Columna de Sergio Cancino: Música de las esperas

coldplay


Por Sergio Cancino, periodista especializado en música

Hubo un tiempo que fue hermoso y Coldplay fue libre de verdad: su trilogía inicial de discos, desde el introspectivo Parachutes (2000) hasta la experimentación dosificada de X&Y (2005). Después, entre presiones industriales y comparaciones con U2, la banda empezó a usar distintos sombreros a conveniencia: convocar al productor Brian Eno para granjearse el respeto de cierta bancada de la crítica; colaborar con Beyoncé, Rihanna o BTS, en el featuring oportuno para expandir mercados; incluso volver sobre sus pasos con un álbum crepuscular como Everyday Life (2019).

Si el debut en Chile fue una serie de shows desordenados en Espacio Riesco, su segunda venida fue la catarsis coreografiada en un Estadio Nacional lleno. Para 2022, el poptimismo en technicolor de la banda nos caerá en doble dosis, cual plan de vacunación contra los pesares de este mundo pandémico.

Es fácil despreciar a Coldplay. En sus peores momentos, abundantes en su última entrega Music of the Spheres, es un cuarteto enervante en su blandura y reciclaje de ideas que otros desarrollaron mejor. Sin embargo, el grupo posee un sistema melódico guiado por láser que, cuando está operativo, garantiza monumentos como “Yellow”, “The Scientist”, “Fix You”, “Viva la vida”, “Paradise” o “Hymn for the Weekend”. El Chris Martin que citó a Kraftwerk en “Talk” no es el mismo que grabó un meloso dueto con Selena Gomez.

Tampoco nosotros permanecimos anclados al tiempo. Algunos irán al Nacional a reencontrarse con los recuerdos de los primeros clásicos y la melancolía por lo que perdieron en el camino. Otros llegarán encandilados por la gigantesca pista de baile montada en las giras recientes. Todos abrazarán la gozosa experiencia colectiva al aire libre tras la sombra del confinamiento. En cuenta regresiva, Coldplay ofrece una banda sonora amable hacia aquel lugar (común) llamado futuro. “Coloratura”, la canción final del disco que vendrán a presentar, más allá de sus ecos a Pink Floyd remite a una simple idea central del repertorio de los ingleses: “In this crazy world, it´s true / I just want you”. Y mientras esperamos, escuchamos.

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