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La historia de Los Pasajeros de Julio Zegers: un bálsamo en el Festival de Viña más convulso de todos los tiempos

El fallecido cantautor hizo historia al ganar dos veces la Gaviota de Plata en la competencia internacional de Viña. La segunda fue en la tensa edición 1973, con Los Pasajeros, una canción distinta y en la que se tuvo que jugar para presentarla con músicos de apoyo y su propio director de orquesta. El mismo artista -que murió este fin de semana- recordó la historia para Culto.

La historia de Los Pasajeros de Julio Zegers: un bálsamo en el Festival de Viña más convulso de todos los tiempos FOTO ARCHIVO HISTORICO / CEDOC COPESA

Fue una tarde de 1972, bajo el sol de Nápoles, cuando Julio Zegers tomó la guitarra, para rematar una canción que le venía rondando. Un tema que había comenzado durante una estadía en Brasil, que mantuvo en barbecho mientras cruzaba el Atlántico y acabó en la costa italiana. La tituló Los Pasajeros.

Zegers, como se estilaba en la época, había salido de Chile para recorrer el mundo. Por ello es que el mismo tópico del viaje le permitió comenzar a trazar una idea. “Hoy, que la pradera va cambiando de color, que una silueta se despierta bajo el sol, que va o que viene o se detiene, qué se yo”, escribió en las primeras líneas. Como recreando su propia experiencia.

Fallecido el domingo 21 de diciembre a los 81 años, Zegers fue un cantautor influenciado por Bob Dylan, Jacques Brel y Joan Manuel Serrat. De allí a que se propuso hacer de la canción una suerte de carta para Chile. Una manera de marcar presencia mientras no estaba. Por ello, es que en esos días napolitanos decidió enviar Los Pasajeros para la competencia internacional del Festival de Viña.

Julio Zegers FOTO ARCHIVO HISTORICO / CEDOC COPESA

“En realidad no conocí nada de Nápoles, porque tenía que terminar la canción -recordó el mismo cantautor en charla con este medio-. Yo decía, ‘voy a volver a Chile, y nadie se va a acordar de mí’. Entonces la mandé al festival desde allá. Y no me acordé más hasta que llegué acá. Ahí supe que había quedado”.

Zegers ya había tenido una noche gloriosa en Viña. En 1970, siendo un joven estudiante de arquitectura, ganó la competencia internacional con su Canción a Magdalena, y dos años antes, escribió Para cuando vuelvas, que en la voz de Gloria Simonetti logró el segundo lugar. Por ello, tenía un nombre como un compositor de talento y una fibra de cantautor que comenzaba a trazarse en la época.

Pese a la fibra quieta de Los Pasajeros, el Chile de 1973 era un hervidero. La tensión social y la polarización política eran críticos y como en otros momentos, la contingencia llegó hasta el escenario de la Quinta Vergara desatando la furia de simpatizantes y opositores al gobierno de Salvador Allende.

Le sucedió al neerlandés Tony Ronald, popular gracias a su versión de Help! de The Beatles, quien durante su presentación en Viña, le dedicó unas sentidas palabras al “Monstruo”: “Yo sé que ustedes están en apuros, y por eso he venido a traer un poco de alegría”. Las palabras generaron una sonora rechifla de los partidarios de la UP y Ronald tuvo que comparecer en una rueda de prensa donde aclaró sus dichos y recurrió a una vieja técnica: culpar a la prensa.

Las pifias también sonaron fuertes para el conjunto Los Fortineros, participantes de la competencia folklórica con el tema A la bandera de Chile, con música de Bianchi y letra de Pablo Neruda. Cuando se presentaba la canción, y se hacía mención al poeta, identificado con el gobierno de la Unidad Popular y embajador en Francia, el “Monstruo” bramaba.

Los Fortineros participaron en la competencia folclórica con la canción "A la bandera de Chile". Fueron pifiados. FOTO ARCHIVO HISTORICO / CEDOC COPESA

Asimismo, las pifias atronaron durante la presentación de Quilapayún. El conjunto de las “tres barbas” se presentó el domingo 4 de febrero, en un ambiente caldeado, con manifestaciones a favor y en contra, en una Quinta Vergara absolutamente dividida. Los incidentes fueron de gravedad tal, que el festival se suspendió el lunes 5.

Mientras, en su habitación en el Hotel O’Higgins, Julio Zegers aprovechaba los días para afinar su presentación en Viña. Estaba al tanto de lo que sucedía y el ambiente difícil que cruzaba el evento. “La cosa estaba muy complicada, las pifias a unos, las pifias a los otros, por todo lo que estaba pasando”, recordó.

Por entonces, los participantes de las competencias interpretaban con el acompañamiento de la orquesta de Horacio Saavedra. Pero Zegers quiso hacerlo a su modo. “Normalmente la gente cantaba solo con la orquesta, y yo no me hallaba mucho con eso. Entonces incorporamos al guitarrista que me acompañó después muchos años, Pablo Astaburuaga; el Santa Salas, que tocaba percusión, y un trío de amigos que ponía todo el color con las voces. Entonces hicimos una cosa que en el fondo fue distinta”.

Julio Zegers en el Festival de Viña 1973 FOTO ARCHIVO HISTORICO / CEDOC COPESA

Además, Zegers convocó al pianista Matías Pizarro, quien dirigió la orquesta especialmente para la ocasión. Lo que le valió otro encontrón con la organización del Festival. “Matías no tenía experiencia en dirigir, era intérprete -recordó el artista- y verdaderamente nos tuvimos que jugar el todo por el todo para que dirigiera él. Pero sus arreglos fueron geniales”.

De esa forma, el músico junto a su banda de apoyo subió a la Quinta Vergara, primero para ganar su nominación como representante de Chile en la fase internacional. Luego pasó a competir junto a los representantes de Argentina, Francia, Grecia, Inglaterra, Italia, Japón, Sri Lanka, Surinam y Venezuela.

Fue a pocas horas de iniciarse la jornada final, en que el compositor supo de su triunfo. La revista Ritmo se atribuyó el mérito de haberle contado la noticia. “Cuando le comunicamos el resultado a Julio Zegers, que estaba en el casino de los artistas, no lo creyó. ‘No me hagan bromas...están bromeando...no es cierto’ fue su respuesta”.

Los ganadores de Viña 73, 13 de febrero dfe 1973: Julio Zegers, primer lugar; a su izquierda el francés Romuald,, segundo lugar; a la derecha, Frank Holder de Sri Lanka, tercer lugar. También figura el inglés Tony Stevens, elegido mejor intérprete y el argentino Pablo Danielo, galardonado por mejor arreglo orquestal. FOTO ARCHIVO HISTORICO / CEDOC COPESA CDI - COPESA

“Me avisaron un poco antes que había ganado, pero yo decía ‘esto se gana cuando lo anuncian en el escenario’, y me quedé callado. No le conté ni a mi familia, ni a los músicos, ni a nadie”, recordó.

En una Quinta Vergara repleta hasta los cerros, según aseguran las crónicas de la época (en algunos medios estiman una asistencia de 25.000 personas), Zegers levantó la Gaviota de Plata en una ceremonia “fría e improvisada”, según detalló Ritmo. También se aprovechó de entregar los reconocimientos de la competencia folclórica, que había sido suspendida por los incidentes ocurridos noches atrás. Así, hacía historia como el único chileno en ganar dos veces la competencia internacional.

“En ese momento fue simplemente una manera de mostrar mi trabajo -rememoró Zegers-. Durante mucho tiempo fui a las galerías por allá arriba. No me interesaba para nada mandar ni una canción al Festival. pero las cosas se fueron dando y lo tomé como una parte del trabajo nomás, pero con los años me di cuenta de la trascendencia que ha tenido cuando hasta los vendedores en los semáforos tienen tan buenos recuerdos después de tantos años”.

Los Pasajeros hizo historia porque además se impuso en una competencia muy cerrada en que destacó la canción Laisse-moi le temps, la representante de Francia en la voz de Romuald. Solo meses después, en octubre de 1973, la canción fue traducida del francés al inglés por Paul Anka con Sammy Cahn,y fue entregada para que la cantase Frank Sinatra para su álbum Ol’ Blue Eyes Is Back.

"La Voz" firmó una versión espectacular, y fue la introducción de esa versión, con un fraseo diferente a la original, la que se tomó años después como la clásica cortina del Festival, en la era más pretérita del certamen. La canción estuvo 10 semanas en la lista de los “Hot 100″ de Billboard en 1974.

Como sea, para Zegers, reconocido por la SCD como Figura Fundamental de la música chilena, aquellos eran otros tiempos, en que se destacaba una buena canción. “El jurado era maravilloso, no era como hoy que cada canal promociona a la gente que actúa en sus teleseries, y los lleva de jurado -afirmó-. Pero es el jurado que hoy se merecen. Para mí gusto, las canciones de hoy son muy poco atractivas, entonces merecen tener esos jurados. Ojalá aparezca como han aparecido ocasionalmente, gente con canciones interesantes”.

Foto ARCHIVO HISTORICO / CEDOC COPESA

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