“Volvemos, pero queda abierto el conflicto”: los últimos avances del paro en Atacama que ha acompañado toda la gestión del ministro Cataldo

En Atacama, el paro por mejoras en la infraestructura de establecimientos dependientes de Slep se ha mantenido por dos meses
Foto: Karl Grawe / Agencia Uno.

Los profesores de Atacama acordaron regresar a clases "a pesar del Mineduc". Con esto, y al menos por este año, el principal dolor de cabeza del secretario de Estado les dará un respiro a él y la cartera.


De los 96 días que Nicolás Cataldo (PC) lleva como ministro de Educación, durante los últimos 77 ha tenido que lidiar con un paro de profesores en Atacama derivado de la crisis de los establecimientos del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Atacama y que fue creciendo como bola de nieve: si en los albores del conflicto eran autoridades distintas al secretario de Estado las que encabezaban la búsqueda de una solución, en las últimas semanas el tema ha pasado a estar en la agenda diaria del titular del Mineduc. Si inicialmente se miraba como un problema meramente acotado a un territorio y era abordado como tal, su alcance comunicacional obligó a cambiar la estrategia, la que ha pasado por altos y bajos, desde acuerdos ampliamente difundidos -y celebrados- hasta una negociación en serio riesgo de fracaso cuando el retorno a clases era inminente. Hoy, el humo parece tornarse definitivamente blanco. Al menos por lo que queda de año.

Si el viernes el Colegio de Profesores de Atacama anunciaba en este medio que el paro continuaría y no volvería a clases como se había acordado, argumentando que el Ministerio de Educación no había cumplido con lo pactado, este lunes desde el propio gremio señalan a La Tercera que, velando por dar un cierre de año los escolares sí volverán a las aulas, “a pesar del Mineduc”, según dice Carlos Rodríguez, presidente de la entidad docente regional. “Es el tiempo el que condena a tomar esta decisión, pero la movilización y la lucha siguen. Volvemos, pero queda abierto el conflicto”, ahonda.

¿Qué significa esto? El dirigente gremial asegura que fue durante la mañana de este lunes -y no antes- que el paro comenzó a levantarse en las distintas asambleas comunales que se fueron sosteniendo. Ahí se puso en la mesa, por ejemplo, que tras las varias conversaciones que los profesores mantuvieron con el Mineduc durante el fin de semana se logró precisar en un documento las condiciones en que cada escuela volverá a clases, para lo cual se reunieron con el nuevo director subrogante del SLEP atacameño, Cristián González. Así también, añaden, en aquellos establecimientos donde habían detectado que no había avances las obras empezaron entre sábado y domingo. “En Copiapó definimos volver hoy durante la mañana, en Tierra Amarilla será este martes, en Caldera ya ha ocurrido en algunos colegios. En general hemos aprobado levantar el paro, pero, por ejemplo, en Chañaral hay algunas obras que deben iniciar aún. Lo que hay que dejar en claro es que volvemos, pero que las condiciones habilitantes no están todavía”.

En los pasillos de la cartera, en todo caso, señalan que ese plan específico de retorno no había sido parte del acuerdo y que la idea de los docentes contemplaba un proceso de retorno incompleto y con medidas estándares que el Mineduc no podía validar, que lo pactado era volver asumiendo que las obras continuarían en paralelo y caso a caso ir viendo la flexibilidad horaria y de modalidades que se ajustaran a cada escuela.

La decisión del magisterio atacameño implica que, según la realidad de cada establecimiento, entre hoy y mañana estarán retornando los profesores y que desde este mismo martes se podrá ver a estudiantes en algunas escuelas o liceos. Eso es lo que han ido comunicando los propios centros educacionales a sus comunidades.

“El Mineduc, en tres meses, fue incapaz de hacer algo, pero no podemos castigar más a los estudiantes. Los descuentos de dineros que se habían anunciado para los profesores ya los habíamos asumido y el retorno es a pesar del Mineduc. Si tenemos una crisis en Atacama es porque ni el ministerio ni el gobierno nos escucharon”, señala Rodríguez.

Sin embargo, en la cartera se cree a firme que, reconociendo las dificultades, como ministerio sí han cumplido y que situaciones como el no pago a una empresa en Caldera que acusaban los profesores no eran del todo ciertas. “Hubo un acuerdo, estamos avanzando y no nos saldremos de ese marco. Independiente de lo que ellos decidan tenemos que seguir con las obras, planificar el cierre pedagógico del año, preparar marzo y los planes de apoyo”, reseñan cercanos a las conversaciones.

En tanto, la subsecretaria Arratia asegura que “el acuerdo se está cumpliendo y las comunidades educativas están retornando desde hoy a los establecimientos. Nos parece que es una buena señal en favor del resguardo del derecho a la educación de niños, niñas y jóvenes del SLEP Atacama”. Y añade: “Este es un gran paso, sin duda, y desde el Mineduc seguiremos trabajando en los compromisos acordados con las comunidades educativas para avanzar y terminar las obras de mejoramiento de infraestructura”.

Un problema menos... por ahora

El comienzo -ahora sí- del fin de este conflicto supone un alivio para la cartera comandada por Cataldo. O, al menos, un respiro por un tiempo. Los profesores, dicen desde el gremio, pactaron cerrar de la mejor forma posible este año escolar.

En todo caso, y a pesar de las críticas del magisterio, desde la cartera no dejan de sentir la noticia del retorno como un triunfo que ya durante el fin de semana se encargaban de presionar, con anuncios de monitoreo de mejoras de infraestructura y limpieza en establecimientos educacionales por parte del SLEP, con apoyo del Mineduc. “Como ministerio estamos avanzando en nuestros compromisos, esperamos que los docentes también cumplan su palabra”, comentaba la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, una de las autoridades que han protagonizado la resolución de este conflicto y que la tendrá esta semana nuevamente por Atacama.

Ella misma, por ejemplo, estuvo junto al ministro Cataldo, representantes de los profesores y algunos parlamentarios de la zona intentando buscar el viernes, a través de una reunión telemática, una salida al problema al poco rato que los profesores anunciaran que no volverían este lunes.

Y es que el conflicto ha sido eso: permanentes acciones no planificadas -entre reuniones o las propias visitas a la zona- que han provocado un indefectible desgaste al interior de la cartera. Casi a diario desde que asumió, el conflicto de vez en cuando toca la puerta de la oficina del ministro Cataldo. Y eso se nota.

Para nadie dentro de la cartera, y sobre todo del equipo más cercano a su máxima autoridad, es un misterio que haber llegado con paros en desarrollo -Junji y profesores a nivel nacional y ad portas del de Atacama- es un desgaste extra para todos: equipos, el propio ministro y la gestión política. Eso, han analizado, quita tiempo y obstaculiza ir avanzando en los temas de fondo. Pero, además, que como comunicacionalmente se instaló esta movilización en el norte del país, esto los ha puesto estratégicamente en desventaja. “Llegamos con una agenda que no es distinta a la que se ha instalado, pero Atacama apuró el debate y no por iniciativa de un cuadro sobre la educación pública que ya veíamos”, reseñan.

Además, en el entorno del Mineduc ven cómo hasta antes de la llegada de Cataldo se avanzó “poco” en situaciones que hace rato se venían advirtiendo sobre la nueva educación pública. Insisten, de hecho, que se perdió tiempo valioso desde Piñera II en adelante porque lo único que se hizo fue suspender y aplanar el calendario de instalación de los SLEP.

Todo esto, entre otras cosas, resultó en un paro que prácticamente desde que asumió ha acompañado al ministro. Tiempo, indesmentiblemente, ha tenido que dedicarle. El conflicto, entre otras cosas, lo ha llevado a viajar a la región en un par de oportunidades, a abrir flancos políticos inesperados a causa de esto, a convocar de emergencia al Consejo de Evaluación del Sistema de Educación Pública, o a destinar largas horas de reuniones para buscarle una salida que hoy, tras 77 días, se empieza a encontrar.

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