La directora del Departamento de Salud de la Municipalidad de Recoleta, María Eugenia Chadwick Sendra (64), es una activa promotora de las acciones que ha emprendido la corporación municipal contra el Covid-19.

Todo comenzó en marzo del año pasado, cuando la Asociación Chilena de Municipalidades con Farmacias Populares (Achifarp) realizó las primeras gestiones tendientes a importar desde Cuba el medicamento Interferón para combatir la pandemia del coronavirus. Pero todos los esfuerzos quedaron frustrados, luego de que el Ministerio de Salud rechazara su uso en nuestro país.

Ahora, es el antiviral ruso Avifavir -nombre de fantasía para una versión genérica del favipiravir (T-705)- lo que ha puesto en la palestra las discrepancias entre el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, y el ministro de Salud, Enrique Paris, quien ha cuestionado públicamente al jefe comunal. Se trata de diferencias que podrían agudizarse, luego que el edil anunciara, además, las gestiones que se realizan para importar la vacuna contra el Covid-19 que se fabrica en Cuba.

Tras las decisiones de Jadue se encuentra una de sus más estrechas colaboradoras: María Eugenia Chadwick, médica cirujana de la Universidad de Chile y jefa del Departamento de Salud del municipio. La doctora ha desarrollado toda su carrera profesional en la salud pública, desempeñándose tanto en el aparato central del Estado, como en la atención primaria, en cargos de gestión.

Según quienes la conocen, la salubrista es el “cerebro” detrás de estas medidas sanitarias, así como una de las figuras claves en la creación del modelo de farmacias populares que nació en Recoleta y luego se replicó a lo largo de todo el país.

De hecho, Chadwick una de las firmantes -en su calidad de jefa de salud municipal, junto con el alcalde Jadue- del convenio de colaboración que estableció el municipio con la Achifarp para la compra y posterior uso del medicamento ruso, bajo el único rótulo autorizado por el Instituto de Salud Pública (ISP): uso experimental, punto que ha sido remarcado por el director del ISP, Heriberto García. Eso, puesto que el edil ha mencionado que no es un “experimento” sino que un recurso acotado: “Sí es un uso experimental, porque en el mundo (el medicamento) no tiene registro sanitario para el Covid-19″, precisa García.

El Avifavir es un medicamento gratuito importado por la Achifarp -no se vende en las farmacias- y solo pueden acceder a él los recoletanos en el SAR de la comuna, ubicado en Avenida Zapadores. Su uso permite disminuir los efectos del Covid-19 durante los primeros cuatro a cinco días de confirmado el diagnóstico positivo.

El uso de este fármaco está a cargo del director médico de este recinto y responsable de la autorización emitida por el Instituto de Salud Pública, el doctor Eduardo Sendra, quien deberá, además, realizar el seguimiento de los pacientes que reciban el medicamento y reportar al ISP las reacciones adversas que puedan presentarse.

En este contexto, el nombre de Chadwick surgió luego de que el fin de semana pasado el ministro de Salud, en entrevista con Mesa Central de Canal 13, sugiriera un posible conflicto de interés al interior del municipio en el proceso de autorización y uso del Avifavir, por un grado de parentesco entre el encargado de los estudios del medicamento y la jefa de salud del municipio.

“Quiero recalcar que cuando hay un medicamento que está autorizado para ser usado en forma experimental, los resultados tienen que publicarse y en la publicación se debe citar la fuente de financiamiento y por eso es que la Contraloría está preocupada. Además, se deben informar las afiliaciones institucionales y cualquier otro posible conflicto de interés. Nosotros sabemos que la persona que está a cargo del estudio tiene por lo menos una relación de parentesco con la jefa o la directora de salud del mismo municipio”, sostuvo el ministro Paris. “Eso hay que aclararlo cuando vayan a hacer la publicación, porque sería importante que la gente sepa eso”, instó el titular de Salud.

En efecto, Eduardo Sendra Arratia (PC), Director Médico del SAR de Recoleta y quien figura como el encargado del medicamento ruso, es primo de la doctora María Eugenia Chadwick Sendra (PC). Los padres de esta última son Gonzalo Chadwick Letamendia y Clara Sendra Maulén. Mientras, en el caso del primero son Mario Sendra Maulén y María del Rosario Arratia Pinto. Chadwick es una estrecha colaboradora del alcalde de Recoleta Daniel Jadue (PC) y representante del municipio ante la Achifarp. Mientras, Sendra es médico pediatra formado en Cuba y en la extinta Unión Soviética.

Consultado sobre la relación de parentesco entre Chadwick y Sendra, el concejal (UDI) Mauricio Smok dijo desconocer los antecedentes y anticipó que acudirá a la Contraloría General de La República a denunciar la eventual vulneración de la Ley Orgánica de Municipalidades Nº 18.695.

“Eso es ilegal, porque los directores no pueden contratar familiares. No tenía idea que era pariente de ella. Me pondré en campaña para averiguar y haré la denuncia en la Contraloría General de La República”, sostuvo Smok.

Añadió que “el día de la votación -para la compra de Avifavir- no llegaron los papeles (documentos para respaldar la adquisición), por lo mismo es que yo me abstuve en la compra de dicho medicamento. El resto de mis pares votan igual. Una sola mirada y cuadrados todos. Votan cualquier cosa. Todo lo que me ha parecido mal, lo he denunciado”, añadió el edil.

Frente al eventual conflicto de interés ventilado por Paris, el alcalde Jadue y la directora de Salud, declinaron contestar a los requerimientos planteados por este medio. El secretario de Estado, por su parte, tampoco profundizó en sus declaraciones.

Carrera en la salud pública

María Eugenia Chadwick ingresó a prestar servicios al municipio de Recoleta en mayo de 2013. Anteriormente se desempeñó como Subdirectora Médica del Servicio de Salud Metropolitano Central entre agosto de 2003 y septiembre de 2010. Ahí estuvo a cargo de la conducción de equipos técnicos sanitarios y el desarrollo de procesos de articulación de la Red Asistencial.

Según las fuentes consultadas, la funcionaria desde el cargo de directora de Salud de Recoleta ha cobrado un rol preponderante frente a sus pares en la Asociación Chilena de Municipalidades con Farmacias Populares (ACHIFARP). Es una más de las voces de los 94 municipios, pero representa los intereses de la comuna, cuyo alcalde es al mismo tiempo el presidente del directorio la agrupación.

Daniel Moraga (PC), ex secretario ejecutivo de la ACHIFARP -hoy candidato a alcalde Peñalolén- explicó que “a ella (a directora de Salud de Recoleta) le interesó la propuesta” y se abrió a evaluar el medicamento Avifavir”.

Mientras, Camilo Bass, Profesor Adjunto de la Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile explicó que “me parece interesante algo que hicieron en Recoleta cuando llegó Jadue a la alcaldía y cuando ella asumió como directora de Salud, que fue reclutar más médicos y enfermeras. Hicieron unos mini equipos, era algo novedoso porque comúnmente se forman equipos grandes, considerando el déficit de médicos”.

El ex director del Hospital San José, José Luis Contreras, afirma que Chadwick ha estado en altos cargos de responsabilidad con factores políticos de por medio. Y detalla que, en 2003, como subdirectora Médica del Servicio de Salud Metropolitano Central debió llevar adelante el sumario por pacientes fallecidos en una de las camas del recinto. A los pacientes les daban aire en vez de oxigeno y murieron 43 personas en la cama 8, porque estaban las cañerías cambiadas.

“Es una persona muy competente, pero se vio doblegada por la presión política. Ella concluyó en su sumario que no había ninguna responsabilidad médica, cuando médicos estaban atendiendo pacientes que estaban especialmente graves. Yo venía llegando y 10 días después, me estalló esto en la cara”, acotó Contreras.

Acuerdo de Helsinki

En el programa Mesa Central de Canal 13, el alcalde respondió a los cuestionamientos a la importación de Avifavir. El jefe comunal leyó un artículo del Acuerdo de Helsinki: “El médico, después de pedir consejo de experto con el consentimiento informado del paciente o de su representante legal autorizado, puede permitir sus intervenciones no comprobadas en última fase, si a su juicio ello da alguna esperanza de salvar la vida, restituir la salud o aliviar el sufrimiento”.

“Tales intervenciones deben ser investigadas posteriormente a fin de evaluar su seguridad y eficacia en todos los casos. Esa información nueva debe ser registrada y cuando sea oportuno, puesta a disposición del público”, acotó.

Agregó quedentro de la ciencia también hay distintas corrientes, algunas más progresistas, muchas más conservadores, que pretenden esperar a que haya un medicamento y vacuna de tercera fase, ya con absoluta certeza científica, y otros que prefieren tratar de salvar vidas corriendo riesgos controlados que la ética médica”, acotó.

El mismo documento también aboga por mayor transparencia en el artículo Nº 13 de Principios Básico para Toda Investigación Científica. “El proyecto y el método de todo procedimiento experimental en seres humanos debe formularse claramente en un protocolo experimental. Este debe enviarse, para consideración, comentario, consejo, y cuando sea oportuno, aprobación, a un comité de evaluación ética especialmente designado, que debe ser independiente del investigador, del patrocinador o de cualquier otro tipo de influencia indebida. Se sobreentiende que ese comité independiente debe actuar en conformidad con las leyes y reglamentos vigentes en el país donde se realiza la investigación experimental”, señaló el escrito.

“El comité tiene el derecho de controlar los ensayos en curso. El investigador tiene la obligación de proporcionar información del control al comité, en especial sobre todo incidente adverso grave. El investigador también debe presentar al comité, para que la revise, la información sobre financiamiento, patrocinadores, afiliaciones institucionales, otros posibles conflictos de interés e incentivos para las personas del estudio”, consignó el acuerdo.