La columna de Guarello: El contragolpe

Castrilli, viendo el partido de la Primera B 2021 entre Magallanes contra Santa Cruz.

"En la ANFP se enteraron que Talamilla tenía deudas por más de 300 millones de pesos, que era objeto fácil de presiones en su condición de ser una de los encargados de designar los partidos a cada árbitro y luego calificar su desempeño. Se le dijo a Javier Castrilli"



Estoy sentado en un café cualquiera en esta soleada pero fresca mañana de abril. Debo reunirme con el oficial de cumplimiento de la ANFP en el marco de la investigación del partido sin fin: Huachipato con Copiapó por la definición del ascenso jugado el 23 de enero en el CAP de Talcahuano. No hay mucho para contar, nada nuevo al menos: el 3 de marzo me llegaron unos audios que Francisco Gilabert le envió a un amigo donde explica que fue presionado o, al menos, inducido a cobrar ese penal en favor de Huachipato a los 69 minutos por supuesta falta de Diego García sobre Walter Mazzantti. Los audios, por su gravedad, los trabajé con mi amigo y colega Danilo Díaz para darles contexto e intentar dilucidar la historia en su totalidad. Esto culminó con la investigación publicada por la revista on line Tribuna Andes el 23 de marzo en un artículo titulado “Para Santiago fue penal”.

Ya en ese entonces el oficial de cumplimiento tenía en curso una investigación luego de dos denuncias anónimas, una a la ANFP y otra a la Conmebol, donde se indicaba que el cobro de Gilabert había sido “impulsado” desde Santiago con una llamada al Quality Manager de ese partido Mario Vargas. Éste le señaló a Cristián Droguett, encargado del VAR, lo siguiente: “Para Santiago fue penal”. Droguett y Loreto Toloza, la otra integrante del VAR, de manera cifrada le señalaron a Gilabert que pusiera atención en la “camiseta” a la hora de definir el cobro. En los audios del VAR, Gilabert dice “Ahí toca la pelota, atrás” e inmediatamente desde el VAR, primero Toloza y luego Droguett, le señalan lo de la camiseta. En la conversación con su amigo registrada en los audios, Gilabert expresa que en ese momento pensó cobrar córner, pero que ante la indicación que mirara la camiseta entendió que se trataba del color de la misma y no de un agarrón.

La comentada jugada en que Walter Mazzantti cae luego de la acción del defensor de Copiapó Diego García. FOTO: DANIEL PINO/AGENCIAUNO

Castrilli estaba al tanto de la denuncia antes de la publicación de Tribuna Andes. Prestó declaración al oficial de cumplimiento, pero no mucho más. Es decir, evadió el tema y no hizo, algo que se esperaría de alguien que dirige el referato chileno, una investigación interna. Con el artículo del 23 de marzo se inició una segunda investigación que está en curso y que se vio potenciada con la liberación de los audios en Los Tenores de ADN el día miércoles 6 pasado. El terremoto posterior es conocido, se fue Castrilli y toda la comisión de árbitros, a la vez que fueron reintegrados los catorce jueces despedidos por el argentino. Pablo Milad terminó no sólo reculando de su apoyo irrestricto a Castrilli, sino que debió darle disculpas a los dirigentes y al medio en general por su torpe y atolondrado accionar.

Como la noticia nunca se estanca, la parte afectada de inmediato inició un contragolpe. El presidente de San Felipe, el representante de jugadores y ex funcionario del gobierno de Carlos Menem, Raúl Delgado, pregunta en Twitter si el audio “fue armado” para perjudicar a Castrilli. Delgado ahora defiende no sólo a Castrilli, sino que también a la comisión de árbitros y se manda un chirolazo en la red que aguanta todo: Twitter, la guerra de escupos. Lo mismo La Serena, controlada lateralmente por Fernando Felicevich, votó en contra de la salida de Castrilli. Qué coincidencia.

Pero revolvamos más el gallinero. Cuando Javier Castrilli asumió como presidente de la comisión de árbitros en septiembre pasado, llegó a la reunión con Pablo Milad de la mano de Osvaldo Talamilla. En la ANFP se enteraron que Talamilla tenía deudas por más de 300 millones de pesos, que era objeto fácil de presiones en su condición de ser una de los encargados de designar los partidos a cada árbitro y luego calificar su desempeño. Se le dijo a Javier Castrilli que Talamilla era completamente inapropiado para un cargo tan sensible ¿Qué hizo el señor juez de hierro? Dijo que renunciaba si sacaban a Talamilla. Y como Milad resuelve todo desprolijamente, aceptó el chantaje de Castrilli. Estaba recién llegado, no era oportuno molestarlo.

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