Opinión

Alergia

Carolina Tohá. JAVIER SALVO/ATON CHILE

Tohá reapareció con fuerza en el debate público esta semana, en una charla en París. Allí habló de los complejos de la izquierda, “que le tiene alergia a la policía, al orden público, a hacer cumplir la ley”. Dijo mucho más, pero esa es la frase que se viralizó.

Desató una oleada de réplicas y variadas críticas desde sectores del oficialismo que -con esa sola frase- rechazaron que quien fuera ministra del Interior, con tantas leyes promulgadas en materia de seguridad, dijera que el sector tenía “alergia” al tema.

Vamos por partes.

Es cierto que se han promulgado en este gobierno decenas de leyes relevantes, y que antes hubieran sido impensadas para el sector: en gran parte, eso es mérito de Tohá, y por cierto de un Presidente que las apoyó, y de los opositores que las votaron a favor. También es efectivo que el gobierno de Boric aumentó de forma robusta los recursos para las policías. Pero dicho eso, el punto de la exministra respecto de un complejo histórico de la izquierda tiene asidero, y sería un error estratégico de la izquierda trolear su comentario sin darle más vueltas, contentándose con atacar al mensajero.

Para empezar, el camino cuesta arriba que tuvo Tohá en Interior es prueba de esa “alergia” o complejo. Seguridad y combate al crimen no eran prioritarios en el plan de gobierno original. Tohá llegó a hacer camino en la materia, y tuvo mucho fuego amigo. Desde el PC y parte del frenteamplismo se opusieron y votaron en contra de varias de las leyes-legado en materia de seguridad, incluida la Ley Nain-Retamal. El corolario de aquel desdén o desapego por lo realizado fue que la candidata Jeannette Jara le pusiera nota roja a Tohá en materia de seguridad, siendo ella del PC, que votó en contra de varias leyes relevantes. A los ojos de la candidata de la coalición oficialista más la DC, la gestión en materia de seguridad del gobierno no se saca ni un 4.

Otra muestra de la “alergia” ocurrió horas después de la charla de Tohá. Desde el norte, el Presidente Boric anunció una reforma constitucional para desplegar efectivos de las Fuerzas Armadas en la frontera con Bolivia vía decreto presidencial y sin pasar por el Congreso. La inmediata crítica a su propuesta vino de su propio partido. La presidenta del FA, Constanza Martínez, dijo que “no me gusta ese mecanismo”, aunque reconoció que no había leído la iniciativa y que estaba abierta a debatir. De cualquier modo, dijo que “la utilización de las Fuerzas Armadas tiene que ir en un diálogo entre el Congreso y el gobierno”.

¿Qué puede explicar esa necesidad de salir de inmediato a rechazar esa idea presidencial, que no había leído y que, por cierto, se tramitará en el Congreso y tendrá su espacio para debate y críticas? Pareciera deberse a una pulsión por separarse rapidamente de aquello que simplemente huela a militarización, a punitivismo, a “mano dura”.

Esa reacción exagerada es, justamente, la definición de una alergia.

Lo que planteó Tohá está lejos de ser un asunto solo chileno. La izquierda en muchas partes del mundo enfrenta el mismo desafío fundamental: una falta de credibilidad y,especialmente, de narrativas eficaces en materia de seguridad, lo que le da una gran desventaja frente a los populismos radicales de derecha. “La razón por la cual los progresistas tenemos que preocuparnos de la seguridad es que cuando hay temor, las preocupaciones progresistas desaparecen y las personas actúan desde la necesidad de sobrevivir y protegerse, y su disposición a pensar los problemas como problemas colectivos baja de manera dramática”, dijo Tohá en esa misma charla en París.

Un dato no menor es que a la socialdemócrata que mejor le va en Europa es a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, que se caracteriza por su política firme, hasta dura, no solo con la inmigración ilegal (y que le llevó a ser tachada de derechista), sino contra el crimen. El debate está también en Estados Unidos, donde el progresismo hace su travesía en el desierto en esta materia y en otras, para entender qué llevó a votantes históricamente suyos a votar por Trump. Algunos icónicos estados “azules” (demócratas) han tomado medidas bastante duras contra el crimen, incluido el despliegue de la guardia nacional en el Metro de Nueva York.

“Sin orden no hay libertad para nadie. Y las élites occidentales a menudo no lo entienden”, dice Robert D. Kaplan, reconocido experto y corresponsal de guerra, acerca de este problema.

La alergia -llámese complejo, distancia, ambivalencia, falta de narrativa- del progresismo con la seguridad y el crimen debe ser reflexionada en profundidad. Es más: cualquier análisis ideológico y estratégico debe incluirlo. Descalificar a Tohá -y esconder la cabeza como el avestruz- no ayudará a la izquierda a convencer a los votantes de que sí entiende -con fuerza y sin complejos- su preocupación principal.

Se podrá discutir la oportunidad de sus comentarios, pero no el fondo.

Más sobre:Carolina ToháSeguridad públicaPolíticaPaula EscobarLT DomingoOpinión

⚡¡Extendimos el Cyber LT! Participa por un viaje a Buenos Aires ✈️ y disfruta tu plan a precio especial por 4 meses

Plan digital +LT Beneficios$1.200/mes SUSCRÍBETE