Porsche Taycan: Una nueva corriente en la filosofía de la marca 

El Porsche Taycan sorprende por la emoción que logra traspasar al volante y deja sin fundamento a los puristas tradicionales que siguen aferrándose al sonido del motor a combustión. Un verdadero hito en la industria, aunque para adquirirlo el costo sea reservado a muy pocos.




Porsche dice que se aburrió de esperar el futuro, así es que lo inventó. La frase habla del Porsche Taycan, su esperado deportivo eléctrico, y si bien el eslogan se escucha algo pretencioso, más considerando que el primer vehículo de los alemanes era movido por energía eléctrica y que fue una de las últimas marcas en subirse a esta tecnología, esconde ciertos aspectos que seguramente marcarán la pauta en los próximos años.

Al Taycan lo conocimos hace un año en Europa. Ahora en Chile lo tomamos por una mañana, donde pudimos sacar algunas conclusiones. Lo primero es comprobar ese temor que tienen los más puristas de la marca, relacionado con el alma de estos deportivos. Pues bien, es un temor absolutamente infundado, y si Porsche demoró tanto en sacar su eléctrico fue precisamente porque debía responder a la tradición de la compañía. Y eso se logra con creces.

Estéticamente es un Porsche por donde se le mire, con el estilo y el ADN del 911, pero en una carrocería de cuatro puertas. Acá, también nos encontramos con luces de cuatro puntos en los grupos ópticos delanteros, pero son más alargadas que en el clásico biplaza. Por el costado, la silueta del 911 es muy reveladora, al igual que los robustos hombros de la zaga, que custodian la tira lumínica horizontal de luz que va sobre la palabra Porsche con letras de vidrios en 3D. Bajo eso, por suerte la marca no cayó en la tentación de incluir salidas de escapes falsos para que “pareciera más auto”, incorporando eso sí un difusor de gran tamaño que ayuda en la extraordinaria aerodinámica de 0,22 Cx, algo a lo que también ayudan los tiradores escondidos de las puertas.

En el interior ya nos encontramos con un mundo nuevo para la marca. Se deja de lado la botonería excesiva de algunos modelos y se pasa a un espacio absolutamente digital, con hasta cinco pantallas. El tablero, de aspecto curvo, nos permite una personalización absoluta de lo que queremos ir viendo en una pantalla de 16,8′'. Puede tener tres relojes que indiquen los datos esenciales, el mapa de navegación al centro o al costado, la información de autonomía... lo que se nos imagine, incluso nos da la alternativa de apagar casi todo el tablero y dejar solo el velocímetro. Obviamente, puede llevar un tiempo conocer bien todas las opciones, pero es todo muy intuitivo y fácil de aprender.

La pantalla central (10,9′'), por su parte, está enfocado principalmente al sistema multimedia, mientras una tercera pantalla se instala en lo que sería el espacio para la transmisión. Acá se maneja la climatización con botones hápticos, la calefacción de los asientos y si el vehículo está en Parking, también podemos ver la carga que tienen las baterías. Dispone también de una especie de touchpad que permite manejar funciones de la pantalla central.

La cuarta pantalla está para las plazas traseras con la climatización y la quinta (opcional) es para el copiloto, permitiéndole ver hasta videos. El único problema entre tanta tecnología, vanguardismo y futurismo es que solo es compatible con Apple CarPlay, dejando de lado a los teléfonos con el sistema operativo Android.

Y como la funcionalidad es un aspecto que tampoco se debe dejar de lado, en este modelo nos encontramos con dos maleteros. En el capot uno pequeño de 80 litros y en la parte posterior uno de 360 litros, lo que permite llevar bolsos y pequeñas maletas. No todo es deportividad.

Alma deportiva y ecológica

Llegó el momento de salir a la calle. Botón de encendido a la izquierda como en todo Porsche y comprobar lo que dicen los libros que ya se han escrito sobre el Taycan. En estos años hemos manejado diversos autos eléctricos, pero nunca encontramos lo que ofrece el modelo de Porsche, con el balance ideal entre la energía eléctrica y la experiencia de deportividad.

Una diferencia con otros eléctricos pasa por la recarga. Acá tenemos dos enchufes, uno para corriente continua a la izquierda de la carrocería (cerca del retrovisor) y otro para corriente alterna (por el costado derecho). En el primero, podemos cargar hasta en ocho con una estación convencional, mientras con el otro podemos recargar en una estación ultra rápida a 800v (lo tradicional en otros autos es a 400v), disminuyendo incluso a 25 minutos para llegar al 80% en el mejor de los casos.

Por suerte nuestra versión de prueba, el Taycan Turbo, tenía la carga suficiente y solo tuvimos que dedicarnos al “trabajo” de manejar. Esta variante cuenta con dos motores eléctricos, una inédita transmisión de dos velocidades (generalmente es solo una marcha) en el eje trasero y tracción integral, tren motriz que le permite desarrollar una potencia máxima de 670 Hp (con Launch Control) junto a un poderoso torque de 850 Nm.

La brutalidad de estas cifras explican que logre llegar a 260 km/h y que sea capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, prácticamente lo mismo que demoraríamos en un 911 GT3 RS. Pero a diferencia de ese súper deportivo, el Taycan está construido y pensado para un uso cotidiano. Su autonomía llega, según la marca, a 450 kilómetros, aunque eso dependerá del uso que le demos.

Dependiendo del estilo de manejo también hay varios modos de conducción, modificando parámetros de potencia, aerodinámica, asistencias y chasis. A los tradicionales modos Normal, Sport, Sport+ o Individual de otros modelos de la marca, los cuales se pueden ajustar desde un mando en el volante, se le agrega uno llamado Range, el que maximiza la energía y permite extender al máximo la autonomía, ideal para cuando nos vemos complicados con la carga.

Instalados en la butaca del conductor, la deportividad se siente desde el comienzo, con una posición muy baja, de hecho, el Taycan es el Porsche con el centro de gravedad más bajo. Lo único que nos hace ruido es la visibilidad por la luneta trasera que es algo acotada. Los ocupantes de las plazas traseras tampoco disfrutarán de gran espacio.

Luego, la diversión. Bastan un par de segundos para ver frente a lo que nos encontramos. Podemos tener una salida agresiva sin que nadie nos equipare o bien desplazarnos de forma suave y silenciosa, solo acompañados por un ligero silbido que ideó la marca como sonido y que podemos activar manualmente (en Europa es exigencia sonido en los autos eléctricos), aunque en modos Sport y Sport+ se hace de manera automática.

En movimiento, pese a la potencia, es un vehículo que lo sentimos en control en todo momento. Obviamente hay que tener el cuidado necesario, pero a pesar de que la aceleración es brutal, con un torque inmediato que deja atrás a decenas de linajudos deportivos, la sensación es de absoluta seguridad, tal como nos ha pasado cuando hemos estado con un 911 Turbo.

Acá son varios factores que ayudan en esta sensación. Sabemos que todo es eléctrico, pero a pesar de eso encontramos una dirección con un tacto muy preciso, muy rápido; la suspensión filtra de manera perfecta las imperfecciones y a pesar de la rigidez (adaptable según el modo de manejo) no se siente un vehículo áspero.

Al avanzar por autopista urbanas, el buen confort de marcha se complementa con el aplomo que se siente al piso. En esto sin duda nos ayuda la tracción integral para estar más firme al pavimento. Y a pesar de que es un vehículo pesado, de 2,3 toneladas, es sumamente ágil, maniobrable y noble en sus movimientos, sin traspasos de pesos entre curvas. Ni siquiera la enorme distancia entre ejes 2.900 mm) le hace perder este equilibrio, algo a lo que ayuda el eje trasero direccional, apoyando sencillez para entrar en curvas y pulcritud absoluta para la salida.

El sistema de frenado regenerativo es otro punto alto. A diferencia de otros eléctricos que se frenan bastante al levantar el pie del acelerador (BMW i3) o incluso algunos que ocupan un solo pedal para acelerar y frenar (Nissan Leaf), en este caso no se quiere reinventar nada y para frenar hay que presionar el pedal, eso sí, cuando se activa el sistema de frenado regenerativo, se siente un ligero freno al desacelerar, como si se tratase de un freno motor, pero que no complica ni altera en demasía la conducción.

En conclusión, es un logro gigante para Porsche, puesto que no solo diseñó y construyó un auto eléctrico, sino que hizo un deportivo eléctrico con personalidad propia, pero sin perder la herencia de una marca que se caracteriza por la emoción que entrega al volante. Y con Taycan esa filosofía no solo se potencia, sino que se recarga.

Ficha técnica Porsche Taycan Turbo

  • Motor. Dos eléctricos
  • Potencia: 670 Hp (500 kW)
  • Torque: 850 Nm
  • Transmisión: 2 vel.
  • 0-100 km/h: 3,2 segundos
  • Largo: 4.963 mm
  • Autonomía: 450 km
  • Precio: US$ 182.900

A favor

El mantener la deportividad de la historia de Porsche en un modelo eléctrico, la agilidad, la suspensión, la personalización que permite, el aplomo al piso, la dirección y la mezcla de suavidad con entrega brutal de potencia.

En contra

Es una tecnología que lamentablemente está a un precio prohibitivo para casi todas las personas, la visibilidad por la luneta trasera no es la mejor y que no sea compatible con el sistema operativo Android.

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