
Revelan el rol que el hermano del Presidente Al-Sharaa juega en la reestructuración de la economía de posguerra en Siria
Hazem al-Sharaa, un desconocido hasta ahora, dirige un comité que ha tomado el control de las principales fortunas ligadas al régimen de Bashar al-Assad. La red, que incluye a un empresario australiano sancionado por terrorismo, ha reconfigurado la economía siria en secreto y con inmunidad legal.

Una red encubierta en Siria ha comenzado a reestructurar la economía de posguerra tomando el control de las empresas afiliadas al expresidente sirio Bashar al-Assad, según una investigación publicada por Reuters. Según la agencia, la iniciativa está liderada por Hazem al-Sharaa, hermano del nuevo presidente sirio, Ahmad al-Sharaa, junto con un empresario australiano actualmente sujeto a sanciones internacionales.
El gobierno no ha reconocido públicamente la existencia del comité, pero éste ejerce una amplia influencia sobre los negocios y las inversiones en el país. El comité está apoderándose de sectores clave de la economía del país mediante acuerdos secretos con capitalistas que fueron acusados de ganancias ilícitas durante la era de Assad y que están en listas de sanciones internacionales.
Todas las actividades de este comité están supervisadas por Hazem al-Sharaa, el hermano mayor del nuevo líder de Siria, Ahmed al-Sharaa y Abraham Succarieh, australiano de ascendencia libanesa, conocido por varios alias, como Abu Mariam e Ibrahim bin Mas’ud. Este último fue sancionado en Australia por presunto financiamiento del terrorismo, abandonó Brisbane en 2013, poco antes de que su hermano perpetrara un atentado suicida en Siria.

La revelación, que ha sido escandalosa en Siria luego de la publicación de la agencia, viene después de semanas de especulaciones sobre las figuras ocultas que rodean al presidente Ahmad al-Sharaa, quienes orquestan el desmantelamiento de la riqueza de la oligarquía de Assad, solo para canalizarla hacia el círculo íntimo de Sharaa o, más ampliamente, hacia las arcas de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), antigua rama de Al Qaeda que lideró Ahmad al-Sharaa, según el diario The Syrian Observer.
Lo que hace que esta investigación se destaque es su irrupción sin precedentes en la red financiera de Sharaa, especialmente la revelación de una figura previamente desconocida dentro del comité que él formó para confiscar miles de millones del círculo íntimo de Assad.
Figura misteriosa
Hazem al-Sharaa es considerado una figura misteriosa que no ha destacado previamente en la escena política, pero cuenta con una amplia trayectoria en derecho, economía y administración. Nacido en 1975, es el segundo hijo del experto en economía Hussein al-Sharaa.
Estudió derecho en la Universidad de Damasco y comenzó su carrera en el poder judicial, trabajando bajo seudónimos en la presidencia de los tribunales de Idlib y el Tribunal de Primera Instancia de Sarmada. Posteriormente, fue viceministro de Justicia antes de dirigir la Autoridad General del Zakat, según consigna el diario árabe Watan.

Según su perfil de LinkedIn, Hazem, quien anteriormente fue gerente general de PepsiCo en Erbil, Irak, no ocupa ningún cargo oficial en el gobierno. Sin embargo, acompañó a su hermano en una visita oficial a Arabia Saudita en febrero y fue la primera persona que conoció al príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, según un video grabado por los medios estatales sauditas, aunque no fue identificado en los informes oficiales de la reunión.
Hazem tiene un doctorado en economía de la Universidad Americana de El Cairo y se cree que dirige la Autoridad de Inversiones de Siria, aunque esto no ha sido confirmado oficialmente.
La investigación reveló que Hazem también administrará el fondo soberano de riqueza nacional, cuyo establecimiento anunció el líder Al-Sharaa el 9 de julio y que reportará directamente a él.
Cuatro diplomáticos occidentales de alto nivel dijeron a Reuters que la concentración del poder económico en manos de figuras oscuras con pasados desconocidos podría obstaculizar los esfuerzos de Siria para reintegrarse al sistema financiero global y disuadir la inversión extranjera.
El presidente también promulgó recientemente enmiendas a la ley de inversiones por decreto. Aunque ni Hazem ni Succarieh han anunciado un cargo en el gobierno, Reuters aseguró que ambos modificaron el texto final de las enmiendas.

Mientras tanto, el capitalista Mohammed Hamsho, contactado por esa agencia, confirmó haberse reunido con el comité, pero declaró que no haría más comentarios hasta que se anuncie el acuerdo. “Ánimo a los líderes empresariales e inversores a considerar Siria. El país está adoptando una economía de libre mercado y ofrece un terreno fértil para diversas y prometedoras oportunidades de inversión”, declaró Hamsho.
El trío interno
Aunque se presenta como una campaña anticorrupción, la iniciativa depende en gran medida de acuerdos con individuos de reputación cuestionable, lo que plantea dudas sobre la credibilidad y las intenciones detrás de las reformas. Tras la caída de Damasco en manos de Al-Sharaa, un destacado empresario sirio recibió una citación a altas horas de la noche para reunirse con “el jeque” (el término árabe para referirse a un jefe que gobierna).
El hombre que lo recibió lucía una larga barba, llevaba una pistola en la cadera y se presentó simplemente como “Abu Mariam”. Hablando árabe con fluidez y un ligero acento australiano, le preguntó al empresario sobre sus ingresos y operaciones. Era Abraham Succarieh, quien se presenta en las redes sociales como “un empresario que ama el cricket y el shawarma”.
El gobierno australiano confirmó que Succarieh está en su lista de sanciones, pero se negó a comentar si estaba al tanto de su papel actual. Según documentos presentados por fiscales australianos ante el Tribunal Superior, Succarieh abandonó su ciudad natal, Brisbane, en 2013, un día antes de que su hermano Ahmed perpetrara un ataque suicida con un camión bomba en un puesto de control del Ejército en Siria.

La tercera figura influyente en el grupo íntimo de Sharaa es Abdul Rahman al-Zurba, cuyo verdadero nombre es Mustafa Qader, un expanadero que ahora se ha convertido en el gobernador de facto del Banco Central de Siria, controlando la política monetaria en beneficio de HTS. Antes de unirse a este grupo, al-Zurba fue uno de los asistentes más importantes de al-Sharaa.
Desempeñó un papel fundamental en la consolidación del control del grupo sobre los centros de la vida pública en Idlib, al norte de Siria. Tras unirse a HTS, trabajó como delegado del grupo ante Jaish al-Fatah (Ejército de la Conquista), formado en 2015 a partir de varias facciones armadas en Idlib, antes de asumir finalmente la dirección económica del grupo islamista.
Todo por inmunidad legal
El informe contiene revelaciones impactantes sobre la separación de Jabhat al-Nusra (el grupo salafista-yihadista que surgió en Siria durante la Guerra Civil) de Al-Qaeda en 2016, las estructuras financieras desarrolladas por HTS y la fundación de una compañía petrolera en 2018 que obtuvo derechos exclusivos para importar derivados de combustibles de Turquía.
También revela la creación de un banco privado de HTS: Bank of Sham.
La investigación también expone cómo el trío de allegados de Sharaa —Hazem, el australiano, y al-Zurba— se hizo con el control del 80% del imperio financiero que perteneció a Mohammed Hamsho y Yasar Ibrahim (el brazo financiero de la exprimera dama Asma al-Assad y quien, según se informa, acompañó a Bashar a Moscú el día de la fuga) a cambio de inmunidad legal. Se trata de miles de millones de dólares.
También revela que Cham Wings, una aerolínea siria sancionada por EE.UU. y la UE, se ha transformado en una nueva compañía llamada Fly Cham. Este cambio se produjo tras un acuerdo en el que su propietario, Issam Shammout, cedió el 45% de la compañía, pagó 50 millones de dólares y entregó dos aeronaves a Syrian Air a cambio de inmunidad. Si bien Fly Cham afirma ser una nueva entidad, sus aeronaves conservan los mismos números de cola y Shammout mantiene el control de otros activos.

No solo eso, sino que también se reveló la participación de varios prominentes magnates sirios en las operaciones del trío de al-Sharaa. Entre ellos Samer Foz, sancionado por Washington por supuestamente beneficiarse de la reconstrucción de Siria tras la guerra, y Mohammed Hamsho, cuyos negocios familiares abarcan diversos sectores. Ellos han cedido una parte significativa de sus activos comerciales al gobierno sirio.
Foz habría entregado aproximadamente el 80% de sus activos, valorados entre 800 y 1.000 millones de dólares, mientras que Hamsho cedió alrededor del 80% de los suyos, valorados en más de 640 millones de dólares, conservando aproximadamente 150 millones de dólares y las empresas de su familia.
Hamsho, acusado de utilizar su acería para procesar metal de barrios demolidos y de tener vínculos con la producción ilícita de la droga Captagon, entregó una planta de reciclaje de acero altamente rentable como parte del acuerdo, originalmente utilizada para procesar metales rescatados de las devastadas zonas de guerra urbanas de Assad. Regresó a Siria bajo protección estatal.

Todos los detalles sobre las políticas secretas del nuevo gobierno se conocen mientras el Presidente estadounidense Donald Trump levanta las sanciones económicas al Estado sirio, impuestas durante la era de Assad.
Al ser consultado por Reuters, un funcionario del Departamento de Estado afirmó que Trump está levantando las sanciones “para darle a Siria la oportunidad de prosperar”. “El presidente también ha sido claro en que el presidente al-Sharaa debería aprovechar esta oportunidad histórica para lograr avances importantes”, dijo el funcionario a esa agencia en un comunicado.
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