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Al rescate de un empresario cautivo en La Pintana

La banda que secuestró al empresario Rodrigo Cantergiani exigía $300 millones por su vida. Pero una cadena de errores terminó con el botín en la pieza de una menor de edad en Estación Central y ocho de sus integrantes detenidos. Investigadores creen que esto revela una nueva camada de bandas de secuestradores, caracterizada por su inexperiencia.

Rodrigo Sandro Cantergiani Rabanal fue secuestrado el jueves cuando llegaba a su empresa en Quilicura.

Eran casi las 11 de la mañana del pasado 7 de agosto cuando a Lucas Cantergiani (33) le comenzaron a llegar mensajes a su teléfono. Eran extorsiones desde un grupo de sujetos que decían ser de “Los Pulpos”, una banda de crimen organizado originaria de Perú y que se ha vuelto conocida en Chile por extorsionar a comerciantes.

Pero el mensaje que encendió más las alarmas fue cuando le mostraron a su padre, el empresario Rodrigo Cantergiani (63) - herededero de Valentín Cantergiani, cuya familia mantiene millonarias inversiones en Chile y Estados Unidos- amarrado y siendo apuntado por una pistola. Horas antes había sido abordado a la salida de su empresa, la fábrica de plásticos compostables Ceroplas, en Quilicura.

Rodrigo Sandro Cantergiani Rabanal fue secuestrado el jueves cuando llegaba a su empresa en Quilicura.

Según relataron testigos, en ese momento al menos cuatro sujetos encapuchados lo abordaron cuando llegaba en su vehículo y lo metieron por la fuerza en otro automóvil. Desde ese momento, estaba secuestrado y con paradero desconocido.

“Si llaman a la policía se elimina y pierden más que nosotros y serán perseguidos en todo el mundo”, decía uno de los mensajes que llegaron a la familia, dados a conocer por T13.

Contrario a la recomendación de los plagiadores, los Cantergiani de inmediato llamaron a Carabineros, quienes, a través del Departamento de Investigaciones Criminales OS9 alertaron a fiscalía Equipos de Crimen Organizado y Homicidios (Ecoh), que ya cuenta con la experiencia y un grupo dedicado para atender casos de secuestros.

Esa misma trayectoria, relatan miembros del equipo investigador, los hizo pensar que el perfil de Rodrigo Cantergiani, una persona de alto patrimonio, con empresas y participación en sociedades inmobiliarias, agrícolas y energéticas, escapaba -hasta ahora- al común de las víctimas de secuestros extorsivos que ocurren en el país: personas extranjeras o que de alguna forma están vinculadas a negocios o actividades ilícitas.

Un “modelo de negocio” instalado por el Tren de Aragua en Chile y que, aseguran las mismas fuentes, permite a los secuestradores obtener una gran suma de dinero en corto tiempo, el que luego es usado para financiar otras actividades ilícitas o enviar las ganancias al extranjero. Por ello, este secuestro se parecía más al que sufrió el también empresario Rudy Basualdo en Rancagua, el 8 de noviembre de 2023, quien fue liberado tras el pago de $40 millones, pero cuyos ocho captores fueron condenados por la justicia la semana pasada.

En el caso de Cantergiani, explican los investigadores, el OS9 rápidamente llevó a miembros de la familia a su nuevo cuartel en Santiago Centro. Allí se estableció un puesto de mando, desde el que se siguieron en vivo las negociaciones con los secuestradores. Quienes conocieron de los diálogos, aseguran que los plagiadores pidieron hablar directamente con Lucas Cantergiani, el hijo del empresario.

Fue a él a quien le dijeron que si no entregaban $300 millones de pesos en efectivo, iban a matar a su padre.

Por eso, el equipo de ECOH que rodeaba al menor de los dos hijos del empresario lo asesoraron en el paso a paso de la cruda negociación. “Por su forma de negociar, los secuestradores dejaron en evidencia que no tenían mucha experiencia en el tema”, relata una alta autoridad del gobierno.

El tira y afloja sobre el monto por el cual el grupo de captores accedería a liberar a Cantergiani se extendió durante toda la jornada, dicen quienes estuvieron presentes, incluso -relata un fiscal- con angustiosos ratos de silencio y espera.

Luego, ya entrada la noche, rompieron ese mutismo, se reanudaron los llamados y comenzó la última etapa de la negociación. Tras varias horas, se llegó a un acuerdo: se comprometió una entrega de dinero esa noche. Un monto que -pese a versiones extraoficiales que hablan de $80 millones y que sería mucho menor a $300 millones- no ha querido ser difundida por las autoridades.

Cuando ambas partes estuvieron de acuerdo, los supuestos “Pulpos” comprometieron que iban a devolver a Cantergiani con vida. Aunque no se sabía dónde. El lugar acordado para entregar el dinero fue una esquina de Estación Central. Allí, se dejó una mochila con efectivo, la que ya era vigilada por la policía. Así, pudieron ver con sus propios ojos cómo fue recogida por un auto con dos ocupantes.

La captura

A las dos de la mañana del 8 de agosto, los fiscales ECOH se enteraron de que Cantergiani había aparecido. Lo encontró el conductor de un furgón en Avenida Gabriela, en el límite de las comunas de Puente Alto con La Pintana, en la zona sur de Santiago.

En sus primeras declaraciones, Cantergiani compartió su traumática experiencia. Dijo que una vez abducido, nunca le taparon los ojos, por lo que le hicieron agachar la cabeza para que no mirara a dónde iban. Pero que pese a ello, sabía que iba en dirección a la zona sur de la capital.

El empresario también relató que lo mantuvieron sentado en una habitación, que no estuvo nunca amarrado y que los captores, a quienes incluso logró verles la cara, le dieron comida y agua. Tampoco tenía lesiones. Esto, relatan desde el Ministerio Público, dista de las condiciones en la que han aparecido otras víctimas, como el exalcalde Gonzalo Montoya.

La primera hebra de la policía para encontrar a los responsables, fue seguir el dinero. De la vigilancia al auto que recogió la mochila, se derivó en dos hombres que en bicicleta fueron a dejarla a un departamento en la misma comuna de Estación Central. Tras revisar las cámaras de seguridad, el viernes 8 de agosto los investigadores irrumpieron en la vivienda de una familia extranjera.

Allí vivían el colombiano José Manuel Rebolledo Calderas y su pareja venezolana Patricia Alejandra Brito Rojas. Además, también estaba la hija de ella, la menor de edad de iniciales V. F. B. en cuya pieza se encontró la mochila con casi la totalidad del dinero pagado como rescate.

Patricia Brito, quien participó en el secuestro de manera logística.

Entre los otros detenidos, están los también venezolanos Gabriel Brito Aragón (familiar de Patricia), Miguel Ángel Márquez Gallardo -con antecedentes por abusar sexualmente de una menor de edad en su país- y el también menor de edad de iniciales I. B. G., pareja de la otra menor de edad.

Gabriel Brito Aragón, otro de los detenidos por el secuestro.

De acuerdo a lo expuesto en la audiencia en la que fueron formalizados y dejados en prisión preventiva e internación provisoria el pasado miércoles, ninguno de ellos habría participado directamente en la ejecución material del secuestro.

Más bien, se detalló, habrían sido encargados del transporte, almacenamiento e intento de reparto del dinero desde el punto de encuentro hasta otro domicilio. El día de la audiencia, la madre de I. B. G. dijo a La Tercera que su hijo sólo habría acudido ante un llamado en el que le pidieron “el favor” de trasladar la mochila de un punto a otro.

La participación de menores de edad en estos hechos preocupa a las autoridades, ante la posibilidad de que “una nueva camada” de extranjeros derive en este tipo de delitos.

La rápida detención de algunos de los implicados en los hechos, destacan quienes han participado de la reservada investigación, mostraría lo “poco expertos” de los delincuentes, que se asemejarían más a un grupo que sólo aprovechó la oportunidad de un dato para intentar obtener dinero fácil.

Hasta ahora, si bien ellos se presentaron de esa forma, se ha descartado que sean miembros de la banda peruana Los Pulpos, por dos razones. Primero, dice un fiscal, porque entre los detenidos sólo hay venezolanos y un colombiano, todos en situación migratoria irregular.

Segundo, porque los grupos que han aparecido en algunos de los últimos secuestros tienen una diferencia marcada: “no son los grupos originales que empezaron con los secuestros en Chile. Son muy poco prolijos. Puede que estén vinculados a bandas de crimen organizado, pero ya no son los mismos que teníamos antes, como Los Piratas del Tren de Aragua, que se llevaban cantidades importantes de dinero”.

El mismo fiscal entrega un dato de esto: “Hemos liberado víctimas por un millón de pesos. Eso antes era impensado. Creemos que pueden ser sujetos que usan el nombre de las organizaciones para ser más efectivas”, remata.

El proceso

Con la zona limítrofe entre Puente Alto y La Pintana -donde fue liberado Rodrigo Cantergiani- como punto de interés de la investigación, partió la frenética búsqueda de pistas y evidencias que permitieran reconstruir lo ocurrido. Así, personal del OS9 de Carabineros hizo un barrido de todas las cámaras disponibles.

El martes pasado llegaron al edificio consistorial de la Municipalidad de La Pintana, donde pidieron acceder a las grabaciones de seguridad. Allí, relatan quienes estuvieron presente en las pericias, se señaló que dos vehículos de interés -uno de ellos un MG de color blanco en el que iba el empresario- había sido detectado ingresando a la comuna y circulando por la caletera de la Autopista Acceso Sur, por Avenida El Observatorio en el sector conocido como “El Pantano” y también por calle Batallón Chacabuco, en la zona denominada “El Castillo”.

Ambos autos, afirman los investigadores, nunca salieron del territorio comunal durante las horas del plagio. De allí que los esfuerzos se centraron en dar con la casa donde Cantergiani estuvo cautivo por más de 17 horas, la que finalmente fue ubicada en calle Inés de Suárez de El Castillo, a más de 36 kilómetros de la empresa de plásticos de Quilicura.

La vivienda allanada por Carabineros el pasado jueves, está en medio de una zona que históricamente ha sido controlada por bandas de narcotraficantes chilenos, lo que abre la incógnita -incluso entre autoridades- de sí delincuentes chilenos pudieron o no haber estado vinculados al plagio.

Otras cuatro personas relacionadas con los hechos, las que fueron identificadas a partir de los testimonios de los primeros formalizados y la revisión de sus teléfonos, fueron puestas a disposición de la justicia este sábado. Pero conocedores del caso insisten en que la investigación debe continuar, pues ninguno de ellos sería el o los líderes de la operación.

En el intertanto, fuentes del Ministerio Público y autoridades de gobierno tratan de poner paños fríos a una semana negra en materia de secuestros. Según cifras que reveló el fiscal Héctor Barros este miércoles, durante la última semana se habían registrado cinco secuestros en la Región Metropolitana.

De todos esos casos, agregó Barros, se lograron 21 detenciones. “Hemos tenido resultados dentro de las 24 horas desde que se liberan a las víctimas”, destacó.

De lo que aún no se tiene certeza, es de dónde provino el dato que situó a Cantergiani como un potencial “secuestrable” por las millonarias inversiones que maneja su familia, principalmente a través de Valcán Inversiones, creada por su padre Valentín Cantergiani, fundador de los desaparecidos Supermercados Montecarlo.

“Es lo más difícil de establecer”, dice un fiscal. Lo que se presume y lo más probable, eso sí, es que haya sido un dato que provino de un trabajador de la empresa. “La empresa tiene muchos empleados, y muchos son extranjeros”, dice un persecutor.

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