Camarines, casino, gimnasio: estos son los lugares más peligrosos del colegio donde los niños pueden contagiarse de coronavirus

Diversos organismos internacionales han indicado cuáles serán los lugares y las rutinas más peligrosas en el retorno de los niños. Volver a clases requerirá de nuevas costumbres, que implicarán preparar los colegios y escuelas para una reapertura segura.


Volver a clases en plena pandemia por Covid-19 requerirá una nueva rutina. Nuevas formas de interacción dentro y fuera del aula.

Una decisión que implicará analizar el contexto en que está cada colegio y que ojalá sea en un momento de transmisión, es la reflexión de los expertos. Para Nicolás Muena investigador de la Fundación Ciencia y Vida, los colegios tienen que ser considerados como uno de los últimos eslabones en el proceso de reapertura.

Porque si bien la evidencia tiende a mostrar que niños, niñas y adolescentes son los menos afectados en cuanto a cantidad de infecciones y síntomas, Muena indica que en ningún caso eso quiere decir que no se infecten o que no puedan transmitir el virus. “Ese ha sido el error al entender la evidencia, como que los niños fueran inmunes al virus o que si los afecta son casi asintomáticos y que no transmiten, y eso es falso, porque se ha comprobado que sí ocurre”.

Pero existe un porcentaje de estudiantes que no está recibiendo educación producto del cierre de escuelas y colegios. Datos de junio del Ministerio de Educación indicaban que cerca del 5% de los escolares no estaba accediendo a nada o casi nada de la enseñanza. Un porcentaje que equivale a cerca de 180 mil escolares.

Datos de junio del Ministerio de Educación indicaban que cerca del 5% de los escolares no está accediendo a nada o casi nada de enseñanza en pandemia. Foto: Agenciauno

La urgencia de reiniciar las clases presenciales responde al problema de cómo ofrecer aprendizaje para todos. Hay alumnos a los que sí se puede llegar de forma remota, pero hay otros en que no, indica la directora de pregrado de la Facultad de Educación UC, y doctora en sicología Magdalena Müller. “Hemos visto en el transcurso del año que no hemos podido llegar de forma remota, por problemas de conectividad, de cobertura o distintas razones”.

Dentro de esos grupos de baja conectividad y alto nivel de importancia por su nivel de desarrollo, están estudiantes de prekínder, kínder y primero básico, por la adquisición de la lecto escritura, puerta de entrada a los conocimientos en todas las áreas y al desarrollo psicosocial. “Podrían ser prioridad para generar oportunidades en lugares donde ya se pueda, dando presencialidad, pero para grupos focalizados”, detalla Müller.

Clases mixtas para evitar los peligros del colegio

En un escenario de retorno es importante imaginar la escuela de otra manera. “La presencialidad no es llegar y abrir la escuela que dejaste en marzo″, dice Müller.

Pensar en niños en la misma jornada y todos juntos en una sala de clases como era antes, va a ser muy difícil. Más aún, añade Müller, si los niños que tienen más necesidad son los de primer año, “son los que menos conciencia tienen sobre el autocuidado, entonces tendrán que ser grupos pequeños”.

En las guías de los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC, su sigla en inglés) se hace el enfoque que hay que evaluar qué es lo ideal, versus lo posible y lo práctico, dice Muena, “porque lo ideal no siempre va a ser lo posible”. Deben ser estrategias que puedan modificarse y adaptarse según el nivel de transmisión viral en la escuela y reconociendo las diferencias entre los distintos establecimientos.

En este y otros contextos, las mascarillas deben usarse siempre. “Cuidándolas se pueden usar por una jornada. Tendría que ser de tres a cinco horas y si se humedece habría que cambiarla”, establece Muena.

Dentro de las recomendaciones que más se repiten de los organismos internacionales como la CDC, es trabajar por turnos y priorizar actividades compatibles con distanciamiento físico.

También dar énfasis a los niños que no tengan computador, ni puedan trabajar a distancia, “para que vayan a clases presenciales y combinarlas con clases no presenciales”, dice Muena. Es lo que se conoce como enfoque hibrido, es decir seguir usando el streeming y hacer clases presenciales a aquellos que los necesiten.

Riesgo en el transporte

Es importante considerar además, que gran parte de los estudiantes no van a la escuela o colegio del barrio, como ocurre en otros países. Los niños se desplazan distancias que no son caminables. El transporte escolar o compartir auto con otras personas, son espacios donde hay más riesgo de posibles contagios que en la propia escuela.

En la escuela, añade Müller, se puede controlar mucho más el distanciamiento físico, determinar el número de estudiantes, y que ingresen paulatinamente, “pero el cómo llegan a la escuela depende de la situación económica de los padres, de si están trabajado o no, si tienen redes de cuidado, si son jornadas más cortas ver quién los va a dejar o a buscar”.

furgón escolar
El transporte escolar o compartir auto con otras personas, es un espacio donde hay más riesgo de posibles contagios que en la propia escuela.

En clases los niños salen al recreo y se reúnen, tienen amigos en distintos cursos. Los profesores también interactúan entre ellos. Pero ahora en escenario de pandemia, dice Muena la idea es que los grupos se mantengan aislados. “Sí, por ejemplo, se detecta que un alumno de un curso se enfermó, se puede establecer la trazabilidad y se puede aislar a ese grupo en particular sin afectar al resto, para cuidar al resto de la comunidad”.

Misma rutina en los recreos. Que no se junten los niños de distintos cursos en los recreos ni almuerzos. También los almuerzos van a tener que ser diferidos. La idea es que se mantenga el distanciamiento físico.

Espacios como camarines o actividades en lugares cerrados como talleres de coro o teatro, son de alto riesgo. Mantener ventanas abiertas y una ventilación constante de aire fresco, y evitar el uso de aire acondicionado o equipos que recirculen el aire, dice Muena, permite diluir cualquier partícula viral que pudiera estar flotando en aerosoles o en micropartículas pequeñas.

El aseo de los lugares comunes y limpiar superficies de manera constante en horarios definidos, es otra recomendación. “También mantener jabón en los baño y realizar horarios de lavado de manos”, añade Muena. “Lo ideal sería de todas que un profesional de la salud se reúna con los profesores y los apoderados, y que hayan capacitaciones respecto a lo que hay que hacer y cómo hay que comportarse de ahora en adelante”, indica.

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