Claudio Borghi: “Estuve en un período de Selección donde mucha gente salió manchada, pero yo, afortunadamente, no tengo manchas”

Claudio Borghi, extécnico de la selección chilena (2011-2012) y actual comentarista de TNT Sports.
Claudio Borghi, extécnico de la selección chilena (2011-2012) y actual comentarista de TNT Sports.

El ex técnico de la Selección Chilena analiza las razones del segundo fracaso consecutivo de la Roja, que se quedó sin ir al Mundial de Qatar 2022. El argentino no se arrepiente de nada durante su paso por la banca del combinado nacional, ni siquiera de sus decisiones en torno al Bautizazo.



Al mirar hacia atrás, Claudio Borghi (57), actual comentarista de TNT Sports, se alegra de haber dirigido a la Generación Dorada de la Roja, entre 2011 y 2012. Sin embargo, su sentimiento se transforma inmediatamente en preocupación al pensar en el futuro. “El nivel de nuestro torneo no es bueno y eso afecta directamente a la Selección”, advierte el Bichi, en entrevista con El Deportivo.

Por segunda vez consecutiva, Chile no irá al Mundial, ¿por qué?

Fue un despropósito ir a la Copa Confederaciones, teniendo en cuenta que a la vuelta tenías partidos claves para clasificar a Rusia. Daba la sensación de que era un poquito más sencillo que este último Mundial. Entiendo las ganas de ganar todas las cosas, pero ese entusiasmo pasó la cuenta en lo deportivo. Y en esta última clasificatoria, ya los jugadores evidentemente tienen un desgaste importante. Son longevos jugando. Todo baja. No hay posibilidades de mantener el nivel. Algunos lo hicieron, otros no. También hubo otras cosas.

¿Cómo cuáles?

Por ejemplo, en el período de Reinaldo Rueda hubo muchos amistosos. Él tenía que conocer, ver con qué contaba, y se demoró muchísimo en conseguir un equipo competitivo. También tuvo la desgracia de tener tres presidentes de la ANFP, cosa que no pasa muy seguido. Y después, el no convencimiento de él y del público obligó a buscar un técnico de forma inmediata. Fue Lasarte y no pudo conseguir los resultados.

¿La inestabilidad política del fútbol chileno afectó a la Roja?

Sí. A ver, Milad ha hecho cosas bastante interesantes. Su progreso en la Federación y en la Conmebol es importante. Se maneja bien, futbolísticamente. Sin embargo, la inestabilidad adentro afecta. No puede haber un problema cada vez que se llama a la Selección Nacional. Y la Selección necesita estabilidad. Y la estabilidad la da el campeonato. Y el campeonato no es muy interesante. Las críticas de los jugadores tras la derrota ante Uruguay fue que el campeonato no es bueno, que no clasificamos casi nunca en Copa Libertadores ni en la Sudamericana. El nivel va decayendo y lo sufre la Selección.

Pablo Milad, presidente de la ANFP, habló de la responsabilidad de los clubes como formadores, ¿no es más responsabilidad de la Federación?

Si los clubes no trabajan de forma seria en cuanto a la formación, el que se tiene que encargar es la Federación. Hay muchas selecciones que no trabajan bien en los clubes, pero el trabajo que hacen en series menores, como la AFA, Francia o Ecuador, hace que salgan buenos jugadores. Nosotros no tenemos competencia interna y esa es una realidad. Los técnicos quieren más ganar que formar. Y no está mal ganar. El problema es que hicieron mal el camino: lo primero es formar y luego tratar de ganar. Al jugador de fútbol hay que enseñarle a perder, empatar, ganar, jugar con uno más, con uno menos. Eso es formación. Lo dijo Lasarte: el chileno es de una raza chica. Menos mal que no vino hace 10 años, porque eran más chicos. Hoy crecen más. Si no hay crecimiento, hay que intentar que los jugadores crezcan.

Milad dice que Chile tiene pocos jugadores en equipos top de Europa. Sin embargo, Ecuador y Perú, que tienen menos, van al Mundial y al repechaje. ¿Cuál es la diferencia? ¿Trabajan las inferiores o tienen buenos técnicos?

Las dos cosas. Un buen técnico sin buenos jugadores tampoco hace mucho. A Colombia vino un técnico portugués, con un currículum impresionante y no pudo hacer mucho. Y eso que Colombia tiene buenos jugadores. Después de mi paso por Ecuador, dije que cuando la federación trabajara bien las divisiones inferiores iban a ser potencia, porque ya tienen una naturaleza de jugadores muy fuertes y potentes. Y si a eso le agregas un buen trabajo, hay un crecimiento, pero no se empieza de un día para otro. Tiene que ser continuo. Y tiene que estar dentro de los presupuestos de cada club. Debe haber un reglamento. Y si no quieren invertir en formación, hay que obligarlos, o sino el fútbol chileno se va a morir de a poco.

¿Es el fin de la Generación Dorada?

No digo que total, pero sí es el fin de algunos. El Chapa (José Pedro Fuenzalida) ya dijo que no iba a estar. Hay otros que ya no están en condiciones de estar. No digo que es el fin, pero a estos jugadores había que agregarles otros para que pudieran sostener el rendimiento. Ahora hay que empezar de cero, y ese cero va a costar mucho. Hay buenos jóvenes, pero con poca competencia internacional. No es que un buen jugador nace de un día para otro. Se va trabajando, puliendo. Tenemos que sacarnos la idea en Chile de que si un jugador juega mal ya no puede estar más. Un partido malo lo tiene cualquiera. El problema es que hay que prepararlos para que ese partido malo quede en el olvido y no le pese toda su vida.

Como pasó con Carlos Palacios…

Ahí hay un tema muy especial. Por eso hablo de una formación integral del jugador. Por eso cuando se va el jugador tiene que estar formado y que no pasen dos o tres años sin jugar. Se pierden. Como no tenemos un trabajo de base importante, estos jugadores salen y, ante el primer inconveniente, flaquean y no se imponen. Eso es completamente formación, no que hayan perdido la calidad.

Como ex técnico de Chile, ¿cree que el camarín era complicado? ¿Era difícil controlarlos?

Los jugadores deben adaptarse al entrenador que tienen. El entrenador toma decisiones y ellos tienen que acatarlas. Ahora, ellos tienen la posibilidad de no venir si no quieren. Si vienen y no acatan, es difícil trabajar. Acá no se trata de quién tiene más dinero o más trayectoria. Los jugadores saben desde chiquitos quién toma la decisión. Ahora, si los jugadores creen que el DT no tiene la capacidad o la personalidad, tienen todo el derecho a no venir. A mí, desde chico, me dijeron que a veces es mejor trabajar con entusiastas que con profesionales, porque el profesional hace su trabajo y se va. El entusiasta es aquel que viene, que quiere aprender y que hace más de lo que le pides. Un ejemplo: Joaquín Montecinos. No tiene el nivel de otros, pero demuestra actitudes que lo hacen importante para el equipo y la gente.

¿A Montecinos lo proyecta para la próxima Eliminatoria?

Es un camino muy largo. Tiene algunos ripios tácticos, pero lo compensa con ese entusiasmo. Hay que ver si el próximo técnico tiene en mente jugar con futbolistas de ese tipo o de otro. Hay muchos jugadores que a primera vista tienen gran potencial, pero luego hay que verlos en la cancha, porque nuestro ritmo de campeonato es diferente. El torneo no es un buen parámetro.

¿A qué otro jugador proyecta?

¿En qué puestos? Porque si me preguntas si hay un nuevo Vidal… No. ¿Un Alexis? No. ¿Un Medel? No. ¿Un Aránguiz? Tampoco. Hay que empezar de cero. Sería irrespetuoso decir alguno, pero Felipe Méndez es un buen jugador. Hay que ver si puede estar a nivel internacional. Está Jeyson Rojas, de Colo Colo. Tiene porte y puede jugar en dos puestos, pero hay que verlos competir. Acá pueden jugar, pero, ¿contra quién?

Claudio Borghi junto a Humberto Suazo en una práctica de la Selección Chilena.
Claudio Borghi junto a Humberto Suazo en una práctica de la Selección Chilena.

¿Qué siente al mirar atrás y ver que dirigió a la Generación Dorada?

Mira, yo no ningún tuve logro con la Selección. Los méritos son de Bielsa, Sampaoli y Pizzi, que ganó una Copa, pero que increíblemente no se le tiene entre los grandes entrenadores. A mí me despierta una sonrisa muy importante que estos jugadores hayan progresado en la vida, no solo en dinero. A veces, culturalmente, no todo lo que me hubiese gustado, pero han logrado cosas. Haber visto nacer a muchos me da una satisfacción tremenda, porque jamás se pensó que podían lograr tanto. A su vez, mal acostumbraron al público a ganar siempre. Es complejo. A veces, de un grupo de jugadores depende la alegría de un pueblo y es una responsabilidad muy grande.

¿Fue difícil llenar el vacío que dejó Marcelo Bielsa?

Sí, porque él contaba con el consenso de todo el mundo y eso es difícil de superar. Yo no tenía el consenso de todos. Quizás era el DT adecuado, pero por algunos logros deportivos, no porque el pueblo creyera en mí. No había otra persona que pudiera asumir con una gran aprobación, pero me tocó a mí. Parecía que como renunció y no lo echaron, merecía seguir. Yo no tengo ninguna culpa de que lo hayan echado o que haya tenido problemas políticos importantes. Yo asumí una tarea deportiva, no política.

¿Marcelo Bielsa cambio la mentalidad de la selección chilena?

Puede ser. No lo viví yo dentro de la selección como para decir “Sí, este nos cambió y nos dio otra cosa”, pero puede ser.

Se decía que su cuerpo técnico trabajaba poco, ¿le molestaba?

¿Cómo sabe la gente si trabajábamos poco o mucho? Es más, tuvimos selecciones trabajando que no me correspondía manejar. Nuestro período tuvo cosas buenas y malas, pero de trabajo, hemos trabajado. Ahora, yo no miento; no veo 150 partidos por día. Escucho a algunos colegas que hablan de tácticas, de estilos, que les gusta Klopp, Guardiola, pero sus equipos no juegan como los de Klopp o Guardiola.

La Generación Dorada tuvo episodios oscuros como el Bautizazo, que Ud. sufrió en carne propia, porque era el seleccionador en ese momento. ¿Tuvo que pagar por la inmadurez y juventud de estos jugadores?

¿A qué le llamamos juventud? Mira, desgraciadamente, en Ucrania hay una guerra. Y uno deja de ser joven cuando tiene grandes responsabilidades. Yo quisiera entender que un chiquito de 12 años quiera jugar a la pelota o al tenis y no estar con un fusil. A veces uno está obligado a crecer un poco más rápido. Y, a los 20 años, los jugadores ya no son niños. Hay personas y jugadores que a esa edad ya son padres. Entonces, si adelantas procesos, tienes que saber las consecuencias. No estoy arrepentido de nada. Me podría haber hecho el huevón, pero no es mi estilo ni mi forma. Yo pago las consecuencias de las decisiones que tomo. Lo importante es estar tranquilo.

Otros técnicos quizás sí se hicieron los tontos…

No soy un tipo especial, pero tampoco soy un tipo común. Tomo decisiones en el momento y de muchas me arrepiento, pero de muchas otras no. Estuve en un período de Selección complejo, donde mucha gente salió media manchada , pero yo, afortunadamente, no tengo manchas. Hay comentarios de que yo trabajaba poco, pero nadie me vio y tampoco vio a Bielsa, Sampaoli o Pizzi. A veces uno es catalogado por su forma de ser, más que por su forma de actuar.

¿Volvió a conversar con los jugadores involucrados, como Carmona, Jara o Valdivia?

Con algunos no charlé nunca más. Con otros, si me los encuentro y está la posibilidad de saludarlos y quieren, no hay ningún problema, pero no hay muchas cosas que hablar. ¿De qué vamos a hablar ¿De si tuve razón o no? ¿De si actué mal o bien? Eso lo sabe cada persona.

¿Juan Antonio Pizzi tuvo mérito propio al ganar la Centenario o solo aprovechó el vuelo de Sampaoli?

Uno no se aprovecha de un equipo, uno le saca rendimiento o no. Pizzi no es culpable de absolutamente nada. Pizzi agarró un equipo, lo contrataron para ser campeón y lo fue. Después, la gente juzgará si lo hizo bien o mal, pero como hay fanatismo, aparentemente, no hizo nada bien; pero ganó dos copas: la Centenario y otra amistosa. Y ambas fuera de Chile.

¿Habrá que esperar 100 años más para tener otra Generación Dorada como la que pasó?

Lo que pasa es que si tienes algunos jugadores de cierto nivel, deberías tener a muchos otros más o menos parecidos. En Colo Colo pensábamos que no había jugadores, en la época de Gualberto Jara, y resulta que había muchísimos. A veces, que los jugadores jueguen es más producto de las obligaciones que de las ganas de los técnicos de hacerlos jugar. Por ejemplo, me gustaría ver a (Lucas) Assadi jugar en Primera. No lo veo. Me parece que es un buen talento. Lo he visto tan poquito. No juega ni en primera ni en inferiores. ¿Qué hace un jugador tres o cuatro años sin competencia, ni siquiera de juveniles? Solo entrenar. Y ningún entrenamiento se asemeja a la competencia. Hay que trabajar mucho para ir al próximo Mundial.

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