Un celular perdido en Concepción: el error de Lugo Machado que delató su escondite junto a otro sospechoso del crimen del suboficial Palma

Peritajes policiales para dar con los autores del crimen del carabinero Daniel Palma.

El OS-9 fue alertado de que el teléfono de Luis Lugo Machado había aparecido en la capital de la Región del Biobío, pues se le había extraviado hace un mes. Al revisar sus archivos lograron reconstruir su red de contactos en Santiago, lo que les permitió seguir sus pasos -por 14 domicilios- tras el homicidio del carabinero. La Fiscalía trabaja, ahora, en la búsqueda de otros dos implicados.


Fue el primer nombre que comenzó a circular como uno de los presuntos involucrados en el crimen del suboficial mayor Daniel Palma Yáñez (33), el mártir número 1.233 de Carabineros. Sus huellas dactilares estaban en el Chevrolet Sonic azul, desde donde se percutaron los disparos que terminaron con la vida del carabinero la noche del 5 de abril, en el centro de Santiago. Su rostro fue difundido ampliamente por la policía, al igual que se identidad, por lo que desde un principio se supo que su caída era inminente.

Luis Lugo Machado (23) apareció en el radar del OS-9 de Carabineros y la Fiscalía Centro Norte logrando establecer, además, que tenía una orden vigente de detención, tras no presentarse a una audiencia de modificación de medidas cautelares en Concepción. En ese caso se le imputaban los delitos de microtráfico de drogas y porte de armas en 2021.

En la policía uniformada creían que este era “el blanco” a seguir para dar con los sospechosos. “Miserables, no traten de esconderse, ya sabemos quiénes son y teman porque los vamos a detener”, advertía el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, quien pidió a sus generales mantenerlo informado permanentemente de cómo avanzaba la investigación, pues el caso se transformó en prioridad para la institución.

Y como los primeros antecedentes que los investigadores tenían de Lugo estaban en Concepción, no fue sorpresa que el mismo jueves 6 de abril -cuando se publicaron las identidades y fotografías de los ”sujetos de interés” en Redes Sociales institucionales y en medios de prensa- ingresara un llamado de alerta, justamente desde la capital de la Región del Biobío.

Ese día, una mujer relató a Carabineros que hace aproximadamente un mes había encontrado un celular perdido. En él habían fotos que coincidían con la persona que -al parecer- estaban buscando, pues cuya imagen era prácticamente viral en los canales de televisión. Con esta información, y la evidencia del celular, se pidieron todos los números de teléfono asociados a Lugo. El dato que esperaban no tardó en llegar: ese teléfono era del sospechoso del crimen del suboficial Palma.

17 celulares intervenidos

El Cibercrimen de Carabineros revisó todos los archivos del celular, lograron rescatar algo que denominan “el circuito de contactos” del investigado, donde se repetían siempre nombres que los llevaban a ciudadanos venezolanos que vivían en Quinta Normal, Santiago Centro y San Bernardo.

Esos contactos también fueron objeto de seguimientos. En total, la policía intervino 17 líneas telefónicas, lo que les permitió escuchar cerca de 200 llamados que los fueron acercando cada vez más a Lugo.

A partir de estos antecedentes se despacharon órdenes de entrada y registro a 14 domicilios hasta llegar a la calle Nueva Imperial, N° 4975, en Quinta Normal. Eran las 3.20 de la madrugada de este lunes y los efectivos del OS-9 “rompieron” la puerta de uno de los dormitorios, donde dormía Ovimarlixion Garcés Briceño (22), también de nacionalidad venezolana y amigo de Lugo.

Fue en la pieza de Garcés que los policías encontraron el pasaporte de Luis Lugo. Los investigadores estaban cada vez más cerca de su objetivo. Sin embargo, Garcés no solo habría entregado antecedentes relevantes para las pesquisas, sino que también tenía un rol relevante en el caso. Carabineros le tomó sus huellas dactilares para identificarlo y en ese minuto saltaría un inesperado “match”: Ovimarlixion también participó de la violenta huida que terminó con la muerte del suboficial Palma, ya que sus rastros dactilares estaban en el sitio del suceso, era un integrante más de la banda.

Minutos después se supo que su verdadero nombre sería Arlixion y que fue expulsado en 2020 tras detectar su ingreso clandestino al país.

Ovimarlixion Garcés y Luis Lugo.

Según los antecedentes que levantó la Fiscalía y el OS-9, dos testigos reconocieron a Garcés como uno de los pasajeros del auto, desde donde salió el disparo que mató al funcionario policial. También se le ve en algunas de las imágenes que rescató la policía desde las cámaras de seguridad de calle San Francisco.

Una hora y media después de la detención de Garcés cayó Lugo, también oculto en un domicilio en Quinta Normal ¿Siempre estuvo ahí? Según relatan fuentes del caso, se fue moviendo por la Región Metropolitana, por distintos domicilios, tiñéndose el pelo de color rojo y también perdiendo peso. Pero, dado que no contaba con una “red de apoyo” importante para escapar, terminó cayendo 79 horas después del homicidio que sacudió a Carabineros.

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