¿Deben los escolares volver a clases? Casi 16 mil niños se han contagiado de coronavirus, 32 han fallecido y 90 han sufrido síndrome inflamatorio

Foto: Agencia Uno

Según médicos, hay riesgos que se deben considerar antes de programar un regreso. Para el ministro de Educación, Raúl Figueroa, las clases son irremplazables y el actual sistema online, solo aumenta la brecha educacional en el país, pero que el retorno se hará “en la medida en que las condiciones sanitarias lo permitan”. Profesores y apoderados están temerosos.


En los primeros meses de pandemia, la información global que se conocía señalaba que el grupo de población más vulnerable al nuevo coronavirus Sars-CoV-2 eran los adultos mayores y los adultos que tenían algún tipo de enfermedad asociada como diabetes, hipertensión y obesidad.

Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzaron a aparecer distintos estudios que daban cuenta de casos graves y fallecimientos en adultos jóvenes y también en niños. Incluso, surgieron datos de una nueva enfermedad en niños que consistía en una inflamación generalizada del organismo que se presentaba con fiebre y que recién el 15 mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS), la bautizó con un nombre: Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico asociado a Covid-19, o PIMS, por sus siglas en inglés.

En Chile, según el Informe Epidemiológico número 32, publicado el viernes 10, 15.957 menores de entre los 0 y los 14 años se han contagiado con el virus y han resultado positivo al test PCR. A ellos se suman otros 10.346 adolescentes entre los 15 y los 19 años.

Según los registros del DEIS, desde que comenzó la pandemia hasta ahora han fallecido en Chile 32 menores de 14 años a causa de Covid-19, 16 menores de un año, 8 niños entre 1 y 4 años, 4 entre los 5 y los 9 años y 4 más entre los 10 y los 14 años. Si se considera a los adolescentes la cifra aumenta a 39, en total.

Respecto del PIMS, hasta este domingo 12 de julio, pediatras e infectólogos contabilizaban 90 casos a lo largo del país, según el los datos preliminaries por comunicación verbal que recogen desde 25 recintos hospitalarios. Ninguno de ellos, ha fallecido.

Ante esta situación, ¿qué tan aconsejable es que los escolares vuelvan a las clases presenciales?

Cinthya Urquidi, directora del Magister en Epidemiología de la Universidad de los Andes, es de la idea que de aquí a fin de año, las personas que puedan privilegien el teletrabajo y el tele estudio. “Se sabe poco acerca de la transmisión de la enfermedad en los niños, no se sabe qué rol tienen en la transmisión de la enfermedad”.

La especialista dice que si bien, la enfermedad ha demostrado que son los adultos los más afectados, los niños, que en su mayoría son asintomáticos, sí pueden llevar la información a la casa.

Pero “las clases son irremplazables”, dice enfático el ministro de Educación, Raúl Figueroa, quien asegura que su cartera está trabajando junto al Ministerio de Salud y especialistas en un retorno a clases “en la medida en que las condiciones sanitarias lo permitan” como ya se ha hecho en Isla de Pascua, Juan Fernandez y Río Ibáñez.

Hay criterios fundamentales, insiste el secretario de Estado. Además de seguridad, menciona la flexibilidad porque -cuando se pueda- el retorno será flexible, en forma gradual y con amplias alternativas para que los establecimientos educacionales y comunidad educativa se organicen y los apoderados de manera voluntaria envíen a sus hijos a clases.

Como tercer aspecto, señala la necesidad de disminuir las brechas y desigualdades que genera la educación a distancia y el beneficio socioemocional de los menores de volver al colegio y compartir con sus profesores y compañeros.

Raúl Figueroa, ministro de Educación.

Humberto Soriano, pediatra, presidente de la Asociación Médica para la Prevención y profesor de la Escuela de Medicina de la UC, explica que el “retorno a clases presenciales tiene que ser consensuado con todos los grupos”, que como pediatras están trabajando junto a otros especialista médicos y autoridades de Salud y Educación para que esta vuelta sea gradual y de acuerdo al numero de contagios de la zona.

“Así y todo, son decisiones difíciles porque el virus es impredecible, todavía estamos aprendiendo la mejor manera de defendernos y sabemos que hay segundos brotes. Es un problema complejo, tenemos que unirnos todos, para buscar la mejor solución posible”.

Isla de Pascua es una de la zonas del país en la que se iniciaron las clases presenciales.

¿Chile con más casos que otros países?

Christian García médico doctorado en Salud Pública y académico de la U. de Santiago, plantea que en Chile hay más casos de Covid-19 en niños que en otros países.

En Estados Unidos, con una población de 328 millones de habitantes, registra un poco más de 3 millones 300 mil casos y 135 mil fallecidos. De ellos, y considerando solo hasta el 4 de julio, registran 30 menores de 14 años fallecidos y 114 mil contagiados, es decir, poco más del 3% del total de contagiados.

El riesgo en los niños es más bajo. El virus sigue siendo de mayor riesgo en los adultos mayores, pero las cifras nacionales pueden ser un reflejo de que no se ha contenido bien la enfermedad. También hay que considerar que otros países tienen una estructura poblacional distinta a la nuestra”, señala García.

Pese a estas cifras, Soriano dice que los casos en niños son menos que en la población general, pese a que ellos representan el 40% de la población del país. “Son 26 mil contagiados entre 320 mil casos , representan el 8%. La probabilidad de que un niño se contagie es mucho menor. En Chile, por cada niño que muere, han fallecido 300 adultos. Es terrible que esto ocurra, pero el mensaje es de consuelo. En este momento hay lugares en cuidado intensivo para los niños y sabemos que si llegan a contagiarse y a enfermar gravemente, la probabilidad de que mueran es mucho más baja”, dice.

Según Urquidi, “hoy se está poniendo un poco más de atención en ellos y aparentemente, tenemos mas casos que otros países y probablemente se deba a que en Chile se pesquisa más y a que este segmento representa un grupo grande de la población total”.

Juan Pablo Torres, infectólogo pediatra de Clínica Las Condes, advierte que la comparación entre países no es fácil ya que varían los métodos diagnósticos, la cantidad de testeos y hasta la forma en la que se registra. “De lo que sabemos, en Estados unidos, en menores de 18 los contagiados son el 3% del total de población contagiada; en Argentina puede subir a 10-12% pero ellos están saliendo a detectar a barrios y sectores vulnerables. Nosotros tenemos entre un 6 y un 8% en niños y eso es parecido a lo que pasa en Colombia, Panamá, Costa Rica”.

Lo que sí le llama la atención a este infectólogo es el numero de menores fallecidos en Chile. “No hemos podido tener el detalle de estas muertes para saber si tenían algún tipo de patología previa. Sin tener los datos completos, desde el punto de vista científico, no se pueden sacar conclusiones”.

Foto: Juan Farías

90 niños han sufrido síndrome inflamatorio

Torres, es uno de los encargados de actualizar las cifras de PIMS que sus colegas detectan en 25 centros a lo largo del país. Al 28 de junio registraban 42 casos de esta enfermedad, los que subieron a 67 el pasado 5 de julio y sumaron 23 casos esta última semana hasta completar 90 casos en Chile.

“No es una cifra menor, es llamativa. En Estados Unidos se estima que hay 186 casos según una publicación en una revista. De los casos en Chile, entre el 60 y el 80% termina, en el curso de su hospitalización en la UCI”, dice el infectólogo.

Soriano destaca que los pediatras tienen mucha experiencia en PIMS porque es el mismo proceso que ocurre en el cuerpo con la enfermedad de Kawasaki y en una infección por sepsis- “La buena noticia es que no ha muerto ningún niño por esta causa, nos hemos entrenado, hay normas guías y protocolos respecto de como tratarlo”.

A comienzos de este mes, el Programa Nacional de Salud de la Infancia del Departamento de Ciclo Vital del Ministerio de Salud, en base a recomendaciones de Sociedad Chilena de Infectología, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), presentó un protocolo para la atención del Síndrome Inflamatorio Multisistémico en niños y niñas y adolescente con Sars-CoV-2

Apoderados y profesores

Jéssica es madre de cuatro menores en edad escolar y señala que pese a lo que digan las autoridades, ella no enviará a sus hijos al colegios hasta que, probablemente, salga una vacuna o algo que pueda prevenir el contagio. “Yo creo que no es factible volver al colegio. Todos los días aparecen nuevas situaciones que muestran que se pueden complicar. No sabemos tampoco los alcances de la enfermedad. Los colegios tampoco tienen las condiciones para que puedan tener distanciamiento, menos entre los niños de básica. Para los profesores y los niños es difícil, triste y doloroso no poder acercarse a sus compañeros”.

De la misma idea es Francisca Varas, profesora de un colegio particular de Santiago. “Cada vez que pienso en cómo sería volver a clases, se me vienen a la cabeza muchas imágenes, mis alumnos sentados banco por medio, haciendo clases con la mitad del curso, todos con mascarillas y sin contacto. Luego pienso en el recreo y veo a los niños y niñas corriendo, sacándose la mascarillas, volviendo todos sudados a clases y sin mascarillas, mientras yo me veo estresada echando jabón gel y desinfectando por todas partes”.

Según ella, es imposible volver a clases. “Sería un riesgo innecesario para toda la comunidad, sin la vacuna no se puede”, insiste.

Varas ha sido testigo del temor de alumnos, profesores y apoderados: “en nuestras reuniones meet, visualizo la inseguridad que sentirían permanentemente al verse expuestos a situaciones que les generen riesgos y por otro lado muchas familias no enviarían a sus hijos al colegio”.

María José Ramos, profesora de enseñanza básica, cree que volver a clases es “mucho desgaste emocional de toda la comunidad educativa”, todos tendrán miedo a contagiarse, a portar el virus, no contagiar a sus familiares y, por sobretodo, “a no ejercer la labor de humanizar desde la sala de clases” porque " sin aprendizaje no hay emoción”.

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