Olesya Vorotnyuk, la artista ucraniana que baila ballet de noche y lucha contra los rusos de día

Olesya Vorotnyuk, bailarina de ballet de la Ópera Nacional de Ucrania en Kiev.

La integrante de la Ópera Nacional de Ucrania en Kiev, quien tomó las armas para defender a su país como voluntaria, volvió a presentarse en público el viernes pasado, en su primera actuación desde el inicio de la invasión rusa. “Es muy duro físicamente, porque durante los últimos tres meses no entrené, y mentalmente también, porque la guerra todavía continúa”, admite.


Con el recuerdo vivo de lo sucedido en el Teatro Dramático Regional de Donetsk en Mariupol, donde al menos una decena de personas perdió la vida tras un ataque ruso a mediados de marzo y que Amnistía Internacional ha calificado de “claro crimen de guerra”, la Ópera Nacional de Ucrania en Kiev decidió reabrir sus puertas a fines de mayo.

Pero lo hace con las restricciones que obliga un conflicto aún en desarrollo, como lo explicó al periódico Komsomolskaya Pravda en Ucrania el director de escena de la Ópera Nacional de ese país, Anatoly Solovyanenko. “Vendemos 300 entradas de 1.304 asientos. Esto se debe a que el Servicio de Emergencias del Estado inspeccionó las instalaciones e identificó nuestro guardarropa como un refugio antiaéreo adecuado. La habitación tiene capacidad para un número tal de personas”, comentó.

Hasta ahora no han tenido que usar el guardarropa para esa función. Pero Solovyanenko dice que tienen claro qué hacer si los rusos atacan el teatro. “Gracias a Dios que hasta el momento no ha habido alertas de ataques aéreos durante las actuaciones. Pero sabemos que a menudo suenan en Kiev. Si esto sucede, se suspenderá la función, se dirigirá al público al refugio y, una vez finalizada la alarma, la función continuará”, detalla.

Pese a contar con solo 300 entradas autorizadas para la venta, la Ópera Nacional se las ha arreglado para sobrevivir económicamente pese a la guerra. “Agradecemos al Estado, que en un momento tan difícil no nos deja sin atención. Durante el período en que el teatro no pudo funcionar, todos nuestros empleados recibieron dos tercios de su salario oficial. Este es un apoyo muy importante”, destaca Solovyanenko.

Además, el director de escena de la Ópera Nacional valora el rol que han jugado algunos de los miembros del elenco en medio de la guerra: “Sí, hay artistas que salieron en defensa (del país): nuestros bailarines de ballet Alexei Potemkin y Olesya Vorotnyuk. Hay artistas de la orquesta que sirven en las Fuerzas Armadas de Ucrania. Estamos muy orgullosos de ellos”.

La actuación del viernes pasado, en el estreno de un medley llamado “Bailamos Strauss”, fue la primera que muchos de los bailarines de ballet de la Ópera Nacional habían hecho desde la invasión rusa de Ucrania hace cuatro meses, por lo que pocos tuvieron la oportunidad de ponerse a tiempo en la barra, incluida Vorotnyuk.

Y es que en los últimos meses la bailarina se ha acostumbrado más a usar botas militares que zapatillas de ballet, ya que se ofreció como voluntaria en su unidad de defensa territorial local. Y como le dijo al periódico británico The Daily Telegraph antes de subir al escenario, bailar en tiempos de guerra requería un nuevo nivel de gracia bajo presión.

“Esta es mi primera actuación desde la guerra. Es muy duro físicamente, porque durante los últimos tres meses no entrené, y mentalmente también porque la guerra todavía continúa”, dijo. “Pero todo esto es parte de nuestro trabajo para ayudar a la gente de Ucrania a sentirse mejor”.

Pero Vorotnyuk no fue la única bailarina que encontró la actuación del viernes como un desafío. La bailarina principal, Raisa Betancourt, sufrió una lesión en la pierna en una actuación hace dos semanas, nuevamente, atribuida a la falta de oportunidades de entrenamiento en los meses previos.

Después de terminar de bailar el vals del Danubio Azul de Strauss, los artistas se reunieron para una llamada a escena con el veterano director Victor Litvinov, de 74 años, quien estuvo a cargo de la función del viernes. ¿Su veredicto en su primera noche? “Nunca es posible que todo fuera perfecto”, dijo el exigente exbailarín entre risas. “Pero en general estoy muy feliz”, agregó. A juzgar por los entusiastas aplausos, la audiencia no notó la falta de práctica de los bailarines, destacó el diario británico.

La actuación del viernes en el teatro de ópera de 150 años de antigüedad fue otra señal de cómo la vida en la capital ucraniana está volviendo gradualmente a la normalidad, a pesar de que las fuerzas rusas continúan disparando ocasionalmente contra Kiev. Las tiendas han reabierto, los parques están llenos de bañistas y los bares y restaurantes están ocupados, hasta el toque de queda a las 23.00.

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