Histórico

Crimen organizado es una amenaza creciente en el mundo según la ONU

Según funcionarios de Naciones Unidas, las organizaciones criminales internacionales se han convertido en uno de los poderes económicos y armados más importantes del planeta.

Las organizaciones criminales internacionales son un peligro cada vez mayor para la seguridad global, dijeron hoy altos funcionarios de Naciones Unidas, que pidieron una campaña que interrumpa el flujo de bienes ilícitos y actividades delictivas en los países ricos.

El director ejecutivo de la Oficina sobre Drogas y el Crimen de la ONU, Antonio María Costa, dijo a una reunión de alto nivel de la Asamblea General que la demanda de drogas, diamantes y otros bienes ilegales impulsa al crimen organizado transnacional. Arrestar a algunos traficantes puede desviar el flujo de esos bienes, pero no lo corta, agregó.

"Por lo tanto, para combatir el crimen organizado con más eficacia, debemos cambiar el enfoque de atacar a las mafias al atacar sus mercados", dijo. "Debemos reprimir a los cómplices del crimen, como el ejército de delincuentes de cuello blanco -abogados, contadores, agentes inmobiliarios y banqueros- que los encubren y lavan sus ingresos".

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon dijo que la amenaza que representan los grupos criminales internacionales crece y la capacidad de los países de llevarlos a la justicia "no evoluciona tan rápido como la habilidad de los criminales para evadir la justicia".

"Como resultado, los estados y mercados están siendo infiltrados. La policía y fuerzas armadas están siendo superadas. La seguridad está amenazada", dijo.

La oficina de Costa también divulgó hoy un informe que dijo que el crimen organizado se ha convertido en uno de los poderes económicos y armados más importantes del mundo y las fuerzas de la ley no han podido presentar una respuesta adecuada.

Ban y Costa llamaron a todos los países a ratificar e implementar la Convención de Naciones Unidas contra el Crimen Organizado Transnacional, que la Asamblea General adoptó en el año 2000. El pacto obliga a los países a adoptar leyes uniformes contra las mafias, a reforzar las investigaciones del lavado de dinero y a simplificar los procesos de extradición. También les exige cooperar entre sí para combatir el tráfico de personas y otras actividades ilegales.

"Lamentablemente, durante la última década, el tratado ha sufrido una benigna desatención", dijo Costa. "Como resultado, el crimen se ha internacionalizado más rápido" que lo que han podido actuar "las fuerzas de seguridad y el gobierno mundial", agregó.

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