¿Puede un niño hacerse una cirugía estética?
Expertos debaten los límites de este tipo de operaciones en menores.
Para evitar ser objeto de crueles bromas en el colegio o para comenzar la etapa universitaria más confiados, cada vez más niños y adolescentes se someten a cirugías estéticas. Orejas, nariz y mamas son losmás intervenidos por motivos estéticos (no reconstructivos).
Sergio Valenzuela, cirujano plástico de Clínica Lo Curro y Mediterránea, aclara que en ningún caso las cirugías que se practican a los menores son de embellecimiento. “Son cirugías estéticas pero que benefician su emocionalidad”, advierte. “Una oreja prominente puede generar trastornos de adaptación en el colegio, se acomplejan porque los molestan y pueden llegar a tener trastornos sicológicos”.
¿Cuándo operar a estos niños? Los expertos coinciden en que el momento es cuando tener las orejas o la nariz grande se transforme en un problema para los niños. “Ingresar a pabellón es un acto estresante, más para un niño. Si no está motivado por la cirugía, lo puede sentir como una agresión por algo que no ve como un problema”, dice Alison Ford, cirujana plástica y reconstructiva de Clínica Las Condes,
En el caso de las otoplastías (para corregir el tamaño de las orejas), Valenzuela cree que lo ideal es que sea antes de los seis años, momento en que comienzan a socializar y a formar la personalidad. “Es una cirugía sencilla, con una cicatriz escondida entre la oreja y la cabeza que casi no se nota. Como máximo demora una hora en pabellón y tiene un postoperatorio simple”, explica.
A esta edad, el crecimiento de las orejas está casi completo y no variará mucho respecto del tamaño que tendrán cuando el paciente sea adulto.
Carolina Correa, cirujana plástica pediátrica de Clínica Dávila, señala que muchas veces los papás llevan a los niños para evitar que otros pequeños los molesten. “Espontáneamente llegan a los seis o siete años. Es una cirugía que aumenta en verano, porque requiere un período de recuperación y prefieren hacerlo antes del inicio del período escolar”.
Para operar la nariz se debe esperar que termine el desarrollo óseo , de modo de asegurar que la cara no siga creciendo una vez operada. “En las mujeres, a los 13 o 14 años, ya se podría plantear una rinoplastía estética, pero en los hombres tiene que ser a los 16, nunca antes”, dice Carlos Giugliano, cirujano plástico de Clínica Alemana.
Ford dice que a partir de los 15 años las niñas ya preguntan por cirugías de mamas cuando las tienen muy pequeñas, pero no se pueden hacer implantes hasta los 16 o 17 años. Solo cuando ambas mamas son muy pequeñas, se podría practicar antes, pero es poco habitual.
Liposucción
Según Giugliano, también hay varones que consultan por el achicamiento de mamas. “En la adolescencia pueden desarrollar ginecomastia. Les complica, no quieren hacer deporte, no van a la playa”. Cuando hay un crecimiento anormal que causa mucho trauma sicológico, se consulta con un endocrinólogo para descartar algún desorden. Si no hay nada de gravedad, se puede sacar glándula mamaria o grasa si es que está acumulada en el tórax. Si hay obesidad, primero tienen que bajar de peso y el exceso se quita con cirugía.
En jóvenes también se puede realizar una liposucción si, con un peso y estado nutricional normal, existe acumulación grasa en alguna zona específica. “Este tipo de consultas han aumentado el último tiempo por este concepto de belleza exacerbado. Los niños y adolescentes también quieren tener acceso. No están ajenos a lo que pasa entre los adultos”, dice Giugliano.
Según Fernanda Orrego, psicóloga infanto juvenil de la UC, este tipo de cirugías tiende a realizarse para lograr un cambio físico que pueda provocar un cambio en otros ámbitos de su vida, como las relaciones sociales. Los padres son fundamentales, dice. “Es muy relevante que a pesar de que su hijo se vaya a hacer una cirugía puedan transmitirle que lo aceptan como es. Además, deben ayudarlo a tener expectativas realistas, ya que algunos pueden fantasear que una operación resolverá todos sus problemas”.
“Hay que ser súper transparentes con el criterio de realidad. Muchas veces son los papás los que tienen muchas expectativas. Hay que bajar los niveles de ansiedad de padres e hijos, porque los resultados no son inmediatos”, dice Paula Díaz, sicóloga de Clínica Santa María.
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