Succession: así se armó un capítulo que pasará a la historia de la TV

Fotos: HBO

En La Boda de Connor, el tercer episodio de su cuarta y última temporada, la serie de HBO alcanzó nuevas cotas de grandeza optando por un giro brutal cuando aún queda más de la mitad del ciclo final. Según las palabras de Jesse Armstrong, su creador, nunca imaginó un vuelco diferente para la trama de la familia Roy. Ojo: con spoilers, aquí revisamos su trastienda.


Durante los últimos cinco años, la pluma de Jesse Armstrong, el hombre detrás de Succession, ha permitido indagar en los ángulos de Kendall (Jeremy Strong), Shiv (Sarah Snook) y Roman Roy (Kieran Culkin). A lo largo de ese recorrido si hay algo que ha quedado claro es que, con mayor o menor ambición, enemistados o unidos en una alianza, los tres están definidos por la sombra que ejerce sobre ellos su octogenario padre, Logan Roy (Brian Cox), el creador y dueño de una de las corporaciones de medios más poderosas del mundo.

Tras la emisión de 31 capítulos, el asunto experimentó un vuelco explosivo en La boda de Connor, el episodio estrenado en HBO y HBO Max la noche de este domingo (spoilers a continuación).

Familiares y amigos se dirigen al matrimonio de Willa (Justine Lupe) y Connor (Alan Ruck), el primogénito del magnate y el único que siempre ha estado excluido de la lucha de poder que se libra en el corazón de Waystar RoyCo.

Quien toma una ruta diferente es el propio Logan. Tras el último movimiento de Kendall, Shiv y Roman, decide viajar a Suecia para conversar personalmente con Lukas Matsson (Alexander Skarsgård), el empresario con el que está a punto de cerrar un trato para que compre la mayor parte de su compañía. Antes de tomar ese vuelo, le encarga a Roman que despida a Gerri (J. Smith-Cameron) y anuncia una “limpieza” entre algunos de sus colaboradores más cercanos.

A mitad de la boda, celebrada en un yate en Nueva York, Roman recibe un llamado de Tom (Matthew Macfadyen). “Tu papá está muy enfermo. Está muy, muy mal”, le dice, iniciando una tensa comunicación telefónica en la que se sumará Kendall y luego Shiv. Les informan que su progenitor parece no tener signos vítales, pero que continúa recibiendo compresiones torácicas mientras el avión regresa a territorio estadounidense. Minutos más tarde, y luego de minutos de desconcierto, se torna una realidad que Logan Roy ha muerto. La figura central de la ficción ha fallecido y, gracias a una ejecución magistral, la serie se ha adueñado de un espacio en la historia de la televisión.

Según Armstrong explicó en el podcast oficial de la producción, el guión del cuarto y último ciclo siempre contempló el deceso del propietario de Waystar. “Una vez que decidimos que esta sería la temporada final, esta decisión apareció pronto”, afirmó. Nunca hubo un cierre de Succession en que Logan sobreviviera, ¿pero por qué hacerlo cuando restan siete capítulos para decir adiós?

El creador se inclinó por incrementar el efecto sorpresa y desechar la (tentadora) idea de coronar la serie con su muerte. Su fallecimiento en todo momento fue una posibilidad, debido a que el drama comienza con el personaje sufriendo un derrame cerebral y más adelante atravesó otros instantes en que su salud se mostró debilitada. Pero nadie sospechaba que podría ocurrir cuando aún queda más de medio ciclo por delante.

No fue el único argumento a favor de ese movimiento en la trama. “Somos golpeados por eventos inesperados. Entonces, ¿cómo tomas la decisión autoral de hacer que algo suceda?”, señaló el showrunner a The New Yorker, para luego realizar un guiño a un momento de la primera temporada.

Una vez tuvimos a un terapeuta que se lanzó a una piscina y se rompió los dientes; eso es algo inusual que no tenía que suceder. Y, en el caso más extremo, a veces la gente muere, y es una decisión cuándo eso sucederá”. Su único motivo de arrepentimiento, reconoció, fue “el sentimiento ligeramente personal de que él (Brian Cox) no estaría allí a lo largo todo el viaje”.

El actor detrás del patriarca se enteró del desenlace de su papel antes de comenzar el rodaje del último ciclo. Le sorprendió que su fallecimiento se produjera en el capítulo tres y no durante la segunda fracción de la temporada, pero pronto se amigó con la decisión.

El público (de Succession) podría estar furioso; podría extrañar a Logan y decir: ‘Oh, ¿qué estás haciendo al matar a uno de los personajes más interesantes?’ Pero, para mí, está bien”, indicó a The New York Times.

En el podcast de la ficción, reveló una particularidad del ciclo final que le ayudó a digerir de mejor manera el vuelco. “Cada episodio es un día, que es algo que no habíamos hecho antes en la serie. Entonces, él muere en el día tres. Yo estaba bien con eso”, sostuvo.

Aunque una porción importante del capítulo transcurre en el avión privado, Cox no grabó los tensos momentos en que el padre de los Roy está desplomado en el suelo del jet y se le ve parte del rostro y torso (un doble hizo el trabajo). De hecho, su última escena fue junto a Matthew Macfadyen (Tom) y Dagmara Domińczyk (Karolina) a punto de subirse a la nave, cuando adelanta importantes cambios en su compañía. “Limpieza de puestos, reenfoque estratégico. Un poco más de jodida agresividad”, expresa antes de tomar el vuelo del que no retornará con vida.

En tanto, en la boda sus hijos intentan navegar a través del impacto y la confusión de la noticia. Todos, salvo Connor, tienen algunos minutos al teléfono para dedicarle sus últimas palabras a un papá que no saben si los puede escuchar, y luego deben resolver los pasos a seguir como sus herederos y como miembros de Waystar RoyCo.

Bajo la dirección de Mark Mylod, los actores filmaron durante tres jornadas y en la última el realizador les pidió que completaran una toma ininterrumpida de 30 minutos, desde que Connor les transmite que todavía espera por la aparición de su progenitor, hasta que suben a la cabina mientras asimilan la pérdida. El objetivo consistía en capturar el caos y dolor de los retoños en tiempo real, una de las particularidades que agigante los atributos del episodio.

Sarah Snook decodificó el simbolismo de las circunstancias de su fallecimiento. “El genio de Jesse (Armstrong) señala que, incluso muerto, Logan es inalcanzable. Es inaccesible, es intocable, aún está a distancia de los hermanos. Hay una cualidad irreal en ello, porque no estamos allí y realmente no podemos hablar con él”, planteó a Rolling Stone.

Ahora, con siete capítulos por delante, prácticamente cualquiera de los potenciales candidatos podría tomar el mando al frente de la empresa, ya sea de su propia familia o figuras externas.

Aunque, según ha asegurado, ignora los detalles de la conclusión, Brian Cox se atrevió a imaginar qué viene para la serie. “Cambian las apuestas. El personaje principal se ha ido. Y los niños tienen que lidiar con eso, o no. Creo que la semana que viene va a ser difícil para gran parte del público porque van a extrañar a Logan. Y no creo que eso sea algo malo, creo que en realidad es algo bastante bueno”, expuso a The New York Times. En otra entrevista el intérprete deslizó sus ideas sobre la sucesión: “Mi sospecha es que no serán los niños. Creo que serán bloqueados”.

Jesse Armstrong, por su parte, se limitó a sugerir que “como verás en episodios posteriores, su presencia (Logan) se siente a lo largo de la temporada”.

El cuarto capítulo se estrenará el próximo domingo 16 a las 21:00 en HBO y HBO Max.

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