Lynne Ramsay, cineasta: “Me siento atraída por personajes tridimensionales, que poseen oscuridad y luz”
La directora escocesa presenta Mátate, Amor, la atmosférica película basada en la novela de la argentina Ariana Harwicz, que se puede ver desde esta semana en la plataforma Mubi. En entrevista con Culto, detalla su trabajo con Jennifer Lawrence y su debilidad por los personajes aislados. “Es bastante diferente, pero creo que tiene el sabor del libro”, afirma.
La directora escocesa Lynne Ramsay (Glasgow, 1969) quedó atrapada al leer las primeras líneas de Matate, amor. Aquel inicio en que la narradora personaje asegura estar espiando a su marido y a su hijo mientras ambos están en la piscina durante un caluroso domingo, y se pregunta a sí misma: “¿Cómo es que yo, una mujer débil y enfermiza que sueña con un cuchillo en la mano, era la madre y la esposa de esos dos individuos?”.
“Ella está prácticamente observando a su familia como si fuera una intrusa, casi como si fuera una acosadora. Está realmente al límite, y piensas: Dios mío, ¿qué va a pasar? Este tipo de idea de que cualquier cosa puede pasar con este personaje es realmente emocionante para mí”, explica.
Las intensas sensaciones que le produjo revisar el comienzo del libro fueron determinantes para que al final, después de darle varias vueltas, aceptara la propuesta de la actriz y productora Jennifer Lawrence: dirigir una película basada en la novela que la argentina Ariana Harwicz publicó en 2012 y cuya traducción al inglés fue finalista al Premio Man Booker Internacional en 2018. Una obra que ya había seducido a Martin Scorsese, productor ejecutivo del largometraje.
“Supongo que pienso mucho en imágenes, de forma muy intuitiva, y en encontrar el carácter de la imagen y algunos de los símbolos que la acompañan y reaparecen. Pero sí, la escena inicial del libro es bastante asombrosa, así que me inspiré en ella”, explica Ramsay a Culto a través de Zoom a inicios de octubre, poco antes de que el filme protagonizado por Lawrence y Robert Pattinson llegue a las salas del mundo (desde esta semana se encuentra disponible en la plataforma Mubi).
Ya sea a través del estudio de las infancias marginadas o mediante la inmersión en la psiquis de adultos dañados, la realizadora sabe lo que es navegar por aguas incómodas. Y sabe hacerlo mediante una perspectiva que en general le garantiza evitar los lugares comunes. Mátate, amor es la exhibición más reciente de su mano, que conjuga el lenguaje poético y los elementos surreales con el costado más áspero de la realidad.
Como en la novela de la autora de La débil mental y Precoz, la cinta de Ramsay es la historia de Grace (Lawrence), una mujer que entra en crisis cuando se muda a un nuevo hogar junto a su esposo y su hijo pequeño. Desconectada de su oficio (es escritora), de su matrimonio y de su entorno, parece navegar sin rumbo. Aquí la acción no transcurre al borde de un bosque en la campiña francesa, sino que en una casa heredada en el campo al que llegan tras abandonar Nueva York. Con los ajustes de rigor, también logra ser mucho más que un relato sobre la depresión posparto.
“Creo que tiene muchas capas. Se trata del matrimonio, de la historia de amor, y todo eso también estaba en el libro”, detalla la directora de We need to talk about Kevin (2011) y You were never really here (2017). Luego agrega: “Ella (Grace) es una escritora que no puede escribir, que está estancada, y creo que son muchas de estas cosas las que hacen que el personaje se desmorone”.
-¿Qué le atrajo de la novela? ¿Cuáles fueron las principales decisiones que tomó sobre cómo quería filmarla y qué quería transmitir?
Jennifer (Lawrence) me envió la novela y luego supe que no quería que se pareciera demasiado a nada que yo hubiera hecho antes, por lo que intenté encontrar mi propio camino. Supongo que fue el personaje, su aislamiento, su estancamiento, y también su relación que se desmorona, así como su mente a veces. Y también que hay una especie de naturaleza surrealista en ella, en qué es real y qué no lo es. Me parece muy interesante la forma en que la novela plantea algunas de estas cosas y también el aspecto familiar. Así que la tomé y la desarrollé a mi manera. La filmé en “formato retrato” (con una relación de aspecto vertical) y tomé muchas decisiones sobre el color de la casa. Eso en cierto modo lo dictó, porque la casa encajaba en ese encuadre. Pero nunca había usado ese formato, por lo que hice muchas pruebas. Y así fue como decidimos rodar los exteriores nocturnos de día, algo que no es tan habitual en la actualidad. Eso le daba una sensación de color más intensa. Pero también quería que tuviera humor. Es un personaje sin complejos, algo que no se ve normalmente.
-En el sitio web del Festival de Cannes, donde debería estar alojado la sinopsis de la película, únicamente dice “Amor. Locura. Locura. Amor”. ¿Cuál cree que es la relación entre el amor y la locura?
Bueno, creo que en términos de esto (la película), tiene que ver con muchas cosas, como la mudanza, el aislamiento, la llegada de un hijo nuevo, cuando la pareja empieza a distanciarse y ella se encierra más en sí misma. No se identifican el uno con el otro, pero se siguen amando. Así que quizás exista esta conexión “Amor. Locura. Locura. Amor”. Pero ella quiere que él la desee, quiere que él advierta su presencia y esté con ella. Simplemente se convierten en diferentes niveles, pero todavía hay amor allí.
-En sus películas sus personajes están bastante alienados y aislados. ¿Por qué siente atracción por ellos?
Me gusta sentir atracción por personajes tridimensionales, con oscuridad y luz, con algo interesante en sus vidas. A veces es algo un poco traumático de su pasado. En esta (película) realmente quería que también tuviera luz. Creo que es muy interesante explorar al personaje de una manera realmente tridimensional. Siempre se trata de intentar descubrir algo sobre lo que es ser humano. Y quizás a través de estos personajes más extremos consigo explorar cosas que descubren algo sobre la humanidad.
-Casi todos sus largometrajes han comenzado como adaptaciones literarias. ¿Hay algún momento del proceso creativo en el que se olvida del material original? ¿Durante las filmaciones vuelve a revisar el libro?
Creo que comienzas con ciertos hilos y elementos. Lo que yo hice es bastante diferente en algunos aspectos, pero creo que tiene el sabor del libro. Ariana Harwicz vino a Cannes, y yo ni siquiera sabía que iba a estar allí. Realmente la acogió (a la película). Creo es un libro salvaje, que también trataba sobre la sexualidad, sobre la pérdida de eso, sobre la pérdida de sí misma. Espero que todos esos elementos sigan ahí. Pero nunca hago una adaptación directa, sino que tiendo a encontrar mi camino y a encontrar los elementos que me parecen más interesantes. Así es cómo también la abordé en este caso.
Trabajo de a tres
Lynne Ramsay contó con algo que en general es escaso para los cineastas: tiempo para conocer a los actores e intercambiar ideas respecto a la historia que tenían enfrente, con el fin de llevarla a puerto de una manera que resulte satisfactorio para todos. En las reuniones que mantuvo con Jennifer Lawrence y Robert Pattinson en Calgary (Canadá) charlaron sobre lo que une y separa a la pareja, sobre las desconcertantes intervenciones públicas de la protagonista y sobre la dimensión más “animal” del personaje.
“Hablamos mucho sobre sus comentarios probablemente inapropiados, pero que a la vez tienen algo de verdad. Le cuenta estas cosas a la cajera del supermercado, en la fiesta con la piscina es sincera con el resto de gente, y creo que nos basamos en eso y también en la idea de estar un poco aislada y estancada, y en todos los demás sentimientos que conlleva formar una nueva familia (...) Normalmente soy bastante instintiva, y eso funciona con un actor con el que comparto durante mucho tiempo y podemos hablar mucho al principio”, subraya.
-¿Cómo describe el vínculo que formó con Jennifer Lawrence y Robert Pattinson?
Todo es cuestión de confianza con los actores. Ellos se unieron pronto y pudimos hablar mucho y descubrir y explorar cosas juntos. Me encanta trabajar con grandes actores. Y creo que ella estaba completamente inmersa en su actuación y todo lo que hablamos se sintió muy natural de principio a fin. Lo mismo con Robert, que es muy práctico. Me encantaría trabajar con él en otra cosa. Todo se sentía muy inmediato día a día, emocionante. Si había cambios que fueran emocionantes, todos entrábamos en una especie de vibra con eso y nos manteníamos de ese modo hasta el final. Así que para mí todo consiste en establecer una confianza con el actor, y una vez que eso se logra, creo que todo está dentro del filme. Es muy importante tener muchas conversaciones al respecto, para estar en sintonía entre nosotros. Ver hacia dónde vamos, y mantenerlo emocionante también, para que nada se sienta demasiado crudo o esperado.
-Su anterior filme es de hace ocho años, pero ahora tiene unos cuantos proyectos en carpeta. ¿Es casualidad o tiene el deseo de hacer más películas?
Yo estaba escribiendo bastante cuando llegó el Covid y pensé que iba a rodar uno de esos (guiones)... Las cosas sucedieron de forma natural, pero definitivamente no quiero un gran intervalo; quiero empezar a filmar otra pronto. Pero he estado escribiendo mucho. Eso ha sido bueno. Hay bastantes cosas en cola... El Covid fue una locura, porque pensé que estaba a punto de rodar algo y entonces pasó lo que pasó. Es un mundo curioso: puede ocurrir así (rápido, como Mátate, amor) o puede tardar un poco en concretarse, a veces por las locaciones y la ambición del filme.
Lo último
Lo más leído
1.
Plan digital + LT Beneficios por 3 meses
Navidad con buen periodismo, descuentos y experiencias🎄$3.990/mes SUSCRÍBETE