y los momentos en los que Bruce estaba solo. Y creo que puedo hablar un poco por Bruce y decir que él también sentía mucha fragilidad. Creo que ambos. No sé... Hubo una verdadera delicadeza al intentar recuperar estos momentos que ya habían sucedido”.
Sensata en su alcance y enfoque, Springsteen: Música de ninguna parte deja abierta la puerta para que existan otros proyectos que aborden episodios anteriores o posteriores de la biografía del autor de Badlands. El tiempo dirá si se terminan materializando, pero no será sencillo que la igualen en calidez y pasión.
Para White, “la esencia de este filme es el anhelo de conexión, de comunicación, de tener un anclaje y sentirse arraigado y presente en la vida. Eso es lo que Bruce busca. Bruce busca una vida en la que algún día pueda conocer a Patti (Scialfa), formar una familia y crear la vida que siempre quiso y la que tiene hoy”.
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