Un cumpleaños amargo y un reencuentro desolador: así comenzó la última temporada de Succession

Fotos: HBO

La celebrada serie de HBO inauguró su ciclo final con un episodio en que se volvieron a medir las fuerzas de Logan y sus tres hijos menores, deteniéndose en la soledad del patriarca y la fractura entre Shiv y Tom. Con spoilers, aquí una revisión por los momentos que marcaron la primera parte del final.


El camino de los Roy llega a su fin. Luego de librar peleas feroces y buscar diversas maneras para dañarse los unos a los otros durante tres temporadas, la familia dueña de Waystar RoyCo concluye su historia con el estreno del cuarto ciclo de Succession.

Este domingo llegó a HBO y HBO Max el primero de diez capítulos que darán cierre a la trama que debutó en 2018. Titulado The munsters, no sólo se adentró en cómo se reordenan los bandos después del explosivo final de la tercera temporada, sino que de inmediato planteó un áspero enfrentamiento entre Logan (Brian Cox) y sus tres hijos menores. Un gallito irresistible que permitió atestiguar el estado de las fracturas, dolores y motivaciones de los protagonistas antes de la recta final.

Con spoilers, aquí revisamos los momentos que marcaron el episodio:

*¿Los Cien o los Pierce?

Meses después de sufrir una dolorosa derrota frente a su papá, Kendall (Jeremy Strong), Shiv (Sarah Snook) y Roman (Kieran Culkin) tienen un nuevo proyecto en conjunto: Los Cien, una iniciativa que busca ponerse a la vanguardia de la industria como una plataforma en que la información es entregada por los principales referentes en las diferentes áreas de cobertura. Autodenominados “Roy de nueva generación”, se han reunido con financistas, han viajado por Estados Unidos y el mundo, y están en un momento de definiciones clave.

Hasta que de golpe deciden echar abajo el plan. Gracias a un (incómodo) llamado de Tom (Matthew Macfadyen) a Shiv, se enteran de que Logan está a punto de cerrar un trato con los Pierce, eternos rivales a los que siempre ha deseado aniquilar. Sedientos de revancha, los hermanos (sobre todo Kendall y Shiv) apuestan por arruinar la negociación del patriarca, proponiendo una oferta que no podrá ser igualada. Se quedan con un triunfo, pero sobre todo entregan la enésima prueba de que no pueden –ni en el fondo quieren– apartarse de la alargada sombra de su padre.

*El debut de los “hermanos desagradables”

Al final del tercer ciclo el singular lazo entre Tom y Greg (Nicholas Braun) se terminó de consolidar. Con los tres hermanos enfrentados a su papá –y a las puertas de emitir sus cartas de renuncia–, el esposo de Shiv y el sobrino nieto de Logan son los únicos familiares que aún flanquean al magnate en Waystar RoyCo.

Ambos le generan algún tipo de beneficio: Tom parece ser un canal de comunicación fundamental para seguir ejerciendo control sobre sus tres hijos rebeldes, y Greg es una figura impredecible que le conviene tener de su lado, básicamente porque no le demanda demasiado. Parecen tiempos dorados para la dupla, que se hace llamar los “hermanos desagradables” y, según sabemos mediante Shiv, hacen de las suyas durante las noches de Nueva York. Sin embargo, ahora que contempla una vida fuera del matrimonio, Tom parece algo menos cómodo que antes con el vínculo que lo une con el primo del clan.

*Preguntas existenciales en un cumpleaños amargo

Logan detesta las celebraciones. Las odiaba al comienzo de la serie –que arranca con su cumpleaños número 80– y las sigue odiando en la cuarta y última temporada. El asunto se agudiza en el capítulo más reciente, en que llama a sus alegres invitados “The Munsters” y no duda en abandonar momentáneamente su departamento para cenar afuera.

El papá del clan se dirige a un restaurante junto a Colin (Scott Nicholson), su jefe de seguridad, e inicia una incómoda conversación. “¿Qué son las personas?”, la pregunta a su empleado, a quien –sin una gota de sarcasmo– llama su “mejor amigo”. Sin realmente interesarse en la persona que tiene en frente, expone su mirada sobre la mortalidad y califica a los individuos como meras “unidades económicas”. Es la versión más desencantada y vulnerable de un hombre todopoderoso que se resiste al declive.

*El primer contacto con el padre

Sin que Logan lo sugiera, Kerry (Zoe Winters) –su asistente y posiblemente su amante– contacta a los hijos del magnate. El fin es deslizarles que sería un buen gesto que lo saludaran por su cumpleaños, pero los retoños se resisten a cualquier intercambio antes de que su padre emita una disculpa a raíz de la humillación que les propinó en el desenlace de la tercera temporada.

El patriarca los llama “ratas” y arremete en contra de ellos en su siguiente acercamiento, cuando están en medio de una batalla de ofertas por quedarse con la propiedad de Pierce Global Media, el conglomerado encabezado por Nan Pierce (Cherry Jones). Luego, aceptando su derrota en ese round, Logan toma la palabra y, ofuscado, los felicita “por decir el número más grande”.

*El desolador reencuentro de Shiv y Tom

La cuarta temporada se hace cargo del final de la tercera planteando que Tom y Shiv están separados y cerca de iniciar los trámites de divorcio. Luego de intercambiar llamadas –mezcla de negocios y cuentas pendientes–, se reencuentran en el departamento de Nueva York que ambos compartían hasta que la traición de él hizo estallar su proyecto como pareja.

Aunque esa fue la gota que rebalsó el vaso en una relación plagada de grietas, evitan hablar tanto del hecho que gatilló su distanciamiento como de los otros episodios que dañaron su vida en común. “¿De verdad quieres entrar en un recuento completo de todo el dolor en nuestro matrimonio, Shiv?”, le pregunta Tom. Al final, terminan recostados en la cama y con las manos entrelazadas, en una imagen destinada a encumbrarse como una de las más desoladoras de toda la serie.

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