Nacional

Los estudiantes “malditos” de Biobío

Una balacera dentro de un colegio en San Pedro de la Paz mostró la grieta que existe en la educación de esa región, donde las denuncias por infracción a la Ley de Armas dentro de colegios crecieron un 300% en diez años dejando un saldo de niños armados en clases, droga en las mochilas y una mirada sobre la educación que les hace menos sentido que las promesas del narco.

Los apoderados del Colegio Nuevos Horizontes presumen que la balacera nació de un ajuste de cuentas.

Eran las 15.00 del jueves 29 de mayo. A esa hora los alumnos salían del Colegio Nuevos Horizontes y pasaban varias cosas: por un lado, en el casino del establecimiento se celebraba una actividad organizada por el Centro General de Padres a la que habían llegado casi 30 apoderados. La intención era recolectar fondos para lidiar con una plaga de palomas en el gimnasio. Karina Araya (43) cuenta esto por teléfono. Es presidenta de apoderados del Nuevos Horizontes. Tiene dos hijos en el colegio: uno que va en cuarto básico y otro en octavo.

Araya narra que a esa hora, cuando los alumnos se retiraban, el portón del colegio, que da a la esquina de las calles Fresia y Guacolda estaba atiborrado de estudiantes. Se estaba dando una lógica un poco descontrolada, dice, ya que en ese minuto, además, los estudiantes de media volvían de una salida pedagógica por sus cursos de gastronomía.

-Se les veía entrando con sus bandejas e implementos de cocina. Llegaron justo a las 15.00. Por eso estaban en las salas después de la hora de salida.

Karina Araya iba de la mano con sus hijos y con los grupos de amigos de ellos rumbo al paradero para tomar micro a su casa, en San Pedro de la Paz. Casi al llegar, escucharon cuatro estruendos que, cuenta, parecían explosiones.

-De ahí en adelante fue un caos, un infierno -recuerda-. Todos corrían, se metían debajo de los autos. Los niños lloraban. Hubo niños que se orinaron del susto, metidos debajo de sus mesas.

Desde el paradero, Araya dice que vio cómo dos sujetos vestidos de uniforme evitaron salir por el portón, saltaron la reja del colegio y la valla que protege la vereda de los choques.

-Al principio no pensé que eran los que dispararon -dice Araya-. Creí que eran niños que escapaban del susto.

Lo que pasó después le demostró su error.

-Los dos que saltaron la reja se subieron a un auto gris, grande, que lo manejaba una mujer mayor que ellos. Derraparon en el suelo y escaparon.

San Pedro de la Paz, 30 de mayo 2025. Carabineros realiza peritajes de la balacera ocurrida en el Colegio Nuevos Horizontes en San Pedro de la Paz. Carlos Acuna/Aton Chile CARLOS ACUNA/ATON CHILE

Las profesoras y parvularias que estaban en la puerta de entrada atinaron a cerrarla. Araya escuchó a una de ellas decir que estaban viviendo una emergencia. Que no eran explosiones, sino que balas, y había niños heridos.

-Luego, entendimos que subieron directo al segundo piso y entraron a la sala. Al que buscaban hacerle daño le dispararon en la rodilla. Dos amigos en tercero medio que tenía él, que son gemelos, lo fueron a auxiliar. A ellos les dispararon en los pies. A uno, la bala lo rozó, y al otro, la bala le traspasó el tobillo.

Por el hecho, un adolescente de 17 años fue detenido y formalizado por homicidio simple.

Araya dice que conoce a la tía de los gemelos. La Tercera intentó contactarla, pero respondió que no quiere tener más exposición.

El Colegio Nuevos Horizontes pertenece al recientemente fundado SLEP Andalién Costa, en la comuna de San Pedro de la Paz. Con 710 alumnos, es uno de los más pujantes colegios de la zona: superan el promedio nacional Simce en lectura en cuarto básico, y están 30 puntos por debajo del promedio nacional y regional en Lectura y Matemáticas en segundo medio.

Por eso fue que a las autoridades de la zona les llamó la atención. Nunca esperaron que la primera balacera dentro de un recinto educativo se produjera ahí.

Colegio Nuevos Horizontes, en San Pedro de la Paz. CARLOS ACUNA/ATON CHILE

Manzanas podridas

Lo que convenció a Karina Araya a optar por el Colegio Nuevos Horizontes fueron sus actividades y buenos resultados. Dice que tuvo a sus hijos en un liceo en Hualpén, pero que la calidad no era la que buscaba. El Nuevos Horizontes, además, estaba más cerca de su casa. Por eso piensa que lo que pasó fue una consecuencia de muchos factores que venían anunciándose.

-Hay estudiantes que son manzanas podridas, que tienen rencillas de afuera y van a cobrar dentro del colegio. Por ellos paga todo el mundo. La solución, para nosotros como apoderados, es que saquen esas manzanas podridas, porque todos sabemos quiénes son. Son unos 15 alumnos en todo el colegio.

Araya define qué entiende por manzanas podridas.

-Son chicos que no tienen una buena base de educación. Son niños conflictivos, faltas de respeto, con problemas de control de ira y con problemas de consumo de droga. Los he visto salir del colegio, se paran en la esquina y se ponen a fumar. Eso me dice que andan con la marihuana en la mochila todo el día.

Son varias las tesis que giran en torno a explicar qué permitió que esto pasara.

Ramón Jara, sostenedor del SLEP Andalién Costa, explica que uno de los diagnósticos que hicieron cuando se puso a andar el servicio el año pasado en Lota, Coronel, San Pedro de la Paz y Santa Juana fue precisamente ese: que los colegios enfrentaban un grave problema de convivencia escolar.

Ramón Jara, Director Ejecutivo del SLEP Andalién Costa.

Jara, eso sí, hace una diferencia con lo que pasó en San Pedro de la Paz.

-Una cosa es el fenómeno de convivencia escolar, aquello que ocurre dentro del establecimiento y de las salas de clase, donde el director y profesores tienen las herramientas legales y educativas para regular. El otro fenómeno son los hechos delictuales que suceden afuera de los colegios, como el porte de armas de fuego o de armas blancas. Eso no es una tarea de convivencia escolar. Eso es un problema de orden público.

Dentro de quienes conocieron los encuentros entre las autoridades con el Consejo Consultivo de Niños, Niñas y Adolescentes del Biobío, un grupo de adolescentes escogidos para exponer al gobierno los problemas que hay en los colegios, indican que miembros de ese consejo señalaron que en los colegios de la región hay microtráfico y que han sorprendido a compañeros con armas blancas.

El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, explica que desde la pandemia las cifras de denuncias relacionadas a violencia escolar crecieron de 7.800 en 2022 a 8.500 en 2024. Además, los casos de expulsiones y cancelaciones de matrícula también crecieron a nivel nacional: de 690 en 2019 a 2.396 el año pasado.

Cataldo cree que existe una cultura de la violencia que se ha instalado.

-Son dinámicas que permearon en el territorio y que se instalaron en la forma de relacionarse de la comunidad.

El ministro enumera ejemplos: riñas violentas entre alumnos en Lota y Melipilla. Pero también redes sociales que exponen a los niños a registros violentos constantemente.

-En la escuela se presenta esta disputa cultural que podría ser una derrota si es que no tomamos las medidas y no nos unimos todos para enfrentarla. Por eso yo decía que cuando hablo de derrota cultural, también tiene que ver con el control territorial.

La investigadora de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián, Paulina Guzmán, indica que la violencia en los colegios del Biobío ha crecido. Que lo que antes era bullying verbal y simbólico, hoy está mutando a violencia física. Los casos también van al alza. Eso dice información de Transparencia que Guzmán solicitó a la Subsecretaría de Prevención del Delito:

-Las denuncias por infracción a ley de armas, es decir, porte ilegal de armas dentro de establecimientos educacionales, aumentaron de forma sostenida en la última década -expone Guzmán-. A nivel nacional, estas denuncias aumentaron un 398,97% entre el 2014 y el 2024. En la Región del Biobío, subieron un 300% en el mismo período. Es la tercera región con más aumento en 10 años, detrás de la RM y Valparaíso.

Guzmán subraya que esta cifra no distingue entre delitos cometidos por estudiantes o personas externas. Pero detalla otra idea. Lo que expone es que estos conflictos no nacen en la escuela, sino que son conflictos sociales de la comunidad, “de bandas que son parte del barrio”, que entran a la escuela.

El dato que sustenta esta tesis de que la violencia viene de afuera, es que Biobío no es la región con más casos de denuncias por convivencia escolar. Según el Mineduc, la región con más denuncias de ese tipo por tasa cada 100 mil estudiantes es Aysén. Biobío recién aparece en el séptimo lugar.

Araya expone también problemas con los apoderados.

-Son igual de conflictivos. Con ellos no se puede conversar. Cuando dos niños tienen problemas entre ellos, el papá de uno espera al papá del otro a la salida para pelearse a combos. Eso ha pasado más de una vez.

Araya expone que, semanas atrás, niñas de séptimo y octavo básico se trenzaron a golpes.

-Mi hijo me llegó contando que una de ellas sacó un punzón y le cortó la oreja a la otra. Lo tenía escondido en el zapato.

San Pedro de la Paz, 30 de mayo 2025. Carabineros realiza peritajes de la balacera ocurrida en el Colegio Nuevos Horizontes en San Pedro de la Paz. Carlos Acuna/Aton Chile CARLOS ACUNA/ATON CHILE

Rubén Vergara también es apoderado en el colegio. Su hija va en octavo básico.

-Ella, lamentablemente, vio que un compañero de otro curso andaba con una cortaplumas. Andaba mostrándola como si fuera un juguete. No sé para qué la llevó, pero los niños a veces andan tratando de creerse los bacanes con esas cosas.

La Unidad de Estudios de la Defensoría de la Niñez levantó un informe sobre convivencia escolar en el Bío Bío. Allí, expusieron que entre los casos policiales en colegios de esa región entre el 1 de enero de 2023 y el 31 de marzo de 2024, los delitos más frecuentes fueron robos (947 casos), lesiones (735), vulneraciones de derechos (581), presunta desgracia (516) y amenazas (435). La lista la termina el porte de armas, con 51 casos.

Anuar Quesille, defensor de la Niñez, también entrega su diagnóstico.

-Esto no solo ha pasado en San Pedro de la Paz. Es un tema a nivel nacional. En Temuco también han pillado niños con armas de fuego. Entonces, esto no se soluciona quitándole el arma al niño. Lo que hay que preguntarse es ¿cómo un adolescente tiene acceso a un arma de fuego?

Ser malditos

Una de las tesis que se manejan dentro del recinto es que el enfrentamiento venía desde antes. Eso cuenta Rubén Vergara.

-Los niños que entraron al colegio trataron de asaltar a los que les dispararon, al frente del consultorio. Y no se dejaron. Hubo vecinos que tuvieron que defenderlos.

Araya maneja la misma tesis.

-El día anterior habían asaltado a esos niños en el Cesfam -cuenta Araya-. Y como ellos se defendieron y no lograron asaltarlos, fueron a buscarlos. Dieron rondas toda la mañana alrededor del colegio. Hay papás que dicen que ellos mismos les preguntaron si estaban en clases o no.

El miércoles 4 de junio, el centro de apoderados se reunió con la directora del establecimiento y con el director del SLEP Andalién Costa, Ramón Jara.

Esa reunión dejó conformes a los apoderados. Entre las mejoras de infraestructura, acordaron invertir en una reja perimetral más alta, más cámaras de seguridad, dos guardias, y tener acceso con identificación de algún tipo.

La balacera puso sobre la mesa otro tema: si empezar o no a implementar detectores de metales en los colegios.

La investigadora Paulina Guzmán dice que la evidencia internacional indica que los detectores de metales no disminuyen los hechos violentos.

-Los detectores de metales son una medida física, pero no es una intervención que aborde las causas profundas que llevan a un estudiante a llevar un arma al colegio, que tiene que ver con el miedo, la falta de red de apoyo, el malestar emocional. Además, afecta negativamente la percepción de seguridad y criminaliza a los estudiantes.

En la reunión con la directora del Nuevos Horizontes y con el SLEP, dice Araya, también apareció otro tema.

-Hablamos de la música y la cultura que consumen los niños. Se quieren creer más bacanes, más choros. Ellos dicen que quieren ser malditos. Quieren vestirse de marcas, o si no, soy tonto, o soy menos que el resto. Mi hijo nunca fue así, es tranquilo, pero también anda con esa moda. Muy fijado en las zapatillas, en andar con el pantalón a medio trasero.

El ministro Cataldo también ha visto crecer esa cultura entre adolescentes.

-Cuando el acceso a bienes es desigual, y ese joven ve que con un menor esfuerzo puede obtener un alto rendimiento económico vinculándose al crimen organizado y la narcocultura, naturalmente hay una tendencia a abandonar los estudios.

Cataldo extiende este argumento.

-Pero por otro lado está la penetración cultural. Porque una cosa es aquellos que viven más próximos a la lógica del narco y se vinculan con el narco, y otra cosa es cómo penetra la cultura narco en la sociedad, más allá de si esas personas están vinculadas a la delincuencia o no. La mayor parte de ellos no están vinculados a la delincuencia, pero disfrutan la misma música, los estilos, los conceptos, los valores. Todo eso transmite valores. Y esos valores se instalan en la sociedad. Por eso es que la educación tiene algo muy importante que decir para desmontar esos valores.

Paulina Stuardo asumió como seremi de Seguridad del Biobío en medio de la crisis por la balacera. También participó en las reuniones de diagnóstico que tuvieron como comunidad.

-En esas reuniones hablamos de las expectativas que tienen los niños. ¿Para qué voy a estudiar tanto? Pero también el tema valórico. ¿Qué valores queremos preservar? ¿Qué hace que un niño pierda esa línea que separa lo bueno y lo malo?

Las clases en el Nuevos Horizontes se retoman el lunes. No habrá regreso obligatorio. Tampoco regirá la asistencia. Hay un plan de comenzar jornadas lúdicas para recuperar ánimos y la confianza dentro de la comunidad.

-Es que hay mamás que no quieren mandar a sus hijas por miedo. Hay otros niños que no pueden dormir por las noches.

Karina Araya dice que su hijo mayor la tranquiliza. Lo mismo han hecho los adolescentes más grandes de la comunidad: quieren dar vuelta la página. Pero Araya no logra conciliar esa idea aún. Dice que sufre crisis de pánico cuando piensa en eso. Que empieza a transpirar, que le falta el aire.

-Es doloroso, pero ya conversé con ellos. Les dije: si llega a pasar esto, se tiran al suelo. No salgan corriendo, porque va a ser peor.

Sus hijos, cuenta, le responden con desgano.

-Me dicen: ya, mamá.

Más sobre:Violencia escolarColegio Nuevos HorizontesLT DomingoBalacera Bio BioBalacera San Pedro de La Paz

⚡OFERTA ESPECIAL CYBER⚡

PLAN DIGITAL desde $990/mesAccede a todo el contenido SUSCRÍBETE