En el marco del 25º aniversario de sus mediciones en Chile, el nuevo informe anual publicado por la Corporación Latinobarómetro realiza por primera vez una edición sobre el país recopilando los datos de un cuarto de siglo, la que revela los dramáticos cambios experimentados por la sociedad chilena entre 1995 y 2020.

El “annus horribilis” para América Latina en 2018, donde todos los índices -económicos, sociales y políticos- retrocedieron de la mano con la mayor caída del nivel de confianza en la política y en las instituciones, se reflejó en el “estallido social” que vivió Chile en 2019, descrito por el estudio como “la peor crisis social de su historia”, contexto en el cual cinco meses después comenzó la pandemia del Covid-19.

Chilenos caminan con mascarillas en Santiago, durante la Fase 2.

De acuerdo al informe publicado hoy, “los datos son elocuentes (...) Desde el cambio valórico y el desplome de las religiones, hasta la profunda percepción de injusticia”. “Los chilenos creen que las empresas tienen más poder que el gobierno y que los gobiernos gobiernan para los intereses de unos pocos. Se desploman en la última década también la imagen de la autoridad y del gobierno junto con la evaluación de los gobiernos”, detalla el estudio.

En base a 1.200 entrevistas realizadas en todo el territorio nacional, entre el 28 de octubre y el 26 de noviembre pasado, las respuestas de los encuestados evidenciaron una caída en ciertos aspectos relacionados a la realidad del país.

Dos mujeres con coches caminan por calles de tierra, en Chile.

Aún con las diversas crisis que enfrenta la población chilena en el área social, sanitaria, económica y política, la satisfacción con la vida no ha sufrido una mayor variación y se mantiene relativamente estable con un 64%. El punto más bajo entre 1995-2020 fue en el año 2000, cuando llegó a un 34% -resultado de la crisis económica asiática-, pero que desde 2001 solo ha ido en aumento con leves alzas y descensos que no han caído más allá del 62%.

Satisfacción con la calidad de vida Chile. Fuente: Latinobarómetro

La imagen “del progreso país” ha tenido abruptos altos y bajos desde 2009, pero en 2020 marcó su mínimo histórico con un 13%, lo que significa 20 puntos menos que en 2018 y una caída de 53 puntos en relación con el máximo alcanzado en 2009, con un 66%. Así, el año pasado finalizó con una percepción de una “casi total ausencia del progreso en el país”.

Imagen de progreso en el país. Fuente: Latinobarómetro

En relación a la agenda país, los chilenos apuntaron que el problema más importante es el desempleo, la pobreza y los problemas económicos con un 31%. Muy por detrás, en segundo lugar, aparece la pandemia del Covid-19, con un 19%. En tercer puesto, con un 13%, se ubica la delincuencia y la seguridad pública. Con un 6% la situación política y los problemas de la política; con un 5% los problemas de la educación, al igual que con un 5% la corrupción. Un 3% opina que la mayor problemática es la falta de preocupación para la tercera edad. En tanto, un 16% sugirió que son “otros los problemas” y un 2% no respondió.

Problemas más importantes del país. Fuente: Latinobarómetro

De estos datos, el Latinobarómetro apunta a que es fácil de explicar que las dificultades económicas superen la preocupación por el coronavirus, ya que más que los problemas de salud las personas han debido “romper las reglas sanitarias para privilegiar sobrevivir el día” con sus trabajos.

El informe también hace hincapié en el aumento de la preocupación por la delincuencia, que más que estar relacionado con la evolución de la cantidad de víctimas, se debe a la evolución económica del país y la generación de trabajo. “A mayores niveles de desempleo, disminuye considerablemente la percepción de la delincuencia como problema principal: de 40% en 2018 a 14% en 2020, mientras el desempleo aumenta de 10% a 13% en el mismo período”, señala el documento.

Comparación percepción delincuencia y desempleo en Chile 1995-2020. Fuente: Latinobarómetro

Sobre las desigualdades en Chile, hay una “inelasticidad de las expectativas de la población respecto del futuro, donde no existe nada de tolerancia con la desigualdad”. Además, el informe apunta a un crecimiento de las personas que se sienten discriminadas. En 2009, un 82% no se consideraba parte de un grupo discriminado, mientras que en 2020 fue de un 62%, una caída de 11 puntos. Mientras que, en 2009, un 14% se sentía discriminado y en 2020, alcanzó un 34%.

Discriminación en Chile. Fuente: Latinobarómetro.

Sobre quiénes son las personas o grupos discriminados el estudio detalla: un 21% las personas pobres; un 15% indígenas; un 13% los viejos; un 11% los inmigrantes; un 8% los homosexuales; un 6% otros; un 4% los negros o afrodescendientes; un 4% las mujeres; un 4% los jóvenes; un 4% los discapacitados; un 2% los analfabetos o sin educación.

Dos adultas mayores caminan al interior de un hogar de ancianos, en Chile.

Niveles de democracia

A diferencia de otros países donde la pandemia golpeó a la democracia, en Chile ocurrió al contrario. A medida que se desencadenaron las distintas crisis sociales aumentó el respaldo a una democracia. El Latinobarómetro sostiene que aunque los chilenos “reconocen el mal funcionamiento de la actual, quieren una mejor y más democracia de su sistema político y que saben muy bien el estado decrépito en que se encuentran muchas instituciones, sin embargo eso no los desalienta que el proceso de cambio que estamos viviendo pueda resultar en un mejoramiento sustantivo.”

Una multitudinaria marcha en Plaza Italia, Santiago.

Así, tras el estallido social, el pacto político para crear una nueva Constitución, el plebiscito de octubre pasado y el proceso constituyente en curso, el apoyo a la democracia en Chile en 2020 llegó a uno de los niveles más altos en los últimos 20 años, con un 61%.

Apoyo a la democracia en Chile 1995-2020. Fuente: Latinobarómetro

A su vez, el informe revela una tendencia que parecía “alarmante” desde 2013, cuando se comenzó a registrar un aumento en el respaldo de un régimen autoritario de un 10% a un 23%, pero el índice cayó a un 12% en 2020.

Confianza en instituciones

En los últimos 25 años, según el Latinobarómetro, la mayoría de las instituciones y cargos han sufrido una constante caída en la aprobación de los chilenos. Por ejemplo, el declive de respaldo en la Iglesia Católica chilena fue el más alto en América Latina, que pasó de un 77% en 1996 a un 31%, en 2020. Sin embargo, no es el único.

Las acusaciones de abusos que han marcado una crisis a la iglesia Católica chilena.

Durante los primeros 20 años desde la transición de la dictadura a un gobierno democrático, la confianza en el Presidente se mantuvo alrededor del 60%. Entre 2005 y 2006, con la elección de la primera mujer mandataria, Michelle Bachelet, el índice aumentó a su máximo histórico con un 67% y un 65%, respectivamente, pero desde ahí comenzó una caída constante, hasta llegar al punto más bajo en 2020, con un 16%, bajo el mandato de Sebastián Piñera.

Sobre las Fuerzas Armadas y la policía chilena, no habían tenido mayores variables y sus índices estaban sobre el 50%, pero entre 2018 y 2020 sufren una “abrupta caída”, relacionado a los escándalos de corrupción, pero además por la “brutal represión y violación de los DD.HH. en el estallido social”. De esta manera, en 2020, las FF.AA. y policía alcanzaron un 32% de confianza, el mínimo histórico.

Carabineros en las afueras de una comisaría, en Providencia.

Entre las conclusiones que destaca el informe destaca que en un cuarto de siglo hay un “malestar creciente sobre la política y la sociedad”. Sin la aparición de fenómenos nuevos, la medición en un año en pandemia reflejó la “profundización de las críticas al sistema político”, que por el contrario, refuerza la fe en la democracia.

“El 80% de la población que apoyó la redacción de una nueva Constitución en el plebiscito del 25 de Octubre de 2020, que reemplace la Constitución de Pinochet, es el consenso formado por décadas de malestar, evidenciado en estos datos”.

Informe Chile Latinobarómetro

Así, aun con el éxito económico certificado de Chile en los organismos internacionales, el “país no logra desmantelar las desigualdades llegando a un estallido social en 2019. Un caso que evidencia que el crecimiento económico por sí solo no es suficiente para lograr el desarrollo, ya que la ecuación no incluyó a la ciudadanía”, consigna el Latinobarómetro.