El 31 de mayo de este año, justo cuando la selección chilena de fútbol se preparaba para enfrentar a Argentina y Bolivia por las clasificatorias al Mundial de Qatar 2022, Arturo Vidal, uno de los referentes de la Roja, quedaba descartado de ambos partidos.

Y aunque en un principio se quiso descartar el Covid-19, finalmente al cuerpo médico del Equipo de Todos no le quedó otra que darlo a conocer públicamente, lo que desató una ola de críticas hacia el jugador por sus andanzas desde que pisó suelo chileno con permisos especiales -para todos los seleccionados- y que terminó con el mediocampista siendo contagiado por un amigo.

Lo anterior derivó en un sumario sanitario por parte de la seremi de Salud de la Región Metropolitana. Sumario que, por cierto, terminó en una multa cursada en octubre, que hasta hoy permanece impaga, y por la cual Vidal acusó una suerte de persecución.

Así queda de manifiesto en la resolución del sumario al que tuvo acceso La Tercera, donde se detallan los hechos que terminaron con el futbolista sancionado.

“El día 2 de junio de 2021, a las 11:00 horas, funcionarios de esta Secretaría Regional Ministerial de Salud se constituyeron en Clínica Meds (Lo Barnechea), a fin de fiscalizar a don Arturo Erasmo Vidal Prado, con el objeto de verificar el cumplimiento de la normativa sanitaria vigente por Covid-19 y Medidas Sanitarias”, dice el escrito.

A continuación, el texto detalla lo consignado en el Acta de Fiscalización: que se concurrió a notificar una infracción a la normativa vigente, toda vez que Vidal “habría incumplido” la resolución exenta que lo autorizaba a ingresar al país sin apego irrestricto a la cuarentena, “establecida bajo los fines expuestos ante esta Autoridad Sanitaria”, que eran “integrarse a los entrenamientos de la Selección para los partidos clasificatorios al Mundial de Qatar 2022″.

Lo anterior, dice el escrito, de acuerdo a lo publicado en medios de comunicación masiva, donde se informaba que el futbolista habría salido a realizar actividades distintas a las indicadas, tales como cenar en compañía de cuatro amigos, grabar un spot publicitario, concurrir a un hipódromo y visitar un club deportivo.

En el sumario, de hecho, se adjunta un artículo noticioso de este medio, además de la resolución donde se autoriza el ingreso a Chile de Vidal y otros tres futbolistas, “sin necesidad de dar cumplimiento a la medida de cuarentena establecida, previniéndose que la autorización era solo para la normativa dictada”. También se adjuntan los correos electrónicos sobre el envío de tomas de muestras PCR.

Una semana después (9 de junio), acorde a la resolución, Vidal presentó sus descargos a través del abogado Carlos Aliaga, los que apuntan a una especie de “persecución” contra el futbolista en su calidad de figura pública.

“Esta autoridad administrativa confiesa espontáneamente en acta de fiscalización que no tomó conocimiento personal de los hechos materia de la denuncia. Indica que el inicio del procedimiento, por tanto, obedeció a hechos que no le constan a la seremi Metropolitana, sino de los cuales habrían tomado conocimiento por la prensa”, dice primeramente la defensa.

En ese sentido, los descargos subrayan que la labor de la seremi Metropolitana no puede estar encaminada a generar una “sanción ejemplificadora”, sino a determinar específicamente si éste ejecutó una conducta prohibida. Y que solo una vez constatada dicha contravención, se debe determinar una sanción proporcional a la gravedad de la supuesta falta.

En ese contexto, el planteamiento del volante recalca que el sumario se inició debido a versiones de prensa y que el acta de fiscalización “no cumple el estándar más básico del debido proceso legal”, al tiempo que menciona “la difícil legibilidad del acta y los notorios errores ortográficos, de redacción y de sintaxis”, además de no indicar las normas legales infringidas.

En sus descargos, Vidal además acusa que todo el movimiento del aparato estatal ha sido por un “cahuín noticioso” de una persona pública y que el acta no indica la fecha, ni la hora, ni el lugar donde habrían ocurrido los supuestos incumplimientos.

El jugador formado en Colo Colo, además, defiende sus pasos en Chile fuera de Juan Pinto Durán. Dice, de hecho, que solo realizó actividades “estrictamente relacionadas al desarrollo de su actividad profesional, como por ejemplo, haber grabado spots publicitarios en comunas que se encontraban en Fase 2 (Ñuñoa)”. Además, argumenta con su calidad de empresario, detallando sus actividades hípicas.

Vidal, quien niega categóricamente los hechos, intentó también a través de su defensa explicar que nunca contravino los decretos y que el contagio obedeció a “un hecho fortuito, imprevisible y ajeno a su voluntad”, señalando que él dio cabal cumplimiento a todos los protocolos sanitarios vigentes.

Más adelante, el futbolista reprocha que no es efectivo que se le eximió de la obligación de cumplir cuarentena únicamente para integrarse a los entrenamientos de la Roja, sino que fue totalmente relevado del cumplimiento del aislamiento. Así, enfatiza que tanto en su desempeño como futbolista profesional, inversionista y empresario, se comportó “como un buen padre de familia” y que en la prevención del Covid-19 se hizo, a diario, un test de antígenos o PCR y que nunca sobrepasó aforos, ni dejó de utilizar mascarilla en los lugares en que tuvo contacto con otras personas y que se lavó frecuentemente las manos y utilizó alcohol gel cuando no disponía de agua y jabón.

Al cierre, la defensa señala que la acusación “parece más el reproche de un hincha resentido porque su ídolo no podrá jugar en la fecha clasificatoria más que la manifestación del actuar de la administración del Estado”.

Tras la revisión de los descargos, la resolución de la seremi de Salud Metropolitana detalla que “no logran desvirtuar el precitado cargo formulado, ni constituyen una causal eximente o minorante de responsabilidad, así como tampoco se evidencia una situación de caso fortuito o fuerza mayor que la relevara del cumplimiento de la normativa sanitaria vigente”, además de señalar que la transgresión constituye “una grave infracción a las medidas sanitarias”, puesto que desencadenó una “amenaza efectiva a la salud pública”.

Por todo lo anterior, al ex volante del Barcelona se le aplicó una multa de 100 UTM, es decir, casi 5,5 millones de pesos, y se le dejó apercibido en caso de reincidencia.

Consultada la seremi de Salud Metropolitana por el pago de la multa, esta informó que no ha sido cursado, mientras que en el entorno del jugador señalan que ya fueron notificados de la resolución y que analizan los pasos a seguir.

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