¿Y después del rechazo de Mera para la Suprema? Las apuestas por Adelita Ravanales

La ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago y el ministro Roberto Contreras de la Corte de San Miguel empataron con cinco votos en el Pleno de la Corte Suprema, pero no alcanzaron a entrar en la quina. En el Senado reconocen que ha crecido la presión por nombrar magistradas.


Pasado el trago amargo de haber perdido por un solo voto el nombramiento del ministro Raúl Mera como nuevo integrante de la Corte Suprema, el pleno de la Corte Suprema deberá definir con qué nombre llena la quina de postulantes que eligió marzo. Luego, el presidente Sebastián Piñera determinará quién es su nuevo candidato.

Si bien siguen en competencia los ministros Sergio Mora, Jéssica González, Mario Carroza y María Soledad Melo, en privado el gobierno ha transmitido que lo más probable es que el Presidente Sebastián Piñera elija como candidato al nuevo postulante que vendrá a llenar la quina.

De ahí de que el Senado y en el entorno judicial apuestan porque irrumpa como candidata la ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, Adelita Ravanales (56), quien junto al ministro Roberto Contreras de la Corte de San Miguel, quedaron en sexto lugar de la quina original, con cinco votos en el Pleno de la Suprema.

Según el criterio de equilibrios con que se nombra a los integrantes de la Suprema, corresponde que el reemplazante del ministro Hugo Dolmestch sea alguien de sensibilidad de derecha o conservadora. Por eso -dicen en el Congreso- es improbable que el elegido de La Moneda sea el ministro Contreras.

La ministra Ravanales es vista como una magistrada de sensibilidad de derecha, pero que no genera anticuerpos entre los senadores de oposición. “Lo más probable es que sea ella y la verdad no habría hasta ahora razones para rechazarla”, dice un senador del sector.

Ravanales inició su carrera judicial en agosto de 1990 como secretaria del Juzgado de Letras de San José de la Mariquina. Luego fue relatora de la Corte de Apelaciones de Valdivia, jueza del 19° Juzgado Civil de Santiago y relatora de la Corte Suprema. Desde junio de 2007 es ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago.

La magistrada fue contemporánea en la Universidad Católica de la ministra de la Corte Suprema Angela Vivanco, de la senadora Luz Ebensberger (UDI) y del jefe de la división Judicial del Ministerio de Justicia, Héctor Mery.

En el boletín de marzo de la Asociación de Magistradas Chilenas, Ravanales expuso sus motivaciones para postular a la Corte Suprema. “30 años de servicio en el Poder Judicial, en distintos cargos y territorios jurisdiccionales dan cuenta de una experiencia que permite abordar los desafíos que presenta el cargo; lo que unido a la capacidad de reflexión, análisis, estudio y compromiso desarrollados en esas diversas funciones, la disposición para el trabajo en equipo, la preocupación por el clima laboral, contribuyen a estimar que es posible aportar”, señaló en esa oportunidad.

Presión por una ministra

Con los meses ha crecido la presión porque se nombre a una mujer en la alta magistratura. Actualmente, de los 21 ministros, siete son mujeres y 14 son hombres. Las últimas ministras designadas son Ángela Vivanco (2018) y María Angélica Repetto (2019).

Senadores de la oposición que participaron en el proceso reconocen que la candidata ideal del Ejecutivo era la ministra María Soledad Melo, pero su vínculo familiar con el ministro del Tribunal Constitucional, Nelson Pozo, habría complicado sus posibilidades. En rigor, su nombre sigue en la quina, al igual que el de la ministra Jessica González, quien en 2011 estuvo a cargo de la investigación por abusos contra el expárroco de El Bosque Fernando Karadima.

Ayer en la votación por Mera, la senadora DC Yasna Provoste -única de su comité que votó en contra del magistrado- apuntó a la necesidad de establecer criterios de género en la selección de miembros de la Suprema.

“La equidad de género no solo se juega con una mayor presencia de mujeres al máximo tribunal de justicia. La equidad de género se juega, además, en que en los fallos se tenga presente la perspectiva de género”, dijo.

Carola Rivas, presidenta de la Asociación de Magistradas, refuerza el punto señalando que es necesario visibilizar la brecha de género en el Poder Judicial. “No hay más del 33% de ministras en las Cortes de Apelaciones y en la Corte Suprema. Hay un techo de cristal, por eso el trabajo de paridad en la Corte Suprema es esencial”, asegura.

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