Marcos Barraza (PC): “La derrota en el plebiscito respondió evidentemente a errores propios”

Si pudiera volver el tiempo atrás, Barraza señala que "sería más vehemente para poner freno a todas aquellas acciones que atentaron contra la credibilidad del proceso y que fueron un icono que explotó el Rechazo". Mario Tellez / La Tercera.

Uno de los grandes artífices de la propuesta constitucional rechazada el año pasado mira hacia atrás y dice que la izquierda cometió un “error táctico” al afectar distintos intereses al unísono. Ello, a su juicio, fue ampliando el arco ideológico del Rechazo. Dicho eso, defiende el texto anterior, señalando que no era una Constitución partisana, como la calificó Boric en su cuenta pública, sino que se hacía cargo de demandas planteadas por décadas por los chilenos.


El exconstituyente Marcos Barraza (50) cuenta que la gente lo sigue reconociendo en la calle y en el Metro. “Unos me felicitan y lamentan el triunfo del Rechazo -en el plebiscito del 4 de septiembre- y otros me lanzan algún insulto... Yo sigo caminando (ríe)”, cuenta el sicólogo, miembro de la llamada “generación intermedia” del Partido Comunista y uno de los dirigentes más cercanos al presidente de la colectividad, Guillermo Teillier.

-La senadora Ximena Rincón en su momento habló de “La nueva Constitución de Barraza”. ¿Cuál ha sido el costo de haber sido uno de los principales articuladores del proceso anterior?

-No lo asumo como un costo, sino como parte de ser comunista y profesar convicciones. Lo que movilizó mi actuar fue el haber recogido durante años el testimonio de vida de luchadoras y luchadores sociales, culturales y políticos.

Nieto de obreros salitreros y de padre y madre comunistas, ambos detenidos tras el Golpe de Estado de 1973, Barraza cuenta que el miércoles siguió con atención el inicio del nuevo Consejo Constitucional que deberá presentar al país un nuevo texto.

“Pasó lo que esperaba. A partir de la elección de las autoridades y de sus intervenciones quedó de manifiesto el predominio numérico de la derecha y, particularmente, los republicanos. La presidenta (Beatriz Hevia) hizo un llamado a la unidad y a superar la crisis, lo que me parece correcto, pero también hizo una descalificación a la sociedad en su conjunto, al hablar de una crisis moral hoy en nuestro país. Sería bueno que explicara a qué se refiere y a qué la atribuye”, dice Barraza, quien hace menos de un mes asumió como jefe de gabinete de la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, tema del cual prefiere no mezclar en esta entrevista sobre el anterior y el actual proceso constituyente.

-¿Cómo vislumbra este nuevo proceso?

-Creo que el principal riesgo es que finalmente prevalezcan los fanatismos de extrema derecha.

-En diciembre, tras el nuevo acuerdo, usted dijo que las 12 bases consensuadas por los partidos eran “interpretables” y llamó a los movimientos sociales a ejercer “presión”. ¿Hoy piensa lo mismo?

-En mi opinión, es sano que la ciudadanía presione por mejorar sus demandas, que en nuestro país se han mantenido por mucho tiempo. También sigo creyendo que las 12 bases son interpretables, pero dentro del margen en que se establecen.

-Se ha hablado de la paradoja de que al Presidente Boric y a José Antonio Kast –por distintas razones- les conviene llegar a buen acuerdo.

-Las expectativas del Presidente Boric son esencialmente democráticas y las de Kast son de extrema derecha. No veo que ambas sean conciliables.

“Buscaremos establecer acuerdos, pero no somos ingenuos en ver que hay una mayoría de extrema derecha”

-¿Qué le pareció el apoyo dado por Boric al anteproyecto y su llamado a concretar una nueva Constitución?

-El Presidente es un garante de este nuevo proceso y su deber es enfatizar su buen funcionamiento y la búsqueda de acuerdos (…) Yo creo que la posición política que uno adopte tiene que ser con el texto final.

-¿Esa es la postura del PC?

-Nuestro apoyo o rechazo dependerá de la calidad democrática del texto y pronunciarse a priori no corresponde. Buscaremos establecer acuerdos, pero tampoco somos ingenuos en ver que hay una mayoría de extrema derecha.

-¿La tensión en la izquierda es aprobar o no una Constitución hecha por mayoría republicana? Se caricaturiza con elegir entre la de Kast o quedarse con la de Pinochet.

-Ninguna de las dos es buena para el país. Ambas serían manifestaciones de un neoliberalismo de derecha. Por eso estamos participando con mucho empeño en el debate, especialmente en el carácter del Estado democrático y social de derecho -una de las 12 bases-, que si se desfigurara, la derecha estaría alterando un compromiso que dio origen a este nuevo proceso.

Barraza: "Decir que Chile se organiza como un Estado democrático y social de derecho es bajarle un grado de intensidad al acuerdo inicial". Mario Tellez / La Tercera

-Desde su sector han denunciado que este punto tal como quedó en el borrador no se ajusta a lo acordado.

-Decir que Chile se organiza como un Estado democrático y social de derecho es bajarle un grado de intensidad al acuerdo inicial, que es que Chile es un Estado democrático y social de derecho. El problema no es su organización, sino su esencia. Pero creo que es un punto perfectible.

-Su compañero de partido, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, dijo esta semana que están ante “un problema serio, que es que la mayoría de quienes van a escribir la Constitución no quieren cambiarla”.

-Ese es un dato de la realidad, pero el deber de las fuerzas transformadoras es avanzar no sólo en escenarios amistosos, sino también en los que el adversario es mayoría. Hay que hacer un esfuerzo superior por conectar a la ciudadanía a este proceso.

-¿Qué sintió cuando el Presidente en su cuenta pública criticó el trabajo de la antigua Convención?

-Ha habido mucha evaluación y autoevaluación sobre los errores propios cometidos y las circunstancias que generaron el triunfo del Rechazo. Los comunistas hemos hecho un análisis bien consensuado y esperaría que todas las fuerzas hayan hecho lo mismo.

-A su juicio, ¿cuál fue la principal causa de ese fracaso?

-La derrota en el plebiscito responde evidentemente a errores propios, algunos más espesos que otros. Responde a las conductas rechazadas por la ciudadanía, como las faltas de solemnidades y la conducta de constituyentes como (Rodrigo) Rojas Vade, que fueron explotadas hasta la saciedad comunicacionalmente. Responde a un error táctico que fue haber afectado muchos intereses corporativos al unísono, lo que fue ampliando el arco ideológico del Rechazo y la desafección en vastos sectores de la población. Y también una campaña mediática desigual entre las fuerzas del Apruebo y de las del Rechazo.

-Si pudiera retroceder el tiempo, ¿qué cosas no haría o haría?

-Sería más vehemente para poner freno a todas aquellas acciones que atentaron contra la credibilidad del proceso y que fueron un icono que explotó el Rechazo. Nosotros rechazamos el caso de Rojas Vade, pero podríamos haber sido más vehementes.

El exconstituyentecomunista, señala que las causas de la derrota fueron varias. "Una de ellas, responde a las conductas rechazadas por la ciudadanía, como las faltas de solemnidades". FOTO BASTIÁN CIFUENTES /AGENCIAUNO

-Se habló y escribió mucho de la responsabilidad de los constituyentes de la hoy desaparecida Lista del Pueblo, pero ¿cuál fue la responsabilidad del PC y el Frente Amplio?

-Yo sólo habló por el PC. Nosotros asumimos con plena responsabilidad nuestro trabajo en la ex Convención, viabilizando contenidos que fueron, en lo esencial, coherentes con las reivindicaciones manifestadas por los distintos sectores sociales y políticos por décadas. Y en ese sentido nos hacemos responsables del texto.

“Las grandes derrotas siempre tienen impactos perdurables en el tiempo”

-¿Cree que era una Constitución partisana?, como dijo Boric en su cuenta pública.

-En lo sustantivo, no era una Constitución partisana, era un texto que daba respuesta a muchas urgencias sociales postergadas por décadas. Que el texto podría haber sido mejor, sin duda que sí.

-En el libro El Proceso Fallido (Catalonia), Claudio Fuentes señala que ciertas condiciones hicieron que la Convención “nublara su vista”, impidiendo alcanzar una propuesta que se proyectara en la ciudadanía…

-Desde su inicio, este proceso estuvo marcado por mucha incertidumbre y la derecha explotó muy bien el temor al cambio en el país. El debate constitucional se fue postergando, hubo una pandemia y una crisis económica de por medio y las urgencias sociales de los chilenos se fueron reinterpretando.

-¿Comparte la tesis de que el fracaso de la Convención fue lo que movió el péndulo en la ciudadanía, permitiendo el gran avance de los republicanos?

-Las grandes derrotas siempre tienen impactos perdurables en el tiempo y cambian el eje de la discusión. Eso es una regla general en los procesos sociales. Ahora, en lo sustantivo, lo que está pasando hoy en Chile es que hay una constante valoración negativa del sistema político, a raíz de los resultados que espera la ciudadanía, que tiene una lógica inmediatista. Si la gente no los percibe con rapidez, explora otras fórmulas. Quienes han capitalizado esa insatisfacción es el Partido Republicano. Pero ello no significa que sus propuestas sean soluciones. Creo que el debate social sobre el devenir de Chile aún está abierto.

-Las encuestas indican un distanciamiento de los chilenos con este proceso, ¿cree que se pueda reencantar a la ciudadanía?

-No creo que prevalezca el desencanto permanentemente, aunque tampoco se va a despertar el entusiasmo del proceso anterior. En la medida en que se vayan visibilizando las normas, la ciudadanía se va a ver obligada a adoptar posiciones.

El dirigente del PC afirma que la propuesta anterior "no era una Constitución partisana", como señaló el Presidente Boric en su reciente cuenta pública. FOTO: DEDVI MISSENE

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