¿La leche provoca cáncer o engorda? Científicos lanzan libro que derriba 10 mitos sobre el consumo de productos lácteos

leche vaso pixa

Lácteos: Nutrición y Salud es un texto realizado por 54 investigadores de Chile, México y Colombia encabezados por el académico de la U. de Chile, Rodrigo Valenzuela, que recoge el análisis de más de 1.500 investigaciones desmitificando una serie de creencias erróneas sobre el consumo de leche.


En un mundo con smartphones y ultra conectados, sobre todo en pandemia, se multiplicó el cuestionamiento a prácticamente todo lo establecido. Día a día nos alimentamos y nos preocupamos de revisar hábitos y buscar información. Sin embargo, no todas las fuentes tienen respaldo científico y es fácil escuchar un mensaje que se acomode a la realidad de cada uno.

“Dr. Google” lo llaman los médicos. Poco a poco los especialistas dejaron de ser quienes podían orientar bien frente a lo que sí es correcto en algunas personas o cuándo consumirlo o no. Y, sobre todo en los jóvenes, el interés por proteger a los animales, se extendió y la proteína animal está en la mira.

El investigador y académico de la Universidad de Chile, Dr. Rodrigo Valenzuela explica que en el debate ha sobrado pasión y ha faltado conocimiento. “Una alimentación equilibrada es a lo que debemos propender. Aquí no sobra ni falta ningún alimento. Sin embargo, desde la ciencia, nos preocupa que muchos no especialistas toman posiciones sin el respaldo científico ni investigación y han demonizado el consumo de productos de origen animal como la leche y la carne. La población se desinforma y se está perdiendo una oportunidad de tener una vida saludable y un mejor envejecimiento a través de su consumo”, comenta.

“Consumimos leche desde hace más de 13 mil años, nos ayudó al crecimiento evolutivo y al desarrollo cerebral. No seríamos el ser humano que hoy somos si no fuera gracias a la leche”, resume.

“Existe falta de información y desorientación, por lo que responsablemente nos hemos propuesto contribuir a entregar lo que dice la ciencia. Por ejemplo, nos preocupa que hay quienes dicen que sus hijos tienen alergia a la proteína de leche de vaca. Vemos que está sobrediagnosticada y muchas personas se autodiagnostican sin exámenes. Cuando hay alergias alimentarias, las hay a muchos otros alimentos como la soya, maní y la primera en desaparecer es la alergia a la proteína de la leche de vaca”.

Por ello, el investigador decidió emprender una tarea junto a un equipo integrado por 54 especialistas chilenos, mexicanos y colombianos, quienes revisaron más de 1.500 trabajos científicos que abordan el consumo de lácteos desde una perspectiva de sus aportes en cada etapa de la vida humana. El resultado fue el texto Lácteos: Nutrición y Salud, obra que recorre temas como los aportes en salud cardiovascular, en envejecimiento saludable, en mejoramiento de la calidad de vida. Lo hace desde la ciencia, sin prejuicios ni grandes slogans.

LOS MITOS

“Circulan muchas falsas certezas –agrega- por lo que este libro entrega información a nutricionistas y especialistas de la salud, junto a estudiantes, sobre lo que efectivamente aporta el consumo de lácteos y las pruebas contundentes que se han obtenido”

MITO 1

“La leche engorda, aunque sea descremada”.

“Está comprobado que la grasa láctea provoca un efecto de saciedad y que, sobre todo en la leche entera, ayuda al control de la obesidad”, dice el libro.

MITO 2

“Los lácteos provocan cáncer”.

“Los lácteos fermentados (especialmente yogur) efectivamente reducen el riesgo de cáncer colorrectal, como también producen un efecto neutro a protector en el cáncer de vejiga y de mama”, señala la investigación.

MITO 3

“Consumir lácteos baja las defensas de las personas”

“Los productos lácteos a través de su riqueza en nutrientes pueden apoyar un sistema inmunológico saludable. Estos múltiples nutrientes que se encuentran en la leche y los lácteos son importantes para una óptima función inmune. Lo anterior, que se denomina “matriz láctea”, incluye proteína de alta calidad, vitamina A, zinc, selenio, Vitamina B12 y Vitamina D (presente en leches fortificadas)”.

MITO 4

“Somos la única especie que sigue tomando leche después del destete”. “Es verdad, pues somos los únicos animales que tenemos la inteligencia y habilidad para domesticar otros animales y plantas, lo que sucedió desde el nacimiento de la agricultura, pero también es aplicable a otros alimentos y formas de consumirlos. Sin embargo, lo importante es que es un alimento que contribuye a nuestra salud, forma parte de nuestra evolución y posee atributos que lo hacen irremplazable”.

MITO 5

“El aporte del calcio de los lácteos no es tan relevante”

“El consumo de lácteos durante el embarazo contribuye a una mejor disponibilidad de calcio y densidad mineral ósea tanto para la embarazada como para el desarrollo fetal”.

MITO 6

“Puedo obtener los nutrientes de cualquier otra fuente sin necesidad de los lácteos”

“Es un error: la leche no solo contiene nutrientes, si no que además los podemos absorber y utilizar en nuestro organismo. Esa biodisponibilidad es la que la diferencia de otros alimentos como los jugos vegetales y hace que sean mucho mejor aprovechables”.

MITO 7

“Los adultos mayores no pueden consumir lácteos”

“En la adultez, la mantención de la masa muscular requiere proteína de alta calidad, la cual obtiene desde los lácteos. La biodisponibilidad del calcio para protegerlos de la osteoporosis es mucho más alta que la de otros alimentos.

MITO 8

“Consumir queso provoca problemas al corazón”

“Está comprobado que es al contrario. El queso genera una protección cardiovascular importante y puede ser incluido en la alimentación de las personas”.

MITO 9

“La leche no me ayuda a la masa muscular”

“Desde los 40 años, el ser humano comienza a perder masa muscular. La proteína láctea es una manera de acceder a recuperarla y evitar la sarcopenia”.

MITO 10

“No puedo tomar leche porque tengo intolerancia a la lactosa”

“Por muchos años, efectivamente no era posible. La industria y la ciencia tomaron el desafío y hoy es posible encontrar una oferta amplia de lácteos sin lactosa como leche, yogur y queso, por lo que no les faltará en su alimentación”.

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