"Mi desafío es ampliar el territorio de la literatura latinoamericana"
Edmundo Paz Soldán es boliviano, pero vive hace dos décadas en EEUU. Y ya no pudo evitarlo: su última novela, Los vivos y los muertos, está inspirada en una serie de muertes ocurridas en un pueblo en la frontera de Canadá.
¿Por qué no en inglés?, le preguntaban a Edmundo Paz Soldán. Eran sólo 200 páginas. El mercado literario estadounidense le abriría las puertas sin pasar por la aduana de la traducción. No hizo caso. Escribió Los vivos y los muertos en español, sin importarle que fuera la historia de un puñado de adolescentes estadounidenses de un pueblito perdido en la frontera con Canadá. Una historia trágica y sangrienta, que efectivamente sucedió y que fue hablada completamente en inglés. La pregunta la volvió a hacer, con un matiz más venenoso, Alberto Fuguet: "¿Por qué leer tu versión y no la de un americano?", le disparó el jueves pasado a su amigo boliviano en el auditorio de la Facultad de Letras de la Universidad Católica. Paz Soldán rodeó la pregunta y terminó diciendo: "Era una historia de mi barrio".
Fuguet, claro, sabía que su pregunta no era inocente. Escondía la biografía de Paz Soldán: nacido en Cochabamba, Bolivia, en 1967, lleva la mitad de su vida en EEUU. Y ahí está para demostrarlo su español neutro, agringado. "Puedes tener muchas identidades", dice el escritor. Así como en Palacio quemado (2006) Paz Soldán se metió en las cloacas de la política de su país, narrando la crisis del Presidente Gonzalo Sánchez de Losada, en Los vivos y los muertos recurrió a un hecho que también era suyo: sucedió en un pueblo ubicado a 20 minutos de su casa en Cornell. En un mes de 1996 apareció de golpe la violencia en Dryden. Dos hermanos se suicidaron, dos porristas fueron violadas y asesinadas, y un adolescente entró a balazos a la casa de su ex novia.
"Hace mucho tiempo quería escribir sobre EEUU. Me intimidaba", cuenta Paz Soldán. "Pero esta historia era cercana. Había sucedido al lado de mi casa. Podía entender a los adolescentes de la zona. Me era tan familiar como alguna vez lo fue Cochabamba para escribir Río Fugitivo. Creo que sin darme cuenta fui echando raíces y Los vivos y los muertos es para mí una constatación de que hay algo de EEUU que puede ser mío", agrega.
Norte
Ex jugador de fútbol y actual profesor de literatura latinoamericana de la Universidad de Cornell, Paz Soldán estuvo en Chile hasta ayer. Fue la estrella de Fisuras del Fin del Mundo, un simposio de la UC organizado por Mike Wilson (Zombie) en torno a los cruces de la narrativa con géneros populares. Estuvieron Jorge Baradit, Francisco Ortega, Alvaro Bisama, el dibujante Gabriel Rodríguez. Fuguet era el outsider del grupo. El boliviano un poco menos: "Hay una posible lectura de Los vivos y los muertos desde el cuento fantasma. Desde la onda espectral de Pedro Páramo", dice.
La muerte les sigue los pasos a los personajes del libro. Ambientada 10 años después de los hechos reales en un pueblo llamado Madison, está enhebrada en la voz de sus protagonistas: Amanda, Jem, Tim, Hannah, Junior y varios más cuentan sus vidas en primera persona. Adolescentes aislados en un pueblo donde el cielo está nublado seis meses del año. La mitad de esos días la nieve cae silenciosa. Ahí, de pronto, algo se torció: empezaron las muertes.
"Fue una manera de explorar el reverso del sueño americano", dice el escritor. Y sigue contestándole a Fuguet: "No es una novela americana. Mi desafío es ampliar el territorio. Traer el paisaje de la nieve a la literatura latinoamericana. Este es un mundo que no ha sido escrito en español".
Ahora Paz Soldán se mueve hacia otro paisaje: su próxima novela se llamará Norte, donde a través de varias historias de inmigrantes mexicanos y bolivianos narra "la forma en que Latinoamérica está transformando EEUU desde adentro".
Lo Último
Lo más leído
2.
3.
4.
🎉 La Tercera celebra 75 años ✈️ Suscríbete y entra al sorteo por 2 pasajes a Buenos Aires.
Plan digital $990/mes SUSCRÍBETE