Finaliza la primavera marcando el término de la megasequía y anotando varios récords climáticos

Las lluvias caídas durante la primavera meteorológica, que abarca septiembre, octubre y noviembre, permitieron que estadísticamente se diera por terminada la megasequía que asoló la zona central por 14 años.


Las intensas lluvias que caracterizaron los últimos meses a gran parte del país, podría significar el fin estadístico de la megasequía, fenómeno que afectaba a Santiago y la zona central desde hace largos 14 años (desde 2009).

En las últimas temporadas Chile se había acostumbrado a tener un final de primavera calurosa, sin lluvia y con temperaturas de verano. Sin embargo, en 2023 eso cambió en cierta medida, marcando el fin de la primavera meteorológica, que es la usada por los meteorólogos y climatólogos y que va desde el 1 de septiembre al 30 de noviembre, distinta a la astronómica, que culmina el 21 de diciembre.

Finaliza la primavera meteorológica con el término de la megasequía y varios récords

El último mes de la primavera se convirtió en el más lluvioso de los últimos 13 años con 28,4 mm de agua caída, aunque aún lejos de 2010, que alcanzó 37 mm de lluvia. En 2021, 2020, 2019, 2018, 2017 y 2016 no llovió. El récord histórico absoluto de precipitaciones para noviembre es de 1978 con 82 mm, seguido por 2004 con 59 mm.

Además, noviembre de 2023 es el séptimo noviembre más lluvioso registrado en la capital en los últimos 70 años y la primavera meteorológica que acaba de finalizar entró en el top 5 de primaveras más lluviosas registradas en la capital desde 1950. Además, es la con más precipitaciones desde el año 2000, es decir, la con más agua caída en 23 años.

Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, dice que “los últimos seis meses en la zona central (entre la Región de Valparaíso y la Región de Ñuble) han sido los mas lluviosos desde 1997, es decir, en largos 25 años”.

Noviembre de 2023 fue un mes atípico, marcando el fin de la primavera meteorológica.

Las precipitaciones del último semestre fueron suficientes para asegurar que, entre la Región de Valparaíso y la Región de Ñuble, el año cierre con un pequeño superávit de precipitaciones por primera vez desde 2008.

En Santiago, el año anota 310,7 mm de agua caída, muy cerca del anterior récord de 2008, cuando la capital registró 350,8 mm de agua caída. “Las precipitaciones de este año por lo tanto, cortan en la zona central la larga racha de más de 14 años de déficit de lluvia, es decir, el período conocido como megasequía”, dice el climatólogo.

“Aunque este 2023 cortó el período 14 años con déficits consecutivos en la zona central, terminando estadísticamente la megasequía, las consecuencias de ésta no han sido superadas, ni lo serán en el corto plazo. Un año de superávit no puede, ni remotamente, compensar los daños provocados por 14 años consecutivos de déficits”, agrega.

La megasequía, estadísticamente hablando, se extendió entre 2008 y 2023.

Por ejemplo, “aunque en algo se recuperaron los niveles en algunos reservorios y embalses, los niveles están lejos de ser los normales. Lo mismo sucede con los niveles de los acuíferos”, indica Cordero.

Finaliza la primavera meteorológica: influencia de El Niño

La temperatura superficial en el Pacifico, en la zona 3.4, se encuentra en los valores más altos desde 2016 y en la zona 1+2 (la más relevante para Chile), alcanzó hace pocos meses los más altos desde 1998.

“Estas anomalías en la temperatura del Pacifico favorecen las lluvias en Chile central, como hemos podido atestiguar en el último semestre”, explica Cordero.

En la zona 1+2 se ha registrado uno de los "fenómenos de El Niño" más intensos jamás registrados.

El climatólogo señala que los constantes eventos de precipitaciones este año, han estado muy probablemente favorecidas por el fenómeno de El Niño. “Este calentamiento anómalo en la temperatura superficial del Pacífico tropical oriental, ayuda la presencia de lluvias en Chile. Las precipitaciones registradas en Santiago este año son muy similares a las que se evidenciaron en la capital en 2017, cuando se registró por última vez El Niño intenso en la zona 1+2″.

“El Niño es un calentamiento anómalo del mar, frente a las costas de Ecuador y Perú. Aunque El Niño ocurra a miles de kilómetros, sus efectos se sienten en Chile y en todo el mundo”, aclara.

Teniendo en cuenta que el fenómeno de El Niño contribuyó a los superávits de este año, “lo más probable es que los déficit de precipitaciones posiblemente volverán en el futuro. Desafortunadamente, los efectos del cambio climático en la zona central son la pérdida de precipitaciones. Por lo tanto, lo más probable es que las sequías y los déficit de precipitaciones vuelvan tan pronto como El Niño remita”, indica.

Finaliza la primavera meteorológica con el año más lluvioso en 15 años

Ha sido un año extraño en materia climatológica y meteorológica, de eso no hay dudas. A lo descrito durante noviembre, se suma lo sucedido recientemente en octubre, que también se comportó de manera poco habitual, con jornadas de precipitaciones y días fríos.

El décimo mes del año finalizó como uno de los “octubre” más fríos de los últimos años. La temperatura máxima promedio en Santiago fue de 21,8°C, es decir, medio grado bajo la máxima típica para el décimo mes del año, que es 22,3°C, lo que lo posicionó como el más frío desde 2015 (hace ocho años), aunque aún lejos del récord absoluto de octubre de 1953, de 18,1°C.

Cordero establece que no es una coincidencia que octubre haya sido en la zona central relativamente frío. “En la última década los tres meses de octubre más fríos registrados en la capital fueron todos años del fenómeno de El Niño: 2015, 2017, y 2023. Aunque, a pesar de la baja en la temperatura registrada en la zona central en los últimos dos meses, este 2023 se mantiene en el podio de años más cálidos jamás registrados en la capital (entre el 1 de enero y el 30 de octubre), solo por detrás de 2020 y 2016″.

Aunque de todas formas, cerró en la capital con precipitaciones por debajo de valores típicos. “Durante octubre de 2023, las lluvias en Santiago no superan los 5 mm, lejos de los 12 mm considerados típicos. Además, Santiago completó seis años consecutivos con precipitaciones bajo valores típicos en este mes, la última vez que tuvimos un octubre considerado lluvioso en la capital fue en 2017″, añade Cordero.

“De cualquier manera, las precipitaciones de los últimos días del décimo mes del año, fueron suficientes para mantener las lluvias acumuladas hasta la fecha en lo que va corrido del año, muy cerca de valores típicos. Es la primera vez desde que comenzó la larga e intensa sequía que afecta la zona central en 2008, que Santiago llega al último bimestre del año sin déficit de precipitaciones”, sostiene el climatólogo.

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