Histórico

René Castro: "Al principio, los papás preguntaban si tenían que pagar para entrar al parto"

Durante casi dos décadas este médico estuvo a cargo del Programa de Salud de la Mujer del Ministerio de Salud. Fue él quien les pidió a los jefes de maternidades que le permitieran al hombre ingresar en la sala de parto. A veinte años de ese episodio, recuerda los temores y enumera los desafíos que quedan por delante.

El ginecólogo y obstetra René Castro llegó en 1992 al Ministerio de Salud y se hizo cargo durante 18 años del Programa de Salud de la Mujer. Ahí Castro tuvo que generar estrategias para que los hospitales públicos empezaran a adoptar medidas que con suerte se hacían en algunas clínicas privadas, como promover la lactancia materna, la libre demanda o el apego. “Generar apego era imposible para los papás porque ellos sólo podían ir en los horarios de visita que eran dos veces a la semana. Con ese esquema, muchas veces los maridos no conocían a sus hijos hasta que los daban de alta”, dice este médico que hoy es académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales y coordinador del Comité de Derechos Sexuales y Reproductivos del Cono Sur.

El primer paso para incluir a los hombres fue ampliar el horario de visita a día por medio y en 1995 Castro propuso que los hospitales les permitieran a los hombres entrar al quirófano para los partos.

¿Y cómo reaccionaron en los hospitales?

Me miraron raro. Por decir lo menos. Empezaron los temores. Me dijeron que no había ropa suficiente para entrar al quirófano, que iban a aumentar las infecciones, hasta que se iban a robar las cosas del pabellón. Enfaticé en que nosotros no se lo íbamos a imponer, que sólo era una propuesta. Se los dejé a su decisión.

¿Creyó que no iba a resultar?

No, pero quizás porque dicen que soy un sicópata del optimismo. Nunca sentí un argumento de fondo para que dijeran que no. Les pregunté por qué si en la práctica privada permitíamos que los padres entraran a los partos nos incomodaba hacerlo en los hospitales públicos. Puse el tema de la equidad.

¿Cuál fue el primer hospital que se atrevió?

El Hospital Barros Luco. Dos meses después de empezar, el jefe de maternidad Hernán Bahamondes me comentó que estaba impresionado. Yo esperaba escuchar lo peor y me dijo que la experiencia había sido una maravilla. Me contó que había papás que, en otro contexto, hubieran dado miedo, temor a que te hicieran algo, y que verlos en la sala de parto, tomando a su hijo y llorando, había sido muy fuerte.

O sea que ayudó a romper prejuicios…

Obvio. Esto empezó como una bola de nieve que agarró vuelo. Al principio, era tanto el asombro, que los papás preguntaban si tenían que pagar para entrar. A medida que tomaban la medida, los hospitales hicieron libros de testimonios. En 1999 juntamos esos escritos como Ministerio en un documento que se llamó Yo vi nacer a mi hijo. Al analizar los testimonios, sacamos tres conclusiones de la experiencia. Primero: el hombre también puede llorar de la emoción. Lo segundo es que provoca una valoración de la mujer entre los hombres y un mayor compromiso con ella, por el esfuerzo que hace. El tercero, gratitud con el equipo de salud porque les permite estar.

¿Cómo fue su primer parto como médico con un papá dentro del quirófano?

Los padres entran en el sector privado ya en los 80, mucho antes que en el sistema público. Por lo menos a mí me tocó en esa época. La primera vez nunca se me olvidó. En un momento del parto tuve la sensación de que era un intruso en esa pieza. Lo único que justificaba que yo estuviera ahí era la seguridad de ellos. Para expresarlo gráficamente, por el nivel de intimidad que había, sentí que ellos estaban teniendo relaciones sexuales. Creo, finalmente, que el parto es un acto sexual, es terminar algo que empezó nueve meses atrás y lo lógico es que los dos que hicieron la guagua, sean los mismos dos que la reciban. Hasta hoy, siempre digo que mientras menos intervenga, mejor.

¿Es algo que en general todos los médicos entendieron?

Hay muchos médicos que costó que engancharan. No sólo en el tema de que el hombre entrara a la sala de parto, sino que en el contexto de un parto más humanizado. Y si les costó es porque, como dice la antropóloga Michelle Sadler, a los médicos lo que les cuesta es el tema del poder. Un día me invitaron al Hospital de San Antonio, en 2007. Fui a dar una charla sobre parto humanizado. Miraba la audiencia y las matronas estaba fascinadas, pero los colegas tenían una cara de tres metros. Uno de los médicos me dijo que había ido ahí a provocarlos. Me dijo que cómo se me ocurría aceptar que una mujer iba a saber más lo que necesita para el parto, que yo que soy médico. Me dio pena. Antes el parto estaba enfocado en el equipo médico y no en los derechos de la mujer y la pareja. La palabra hospital viene de hospitalidad, de acoger, pero la verdad es que en temas de parto, históricamente, ha sido más bien una trinchera.

¿Tras 20 años, qué conclusiones saca?

Ese padre que estuvo en el parto y en las ecografías tendrá más compromiso con su hijo. Ha sido un acierto. Ahora vamos hacia el uso del posnatal. Si ya es normal que entren al parto, cuando hace 30 años era impensado, por qué no pueden los hombres hacer uso de todas las semanas de posnatal que la mujer les puede traspasar.

El libro de las impresiones masculinas

“Los hombres también se emocionan”, es el título de la tesis de magíster que en 2004 hizo  la antropóloga Michelle Sadler,  quien  ha focalizado  su carrera en el estudio del parto,  para indagar sobre el rol del hombre. Ella revisó las impresiones de los padres en los libros de sugerencias de  hospitales de la Región Metropolitana y del compilado que el Ministerio hizo en 1999. Estos son algunos de los testimonios  que recopiló de los primeros cinco años desde que se le permitió entrar a la sala.

(Las citas están transcritas  tal como aparecían en los libros)

  • "Agradesco la oportunidad que e tenido al ver el nacimiento de mi hijo ya que hace mucho tiempo Nos tenian practicamente prohibido esta gran experiencia la cual a resultado maravillosa. Gracias".
  • "Gracias a Dios y a los medicos por aver traido a un ser muy especial. Es algo emocionante ver naser a lo que tu mas amas en la vida. Nueve meses lo ves creser y toda tu vida los tienes contigo Grasias a Dios y a mi esposa y a los doctores, y a mi nueva hija recien nasida".
  • "Para mi señora y yo fue algo realmente hermoso, no tengo palabras para el sentimiento que me rodea. Estoy muy agradecido de todos los funcionarios que me dejaron vivir algo tan hermoso. Bueno lo mas importante es que, Siempre Quice Poder estar Presente en el nacimiento de mi Hijo".
  • "La felicidad es una pequeña palabra pa explicar mis emociones. Hoy espero que he vuelto a nacer como nunca antes. Hoy sera recordado por toda la existencia Hoy he sido papa, esposo, amigo y complice en esto que es intimo".
  • "Fue una experiencia hermosa donde se ve que los hombres tambien se emocionan en momentos tan especiales como es el nacimiento de un hijo".
  • "En este hermoso dia ocurrió lo inesperado, nacio mi primer hijo aunque esperabamos una niñita. Me siento super feliz, no se como expresar todo lo que senti cuando lo escuche llorar, lo unico que se es que yo lloré con el".
  • "De primera antes de dentrar me dieron ganas de llorar al escuchar los gritos de dolor de mi esposa pero dentro fui fuerte y no me quebre y ayude dandole fuerza y apoyo a mi esposa".
  • "Hoy por primera vez vi un parto y fue facinante mi negra se porto como una leona y saco garra para tener a nuestra hija me siento horgulloso de ella".
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